La parcelación de las tierras es una necesidad urgente debido a dos factores: 1º El aumento de la población humana. 2º El EGOÍSMO.
Actualmente existen en algunos países de América enormes extensiones de terrenos selváticos baldíos que pueden ser conquistados por el hombre. Desgraciadamente los conquistadores de terrenos baldíos no están siempre a la altura de las circunstancias y cuando se proponen trabajar dichos baldíos procuran acaparar grandes extensiones de tierra que no sólo no pueden cultivar sino que además no permiten cultivar; ni hacen ni dejan hacer, ni trabajan ni dejan trabajar, ni comen ni dejan comer.
Conocemos el caso de individuos que han acaparado 2000 y hasta 3000 hectáreas de terreno que no pueden cultivar y que además no dejan cultivar, pero gozan pensando que toda esa tierra es de su propiedad y hasta sienten satisfacción en quitarle a otros, además, tierras trabajables que ellos no han cultivado.
Todo esto, todo este tremendo egoísmo humano es realmente espantoso y por ello es que la parcelación de tierras es una necesidad vital.
La parcelación de tierras soluciona el problema agrario en forma total.
Los gobiernos deben parcelar las tierras para bien de la humanidad.
Los agrónomos deben estudiar a fondo la calidad de las tierras; hay tierras que en pocos años se vuelven improductivas; hay tierras que producen por largos tiempo. Los abonos pueden prestar un servicio muy relativo pero no se pueden garantizar totalmente.
La parcelación de las tierras debe basarse precisamente en su calidad; cualquier familia necesita para vivir por lo menos doce hectáreas cuando las tierras son muy fecundas.
Es necesario que los gobiernos sin consideración alguna procedan enérgicamente parcelando las tierras que actualmente tienen acaparadas muchos terratenientes que ni trabajan ni dejan trabajar.
Los terratenientes ricos suelen atropellar a los pobres agricultores para quitarles sus tierras bañadas con el sudor de sus frentes, muchas veces los gobernantes se dejan sobornar para apoyar a los ricos terratenientes.
La parcelación de las tierras aumenta la producción agrícola nacional.
Las tierras parceladas cuando son debidamente trabajadas, se convierten en fuentes vivas de inagotable riqueza nacional.
Se hace necesario que todos los trabajadores se sindicalicen y organicen debidamente para luchar por sus derechos.
Los campesinos tienen la sartén por el mango y como quiera que son los que alimentan a las ciudades y pueblos, tienen derecho a exigir y castigar con el sistema de huelga consiste en no llevar a los pueblos alimentos.
Se necesita que el pueblo campesino se resuelva a luchar por sus derechos.
Se necesita que el pueblo campesino en lucha a muerte contra los poderosos exija la parcelación de las tierras.
Ya este ejemplo lo dio México. La revolución con su lema “Tierra y libertad”. Parceló las tierras porque éstas como dijo Zapata, “son de quien las trabaja”. Los campesinos trabajan las tierras, las tierras son de los campesinos.
El sistema ejidal mexicano es un ejemplo vivo de justicia.
Aquellos que suponen que la parcelación de tierras es comunismo, están muy equivocados porque México tiene todas sus tierras parcelas y no es comunista.
El sistema ejidal de México es un vivo modelo de reforma agraria para toda la América.
Lo que actualmente necesitan con urgencia los campesinos mexicanos, es apoyo económico.
Es necesario que todos los países latinoamericanos sigan el ejemplo mexicano, es urgente la parcelación de tierras en toda América.
Es una vergüenza para América, que todavía existan grandes haciendas y poderosos terratenientes.
Causa profundo dolor saber que todavía existen en América latina señores de horca y cuchillo, poderosos hacendados que azotan a los trabajadores y gozan libremente del derecho de pernada (violación de hijas y esposas de los obreros).
Causa profundo dolor saber que el crédito agrario sólo es para los ricos terratenientes y que las cajas agrarias no apoyan jamás a los pobres campesinos.
Hemos visto en muchos países latinoamericanos escenas dantescas de horror y villanía, cuando llega alguna partida de dinero para apoyar a los agricultores, los únicos beneficiados son los poderosos señores hacendados, y no los infelices agricultores.
Para los pobres campesinos no existe apoyo en la América Latina, y lo más grave es que en vez de dárseles se les quita.
En muchos países se les ponen impuestos a los campesinos, por los animales, por las siembras, por las casas donde viven, etc., etc., etc.
Ha llegado la hora de que el pueblo campesino se una para defenderse.
Ha llegado el momento en que los campesinos establezcan en los campos sindicatos campesinos.
Los trabajadores campesinos tienen el arma más formidable de todos los siglos, esa arma se llama comida. Los campesinos tienen la sartén agarrada por el mango.
Los campesinos llevan la comida a las ciudades y pueblos y los tiranos no pueden vivir sin comida, ningún país, ningún gobierno, por poderoso que sea, puede resistir un paro total del pueblo campesino, si los campesinos no llevan más comida a las ciudades, los tiranos tienen que entregar las armas y rendirse.
Ha llegado la hora de hacer campaña de unión campesina, es necesario enseñar y unir a todos los trabajadores del campo para luchar por la parcelación de las tierras, y acabar de una vez y para siempre con los injustos impuestos.
El pueblo campesino tiene derecho a exigir la democratización del crédito agrario, la parcelación de las tierras, y la abolición de los injustos impuestos.