comunismo-2Para confundir y camuflar su orden Illuminista en Rusia, la dirección Bolchevique pensó llamar al futuro régimen Soviet (es decir Kahal).

El 21 de septiembre de 1917, Jakub Furstenberg envió un telegrama desde Estocolmo a Raphael Scholan (Shaumann) en Haparanda (se conserva en los Archivos Nacionales norteamericanos): «¡Estimado camarada!. La oficina de la casa bancaria M. Warburg ha abierto de acuerdo con el telegrama del presidente del Sindicato de Rhenish- Westphalian una cuenta para las misiones del Camarada Trotsky. El abogado (agente), probablemente el Sr. Kastroff, compró las armas y ha organizado su transporte… Y una persona autorizada para recibir el dinero solicitado por el Camarada Trotsky. Fiirstenberg» El 23 septiembre (6 de octubre) Trotsky fue elegido presidente del Soviet de los Obreros y Soldados de Petrogrado, a pesar de no ser ni obrero ni soldado. Todo era posible entre los francmasones.

Entretanto, los Estados Unidos exigieron de Kerensky contribuciones más altas que nunca para la guerra. El Gobierno Provisional cumplió renuentemente.

El Ministro para Asuntos de la Guerra, Alejandro Verkhovsky, renunció en protesta. Es interesante hacer notar que las demandas norteamericanas cesaron inmediatamente después que los Bolcheviques habían tomado el poder.

Debo señalar aquí que, según Antony Sutton, los diferentes documentos en los archivos del Departamento de Estado norteamericano demuestran que David Francis, el embajador norteamericano en Moscú, fue mantenido bien informado sobre los planes de los Bolcheviques. La Casa Blanca supo por lo menos seis semanas antes, cuándo los Bolcheviques tomarían el poder. Ese evento había sido fijado para tener lugar en una fecha que coincidía con el cumpleaños de Trotsky. Así que, esos planes eran conocidos en los Estados Unidos ya el 13 (26) de septiembre de 1917.

El presidente de los Estados Unidos, Thomas Woodrow Wilson conoció de antemano que la toma del poder por los Bolcheviques prolongaría la guerra mundial.

Pero él no hizo nada que detener sus planes. Al contrario, él hizo todo en su poder para ayudarlos.

Los Estados Unidos de Norteamérica era la única nación que logra hacer una gran ganancia con la guerra. Todo los otros poderes bélicos perdieron sumas gigantescas y llegaron a deberle un total de 14 mil millones dólares a los Estados Unidos. Ha sido calculado que la élite financiera internacional hizo un total de 208 mil millones dólares de beneficios en la guerra.

El gobierno británico también supo sobre los planes Bolcheviques, ya que ellos también recomendaron que sus ciudadanos dejaran Moscú por lo menos 6 semanas antes de la toma del poder. (Antony C. Sutton, «Wall Street y la Revolución Bolchevique», Morley, 1981, pág. 45.) Así entonces, pareciera que Londres y Washington supieron con quien ellos estaban tratando.

El 8 de noviembre se acercaba y los Bolcheviques hicieron todo en su poder para extender la apatía entre los obreros y soldados, que más tarde ellos pensaban utilizar.

Ellos también intentaron tentar a las personas con la palabra mágica: «¡Paz!», qué ya no sonaba a traición.

El Partido Bolchevique no era muy grande a estas alturas. Además, tenía un centro de Illuministas de 4000 miembros que eran muy activos.

Entretanto, la circulación de Pravda disminuyó de 220.000 a 85 000 copias.

Según Margarita Fofanova, Lenín volvió a Petrogrado el 5 y no el 20 de octubre, como oficialmente fue afirmado. Él se quedó con Fofanova hasta la toma del poder. Las autoridades sabían absolutamente bien, que Lenín estaba en Petrogrado. La hermana de Lenín, María, confirmó esto a un oficial.

El Gobierno Provisional no intentó de ninguna forma ubicar o arrestar a Lenín.

Los planes Bolcheviques para tomar el poder no eran secretos. El público general no estaba ignorante de ello y menos de todos, el Gobierno Provisional.

