SAMAEL AUN WEOR

San Salvador. Septiembre de 1967

La Cruz para los Gnósticos no es en modo alguno un símbolo convencional sino la representación de una Ley invariable, la cual cubre toda la gama, todos los hechos de la Naturaleza, sin excepción alguna.

El que conozca los fundamentos de la química sabe que la reacción de los elementos solamente se sucede al cruzarlos unos con otros, por ejemplo: la formula química del agua H2-0, es sencillamente el cruzamiento de dos moléculas de Hidrógeno y una de Oxígeno de tal suerte que el agua, precioso fluido indispensable a la vida orgánica, es el resultado de la Cruz. El poder para producir agua, está en la Cruz del hidrógeno y el oxigeno,

La armonía en la marcha de un sistema de mundos, depende del punto magnético crucial, donde las dos fuerzas centrífuga y centrípeta se hallan equilibradas. De tal suerte que el poder que sostiene los mundos, está en la cruz magnética de los espacios.

Una célula masculina llamada zoospermo, se cruza con una célula femenina llamado óvulo y de esta cruz resulta el ente humano. De tal suerte que el hombre es el resultado de la Cruz del zoospermo masculino y el óvulo femenino.

Nada puede venir a la existencia sin el poder de la Cruz.

Un sincero e ideal apretón de manos, cruza y armoniza el afecto mutuo de dos personas. Así que la Cruz en el estrechón de manos, hace vivo el afecto entre dos almas.

Por la calle marcha un joven apuesto y se encuentra con una preciosa damita, se cruzan sus miradas y de esta cruz prodigiosa, sutil e impalpable, pero real en su poder mágico, nace un afecto, nace un amor que organizará un hogar y producirá efectos asombrosos, como son la multiplicación de la especie, la grandeza de una patria y quizás la aparición de un genio que haga aumentar el progreso de la ciencia, o de la filosofía para mejorar al mundo. De tal suerte que la cruz magnética de las miradas, muestra y demuestra que el poder está en la cruz.

Una semilla es introducida en la tierra y al cruzar su poder con los elementos químicos que constituyen la estructura del planeta, se producen árboles, flores, semillas y frutos que aumentan multiplicando la especie adinfinitum; de tal suerte que el poder está en la cruz.

Sin la cruz, no existe nada nuevo, ni se podría transformar lo antiguo, de tal suerte que los Gnósticos, sabios por excelencia, saben exactamente el valor de la cruz y le rinden culto, no fundamentados en ninguna creencia, sino en un saber absoluto e Inmediato; los Gnósticos son místicos de la Verdad y deseosos de saber todas las cosas, dejando al margen como cosa inútil, toda creencia, pues ésta hace al hombre estulto, estúpido e inconsciente; y de la estupidez y de la inconsciencia, se valen los audaces para gobernar y dirigir a las inocentes muchedumbres, que cual corderos siguen a Jefes tan estúpidos e inconscientes, como ellos mismos.

La Cruz es la razón de ser de todos los hechos de la naturaleza, y en esta ley no existen excepciones.

Cuando alguien expone una idea acerca de algún aspecto filosófico, social o científico, esta idea se cruza con las que poseen los que escuchan y así se producen nuevas reacciones, tanto sea para hallar la verdad que el conferenciante exponga, o bien para rechazar sus pretensiones de sabio; si sus conocimientos no están bien fundamentados. De tal suerte que en el cruzamiento de las ideas, se prueban las inteligencias y se descubren las verdades, eliminando lo erróneo.

La mirada se cruza con algún ser u objeto, y en este cruce se obtiene experiencia acerca de los seres y de las cosas.

Las sustancias proteicas de los alimentos que ingerimos, al ser cruzadas con nuestra vida fisiológica celular producen cruciales reacciones para renovar la vida de la célula gastada y crear otra nueva; Si la sustancia no conviene a nuestro organismo, la cruz bioquímica de la sustancia, con las secreciones de los órganos internos específicos, producen reacción para ser eliminados oportunamente del organismo.

La cruz encierra el misterio de todos los poderes imaginables, ya sean éstos físicos, intelectuales o morales.

No hay ninguna persona que filosófica, científica y racionalmente, pueda hallar algún hecho que no dependa del poder de la cruz, así, una vez más, podemos afirmar enfáticamente que el poder esta en la cruz y que la cruz natural y científica de los Gnósticos, nada tiene que ver con creencias, ni con instrumentos de tortura de ninguna naturaleza.

La cruz de los Gnósticos es el poder del Universo construyendo átomos, moléculas, células, órganos, organismos, mundos y sistemas de mundos. Como en el aspecto intelectual, es la cruz de las ideas, la que produce nuevos estados de conciencia; en el aspecto moral o sensitivo, es la cruz el poder que causa todas las sensaciones maravillosas que ennoblecen y dignifican el alma; al cruzarse las melodías musicales, con la capacidad auditiva del ser psicofísico de las que escuchan, se produce una bella eclosión en la sensibilidad del alma y así la armonía interior resulta de esa preciosa cruz de los sonidos; al cruzarse la vista, con una belleza natural, como una flor, o una bella mujer, aparecen en el alma sentimientos de divina inspiración, que hacen descubrir a la conciencia los íntimos resortes de la perfección, que se encuentran en la armonía de las formas; al cruzarse el pensar con el sentir, el ser humano se encuentra no solamente en perfecta armonía, sino con suficiente capacidad para acometer con éxito la labor en la cual está empeñado.

«Hay que aprender a pensar como el filósofo y a sentir como el artista», pues reuniendo en preciosa amalgama crucial el elevado pensamiento del filósofo, la sensibilidad divina del artista, surge el encantamiento mágico del alma del verdadero Superhombre.

Esta cruz del pensar y del sentir, en perfecta concordancia y armonía, es lo que permite desarrollar el lado místico y espiritual de la existencia.

¡Bendita y divina Cruz, en tu preciosa estructura se hallan ocultos todos los misterios de la Naturaleza y de la Vida!

 

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