Por oposición al idealismo utópico y fantástico de Carlos Marx que rechaza la verdad objetiva, considerando como real únicamente los hechos subjetivos a los cuales él denomina con los términos de mundo y leyes que lo gobiernan, la Dialéctica Gnóstica estudia las cosas y los fenómenos en sí mismos.
Carlos Marx se ríe de la cosa en sí de Kant. El que ríe de lo que desconoce está en el camino de ser idiota.
La razón del Animal Intelectual llamado hombre, es tan sólo un germen que debe desarrollarse y convertirse en razón objetiva.
El razonamiento marxista es subjetivo porque no conoce las cosas en sí. El mundo es sexta dimensional, mas si le agregamos la dimensión cero, resulta heptadimensional, el razonamiento marxista es subjetivo porque sólo conoce parcialmente el mundo tridimensional. Sólo la razón objetiva puede conocer al mundo heptadimensional.
El mundo en sí mismo y las leyes porque se rige son absolutamente incognoscibles para el razonamiento subjetivo marxista.
No pueden tener valor de verdades objetivas los conocimientos incompletos que el materialismo dialéctico expone doctrinariamente.
Las leyes de la naturaleza no pueden ser conocidas íntegramente con el razonamiento subjetivo del materialismo dialéctico.
Si reproducimos cualquier proceso de la naturaleza artificialmente, eso no significa que conozcamos la “cosa en sí”. Ejemplo: podemos reproducir artificialmente el proceso de la cópula por medio de la inseminación artificial, pero no podemos fabricar artificialmente un zoospermo y un huevo capaces de convertirse en un nuevo organismo.
Ni el mejor químico del mundo puede crear artificialmente un par de gametos masculinos y femeninos para originar una nueva criatura, porque ningún químico conoce la “Cosa en Sí”.
Las Sustancias químicas producidas en el mundo vegetal y animal sigue todavía siendo cosas en sí, inasequibles para el razonamiento subjetivo marxista.
La química orgánica a pesar de conocer la composición química de zoospermos y huevos; no ha podido fabricar un par de éstos para hacer fecunda una matriz porque no conoce la “Cosa en Sí”.
Es posible que una hembra conciba sin macho porque la fuerza masculina también se halla latente en el óvulo, pero no es posible para la química orgánica fabricar artificialmente un huevo capaz de convertirse en un nuevo organismo.
Podemos fabricar oxígeno, podemos fabricar la materia colorante de la rubia, la alizarina, que hoy ya no se extrae de la raíz natural de aquella planta sino que se obtiene de alquitrán de carbón, procedimiento mucho más barato y más sencillo, pero esto no significa que conozcamos los átomos del oxígeno o los átomos de la materia colorante de la Rubia, la Alizarina, etc., en sus siete dimensiones básicas fundamentales.
El materialismo subjetivo se contenta con negar las dimensiones superiores, pero esto es tan sólo una evasiva para eludir el problema, y no resuelve nada.
El razonamiento subjetivo marxista puede demostrar la existencia del sistema solar de Copérnico, pero solo el razonamiento objetivo conoce íntegramente las siete características heptadimensionales de este sistema.
Hinton el gran filósofo científico dijo: “Nuestro espacio lleva en sí mismo las relaciones por las cuales podemos establecer las relaciones con espacios diferentes (superiores); ya que dentro del espacio se encuentran los conceptos de punto y línea, línea y plano, que realmente comprenden la relación del espacio con un espacio superior”.
La huella que un punto deja al moverse en el espacio es la línea, la huella que la línea deja cuando se mueve en el espacio, es la superficie, la huella que la superficie deja en el espacio cuando se mueve, es el sólido. La huella que el sólido deja en el espacio cuando se mueve, es el hipersólido tetradimensional, este último es la “Cosa en Sí” de Kant, negada torpemente por los conservadores reaccionarios de la dialéctica materialista.
Todo cuerpo tridimensional es tan sólo la sección o corte de un cuerpo tetradimensional.
La línea está limitada por puntos, la superficie está limitada por líneas, el sólido está limitado por superficies, el hipersólido, o los hipersólidos, están limitados por cuerpos de tres dimensiones.
El Sentido Espacial bien desarrollado nos permite percibir objetivamente los hipersólidos a condición de eliminar de nuestras percepciones toda clase de elementos subjetivos.
Las grandes escuelas de yoga, rosacrucismo, budismo, etc., tienen sistemas científicos para el desarrollo del sentido espacial.
La razón de los bípedos tricerebrados es subjetiva. La razón de la humanidad actual es un germen subjetivo inútil mientras no se ha desarrollado objetivamente.
La razón humana subjetiva, eso que normalmente llamamos razón, es realmente inestable y versátil, es asombrosa la facilidad con que puede convencerse a la razón de cualquier cosa.
Nada más simple y sencillo que demostrarle cualquier cosa a cualquier persona de esas que se dicen intelectuales; todo lo que se necesita para ello es conocer a fondo y en una forma práctica, las conmociones y asociaciones que pueden provocarse en otros cerebros humanos, mientras uno trata de demostrar una verdad dada.
Nosotros hemos estudiado a fondo tanto las viejas como las nuevas teorías relativas al alma, al mas allá, etc. También hemos estudiado profundamente todas las teorías viejas y nuevas sobre el materialismo de tipo ateísta.
No existe ni una sola teoría materialista o espiritualista, ateísta o dualista que no se halle expuesta con lujo de lógica convincente, y la razón subjetiva no puede sino estar de acuerdo con esta plausibilidad lógica.