Zinoviev y Kamenev escribieron en forma bastante abierta de sus planes en el periódico Novaya Zhizn el 31 de octubre. Lenín también había hablado públicamente de esos planes en varias ocasiones. El historiador E. M. Halliday admitió en su libro «Rusia en Revolución» (Malmo, 1968, pág. 114) que las autoridades conocieron los planes Bolcheviques en detalle. ¿Así por qué, a menos que ellos estaban envueltos en la conspiración, ellos no hicieron nada sobre esto? Para varios historiadores, sin embargo, el misterio no era tanto el hecho de que los Bolcheviques habían discutido oficialmente los planes de la toma del poder en la prensa, sino que el Gobierno Provisional no tomó ningún paso para protegerse; de hecho hizo realmente lo contrario.

El Primer Ministro Alexander Kerensky se negó a ordenar tropas especiales a Petrogrado, cuando esto fue sugerido. (Mikhail Heller y Alejandro Nekrich, la «Utopía en Poder», Londres, 1986, pág. 37.) Es claramente una fabricación, que los líderes Bolcheviques se reunieron el 23 de octubre (5 de noviembre) en el apartamento de Nikolai Sukhanov (Gimmel) y sólo entonces decidieron organizar el ataque al Palacio Invernal. Cualquier otro líder bolchevique, excepto Lenín y Trotsky, habrían dicho que la acción armada era completamente innecesaria, ya que ellos ganarían el poder en el Segundo Congreso de los Soviet el 25 octubre (7 de noviembre) de cualquier forma.

Esto parece haber sido una invención posterior ya que Trotsky ya había formado un comité revolucionario militar el 12 (25) de octubre.

El poder se transfirió a este órgano en secreto el 21 de octubre (3 de noviembre).

(Heller y Nekrich, «Utopía en el Poder», Londres, 1986, pág. 38.) Todos los hechos disponibles hoy, hacen pensar en un complot organizado y no en algún tipo de acción espontánea.

Lenín no se vio entre el 2 y 7 de noviembre. No le necesitaban. Era Trotsky quien organizó todo. Lenín desapareció de la casa de Fofanova a finales de la tarde. Sólo Stalin supo algo sobre la misteriosa desaparición de Lenín. Lenín no estaba en lo de Fofanova en la noche del 24 de octubre (6 de noviembre). Tampoco estaba en el edificio del Soviet en el palacio Smolny. Esto fue confirmado en el libro «Sobre Nadezhda Krupskaya», publicado en 1988 en Moscú.

Nadezhda había venido de Smolny al apartamento de Fofanova buscando a Lenín.

Pero él no estaba allí. Los historiadores Heller y Nekrich llegaron a la misma conclusión: Lenín ni siquiera estaba en Smolny en la noche del 24 de octubre (6 de noviembre).

Según otras fuentes, él volvió sólo el 7 de noviembre. Había tomado un tranvía hacia Smolny. Lenín dijo a Trotsky en alemán: «¡Es schwindelt!»/ «¡Estoy perplejo!).

¡Estaba al mando! Lenín comenzó amenazando con las ejecuciones inmediatamente si él no fuese obedecido completamente. Pero todavía era Trotsky quién dirigía el show. El Congreso Soviético que había tomado residencia en la Escuela de Niñas Smolny fue dirigido por Fiodor Dan (en realidad Gurvich, 1871-1947), uno de los líderes Menshevikes.

Los conspiradores ya anunciaron a las 10:40 de la mañana del 7 de noviembre que el Gobierno Provisional había sido derrocado y el poder había sido tomado por los Soviets. El Congreso soviético aceptó la moción para formar a un nuevo gobierno – El Concejo de los Comisarios del Pueblo (Sovnarkom). La sugerencia recibió 390 votos de los 650. El gobierno estaría compuesto exclusivamente de Bolcheviques con Lenín a la cabeza. El líder de los Menshevikes, L. Martov, dejó el congreso junto con los otros miembros de su Partido.

En realidad fue el Comité Revolucionario Militar quienes tomaron el poder. Los Bolcheviques lo modelaron de acuerdo al Comité Revolucionario de los Jacobinos creados durante la llamada Revolución Francesa.

El comité en Petrogrado consistía en 18 Comisarios. La mayoría de ellos eran judíos o estaban casados con judías. El presidente era León Trotsky (judío). Otros miembros eran: Vladimir Ulyanov-Lenin (mitad-judío), Adolfo Yoffe (judío), Josef Unschlicht (judío), Gleb Boky (judío), Vladimir Antonov-Ovseyenko (judío), Konstantin Mekhonoshin (judío), Mikhail Lashevich ( judío), Félix Dzerzhinsky (Rufin, judío), P.