Por estos tiempos es mucho lo que se ha escrito sobre el llamado «más allá» y probablemente muchos lectores envidien la rigurosa lógica de los grandes autores.
Sin embargo autores y lectores, nada saben sobre el llamado “Más allá” ni sobre el alma, el espíritu, etc., etc., etc.
Muchas gentes están informadas desde el punto de vista intelectual, pero esto no es saber. Si las gentes conocieran realmente el “Más allá” no existirían tantas religiones, escuelas, sectas y creencias.
La razón es un instrumento de información y de análisis y eso es todo.
Nadie puede experimentar una teoría, lo real es aquello que uno mismo experimenta.
Es también muchísimo lo que se ha escrito sobre materialismo. La razón de la sin razón, y la lógica del absurdo han sido magníficamente expuestas por Carlos Marx y sus secuaces, ¿y qué?.
Nadie puede experimentar una teoría. El materialismo con sus dogmas aun cuando ha sido expuesto con la lógica maravillosa del absurdo no deja por eso de ser pura fantasía que a nada bueno conduce.
Realmente la razón subjetiva del hombre, lo mismo puede exponer con lógica convincente una teoría espiritualista que una materialista. Ciertamente las dos escuelas opuestas, tuvieron su origen en Babilonia, fue en dicha ciudad donde el hombre comenzó a perder la fe, la esperanza y el amor.
Los dogmas espiritualistas y materialistas desorientaron a la humanidad.
Es necesario regresar al punto de partida, volver a la Gnosis.
Los símbolos religiosos deben ser explicados científicamente. La religión debe volverse científica y la ciencia debe volverse religiosa.
Se hace necesario desarrollar el poder de la Percepción Instintiva de las Verdades Cósmicas, este poder se desarrolla con la disolución del yo.
El primer gran paso es esto que se llama simbólicamente trabajo con el diablo (es decir en la disolución del yo), consiste en llevar a este yo por el camino de la dirección analítica hasta aquello que se llama funcionamiento psíquico automático.
Después de esto viene la disolución del ego (yo)
Quien ha llevado a su yo hasta el grado de funcionamiento psíquico automático tiene de hecho completo auto dominio de sí mismo y adquiere de hecho autoconciencia, razonamiento objetivo sinceridad, sensibilidad perceptual, alerta percepción, alerta novedad, etc., etc., etc.
Después del primer gran paso, viene de hecho la disolución del yo.
El yo se convierte primero en una maquinaria psíquica bajo nuestro control, y después se desintegra, se reduce a polvadera cósmica.
Necesitamos convertir a lo subjetivo en objetivo y esto sólo es posible disolviendo el yo.
Necesitamos eliminar de nuestras percepciones y de nuestros razonamientos, todo elemento subjetivo, sólo así es posible conocer la «Cosa en Sí» de que habla Kant.
Si queremos realmente disolver el yo, necesitamos hacerle la disección con el tremendo bisturí de la autocrítica.
Si queremos disolver el yo necesitamos auto-observarnos con espantosa sinceridad, si queremos disolver el yo necesitamos auto observar los impulsos externos e internos y las reacciones ante esos impulsos, muchos impulsos nos vienen de fuera y muchos de adentro, y se necesita saber como reaccionamos ante esos impulsos.
Al hablar nosotros en este capítulo sobre la “Cosa en Sí”; al estudiar a Hinton, al analizar meta-geométricamente aquello de las dimensiones superiores del espacio, sólo hemos cumplido con el deber de informar la razón de nuestros lectores.
Es claro que ahora estos han quedado informados, pero esto no es saber.
Si nuestros lectores quieren llegar a saber, necesitan experimentar.
Quienes realmente quieran experimentar en el terreno práctico de las dimensiones superiores del espacio, tiene que desarrollar el sentido espacial, disolver el yo; Desarrollar la facultad de la Percepción Instintiva de las Verdades Cómicas.
Nosotros cumplimos con el deber de indicar el camino, señalar la meta.
Al lector le toca recorrer ese camino y luchar muchísimo para llegar a la meta.
Quien quiera realmente saber debe convertirse en un atleta de la meditación.
Quien quiera llegar a saber debe desarrollar las facultades que le permitan independizarse de las palabras y las letras de la razón.
La razón sólo es útil cuando se convierte en instrumento de la intuición, cuando expone, cuando enseña las grandes verdades cósmicas.
De la mezcla de la razón con la intuición resulta la intelección iluminada, es decir, la razón objetiva.
Podemos intuir las grandes verdades cósmicas y exponerlas, a pesar de toda su lógica convincente, es inestable y versátil.
Necesitamos conocer la “Cosa en Sí” del hombre. La “Cosa en Sí” de la tierra en que vivimos, la «Cosa en Sí» del cosmos, etc., y esto no es posible con el razonamiento común y corriente de tipo subjetivo.
La “Cosa en Sí” del hombre y del cosmos, sólo es posible conocerla con las facultades superiores del hombre, tales como el Sentido Espacial desarrollado, intuición, percepción instintiva de las verdades cósmicas, etc.
La razón objetiva viene a servir para analizar lo que las facultades superiores han experimentado. También sirve la razón objetiva para explicar, enseñar, exponer las grandes verdades cósmicas.
Hemos entrado en la era Acuaria y necesitamos con suma urgencia conocer el universo y el hombre en sí mismos, pero en forma íntegra.
El significado de la nueva era es saber.