Lazimir (judío), A. Sadovsky ( judío), Pavel Dybenko (casado con la Judía Alexandra Kollontay), Nikolai Podvoisky, Vyacheslav Molotov (realmente Skryabin), Vladimir Nevsky (Feodosi Krivobokov), Andrei Bubnov y Nikolai Skrypnik (judío).

Lenín y su gobierno ganaron el poder temporalmente. Eso fue por qué también a su gobierno le llamaron ‘Gobierno Provisional’ hasta que la Asamblea Constituyente se eligiera el 17 de noviembre.

Algo inexplicable pasó en este momento: de hecho – nada en absoluto pasó en la tarde del 7 de noviembre. Los historiadores no pueden entender por qué el Palacio de Invierno no fue tomado en seguida. El Congreso soviético también hizo una pausa por un rato. Trotsky entró en otra habitación para descansar. Oficialmente se afirmó que Lenín también estaba en el edificio, y que fue a dormir en otra habitación por la tarde.

En este momento Lenín parecía ser el perro sabueso de Trotsky. En el Congreso soviético, sólo Trotsky se vio cuando él salía de vez en cuando a hablar con algunos miembros. Lenín no sería visto en ninguna parte. Él sólo envió unas notas a Vladimir Antonov-Ovseyenko, Nikolai Podvoisky y algunos de los otros en el congreso. (Sergei Melgunov, «Cómo los bolcheviques tomaron el Poder», París, 1953.) Según el mito, aproximadamente 5000 marinos se habían reunido ya alrededor del Palacio de Invierno para preparar el ataque temprano por la mañana el 25 octubre (7 de noviembre).

En los hechos, este edificio fue tomado por un par de cientos de «revolucionarios», incluyendo a 50 Guardias Rojos que calmadamente marcharon directo al palacio.

¿Qué pasó con todos esas decenas de miles de «soldados revolucionarios» que se habla apasionadamente en los libros de historia? Ésta fue simplemente otra fabricación, ya que el Palacio de Invierno jamás fue tomado por asalto. No fue necesario. Pero tomar el asiento del poder a una hora cuidadosamente calculada fue un acto simbólico con connotaciones astrológicas para Lenín y Trotsky.

Eso fue por qué Trotsky aún deseaba reunir a tantas personas como fuese posible.

Se trajeron 235 obreros del Astillero báltico. Sólo 80 de la Fábrica Putilov, a pesar que allí habían 1500 Guardias Rojos registrados oficialmente. Un total de 26.000 trabajaban allí. Todos los sitios importantes en la ciudad fueron tomados por unos mil «revolucionarios»…

Los primeros Guardias Rojos se reunieron junto al Palacio de Invierno sólo alrededor de 4:30 en la tarde, según el desterrado historiador ruso Sergei Melgunov. El jefe de los Guardias Rojos, Vladimir Nevsky (quién después llegó a ser Comisario para las comunicaciones), recibió órdenes de esperar. Alrededor de las 6 de la tarde, el comandante de la Academia de Artillería en Mikhailovsk ordenó a sus cadetes dejar el Palacio de Invierno. Los cosacos también salieron. (Sergei Melgunov, «Cómo los bolcheviques tomaron el Poder», París, 1953, pág. 119.) Finalmente sólo dos compañías del batallón de mujeres y 40 soldados inválidos permanecían. Esto no puede explicarse de otra forma que el Gobierno Provisional hizo todo en su poder para entregar el Palacio de Invierno tan apaciblemente como fuese posible a los Bolcheviques. El Gobierno Provisional ya no tenía el poder. Fue solamente un gran show para el público.

Los teatros sostuvieron sus funciones, los restaurantes se mantuvieron abiertos.

Nadie notó que algo extraño estaba sucediendo. Los guardias de puentes no tenían ninguna idea sobre la situación real, o más bien, Lenín y Trotsky, deseando estar en el lado seguro afianzando todas las rutas de transporte entre las diferentes áreas de la ciudad, habían sobornado a todos los guardias de puentes.

Pasó el tiempo y nada sucedía aún. Todos esperaban. Según el mito, los Bolcheviques habían emitido un ultimátum al Gobierno Provisional que este se negó a contestar. ¿Pero cómo pudieron emitir un ultimátum a un gobierno que ya el 3 de noviembre había entregado voluntariamente el poder al Comité Revolucionario Militar? Además, Trotsky había confirmado a las 2:35 por la tarde del 7 de noviembre que el Gobierno Provisional ya no existía. A las 10 en punto el Congreso soviético había proclamado: «¡El poder del Gobierno está en el Comité Revolucionario Militar! » Por qué era necesario para Trotsky poner en escena un show, será pronto evidente al lector atento.

Trotsky quería que todo el espectáculo apareciera más dramático de lo que realmente fue. Por esta razón, ordenó disparar un número de proyectiles desde el fuerte Peter-Paul mientras los tranvías continuaban rodando sobre el Puente Troitsky, según el embajador británico Sir George Buchanan (quién, a propósito, estaba involucrado en el derrocamiento del Zar).

La cosa notable fue que esos proyectiles nunca impactaron el Palacio de Invierno.

La explicación oficial fue que ellos estaban mal dirigidos. ¿Pero por qué los bolcheviques no pudieran encontrar a nadie entre todos esos miles de «soldados revolucionarios» que podrían apuntar apropiadamente? Pareciera que aquellos que dispararon los proyectiles repentinamente perdieron su habilidad de apuntar directamente. Todos esos disparos sólo lograron romper una ventana. ¿Por qué fueron disparados exactamente 35 proyectiles? ¿Tenía ese número algún significado cabalístico? Los Guardias Rojos esperaron durante algún tiempo fuera del Palacio de Invierno a pesar de la ausencia de guardias en la puerta lateral, según Mikhail Heller y Alejandro Nekrich («Utopía en el Poder», Londres, 1986, pág. 41). Tampoco la Guarnición de Petrogrado tomó alguna acción contra los Bolcheviques. Ellos sólo miraron el show.

Los Guardias Rojos dieron una vuelta por la ciudad y presionaron a unos marinos a seguirlos al Palacio de Invierno, incluyendo a Indrikis Ruckulis que era un oficial Letón de 27 años de Kronstadt y comandante de un grupo de marineros. Él fue amenazado de muerte cuando se negó a acompañar a los Guardias Rojos. Afirmó que ningún proyectil se disparó desde crucero acorazada Aurora para dar la señal para el ataque, como se afirmó posteriormente. (Expressen, 17 de octubre de 1984.) Éste fue otro mito.

No hubo toma por asalto del Palacio de Invierno. Todo sucedió serenamente. No hubo sangre derramada. Los Guardias Rojos simplemente esperaron hasta que fuera el momento para marchar al interior. Ellos esperaron hasta las 1:30 de ese día, según Indrikis Ruckulis y varias otras fuentes.

Abrieron fuego durante quince minutos sólo por las apariencias. Nadie fue herido en esa «batalla», según un joven marxista, Uralov que estaba allí. No había nadie para herir. El fuego de los Bolcheviques nunca fue contestado.

Los Guardias Rojos y marineros caminaron entonces a través de puerta lateral al interior del Palacio de Invierno, según los historiadores Mikhail Heller y Alejandro Nekrich que encontraron testimonios con relación a esto. Los miembros restantes del batallón de mujeres no ofrecieron resistencia, sino «capitularon inmediatamente.» Cuando los Bolcheviques habían atravesado fríamente las entradas indefensas, se pasearon por los vestíbulos y corredores y saludaron a los «defensores» que no se resistieron, de una manera amistosa (E. M. Halliday, «Rusia en la Revolución», Malmo, 1968, pág. 120).

Incluso E. M. Halliday confirma que allí nunca hubo una batalla. Sólo en Moscú se ofreció alguna suerte de resistencia. El Kremlin recibió disparos después de las tres de la madrugada, a pesar del hecho que los cadetes habían dejado el edificio a las 19 hrs. de la tarde anterior.

A Vladimir Antonov-Ovseyenko (1883-1937), quién era camarada de Trotsky, se le había ordenado la tarea de sacar al Gobierno Provisional.

Aquí ocurrió algo sumamente confuso. Radio Rusia lo relató el 12 de agosto de 1991 a las dos de la tarde.

Antonov-Ovseyenko y sus Guardias Rojos llegaron al Hall Malachite justo antes de las 2:00 y esperaron detrás de una puerta que lleva a la cámara del Concejo del Gobierno Provisional. El gobierno (sin Kerensky) contra toda razón lógica, se había reunido allí. ¿Por qué? Antonov-Ovseyenko estaba parado allí justo mirando el reloj. Los Guardias rojos y los marinos también estaban parados, esperando por la señal de Antonov-Ovseyenko.

Esperaron allí por aproximadamente diez minutos. Él posteriormente enviaría un telegrama a Lenín: «El Palacio Invernal fue tomado a las 2:04.» A las 2:10 Antonov- Ovseyenko dijo: «¡Es tiempo!» («¡Para!») a los Guardia Rojos. Abrió la puerta y dijo algo muy secreto: «¡Señores! Su tiempo está!«.

Podemos presumir que los Bolcheviques tomaron el poder oficialmente el 26 octubre (8 de noviembre) de 1917 a las 2:04 por la mañana. Una investigación astrológica más íntima revela que el sol estaba entonces justo en el centro preciso del signo Escorpión (14°58′).

En el horóscopo del régimen soviético, MC (Medium Coeli = el cenit) ponga 4°28′ en Géminis (que significa Poder) – un aspecto que fue favorable para la toma del Poder.

Este horóscopo fue el peor posible para los habitantes de la Unión Soviética. Muestra que todo estaba basado en el engaño. Sólo el desarrollo técnico era favorable, los valores espirituales eran completamente rechazados.

Sólo los terroristas traficantes del poder estaban en ventaja. Según su horóscopo, el régimen soviético no traía nada en absoluto bueno al mundo. Las personas deberían haber sido cautas de tal poder mortal. Trajo sólo enormes problemas y catástrofes. El astrólogo sueco Anders Ekstrom en Skyttorp confirma esta interpretación.

Foto: El Horóscopo del Régimen Soviético 8 de Noviembre de 1917, 2:04 A.M., Petrogrado. Todo esto va a mostrar que los francmasones Bolcheviques estaban bien versados en los secretos de la astrología. Su astrólogo más importante era el bolchevique judío, Lev Karakhan (Karakhanyan), posteriormente Vice-Comisario del Pueblo para los asuntos extranjeros. Más tarde excluyeron a otros de una investigación similar, los Bolcheviques declararon inmediatamente que la astrología era una cosa burguesa sin sentido y mera superstición. Un movimiento muy diestro.

Los judíos rusos y polacos también fundaron el estado de Israel. Si nosotros investigamos el horóscopo de Israel, vemos que el tiempo más conveniente, también había sido allí calculado. El resultado fue el mejor posible. De esta manera, ellos se favorecieron a las 4:37 en la tarde del 14 de mayo de 1948 … …

El hecho que Antonov-Ovseyenko esperó hasta 2:10 favoreció sólo al nuevo régimen. Las 2:10 hrs., eran cuando sacaron a los miembros del Gobierno Provisional, probablemente fue un momento importante. (Nicolás Campion, «El Libro de Horóscopos Mundiales», Wellingborough, 1988, pág. 280.) Lenín también afirmó esto. Trotsky tenía su cumpleaños 38 el 26 octubre (8 de noviembre) 1917, y todo el espectáculo se transformó en su fiesta de cumpleaños, así mismo, en el principio de una nueva época. (las fases de la luna se repiten cada 19 años.) Escorpión es el octavo signo del zodíaco – el signo del crimen y la muerte.

Ciertos días tenían una importancia especial para la dirección Bolchevique. ¿Por qué razón se oculta la verdadera fecha del nacimiento de Lenín ? Me gustaría apuntar aquí que el ejército soviético hizo todo lo posible para tomar Berlín el 1º de mayo de 1945 para que la bandera roja del Illuminati pudiera izarse encima de la ciudad en ese mismo día.

Es obvio que el tiempo oficial (8 de noviembre) era sumamente importante para los conspiradores. ¿No había Kerensky abandonado el poder a la élite Bolchevique, sin que el público supiera algo sobre esto, el 3 de noviembre (21 de octubre)? Para desinformar a sus ciudadanos, los Bolcheviques comenzaron a celebrar oficialmente la revolución el 7 de noviembre.

Esa élite que en realidad se transformó en un secreto gobierno de transición rojo fue la responsable del show. Esos diez hombres, de quienes por lo menos la mitad eran francmasones secretos, conformaban el Politburó y el Comité Revolucionario Militar que había sido fundado el 16 (29) de octubre – el Día del Juicio Final de Yahweh.

Ellos eran: Vladimir Lenin (medio-judío), León Trotsky (judío), Grigori Zinoviev (judío), León Kamenev (judío), Grigori Sokolnikov (judío), Yakov Sverdlov (judío), Joseph Stalin (medio-judío), Félix Dzerzhinsky (judío), Moisei Uritsky (judío) y Andrei Bubnov (ruso). ¿Fué entonces este espectáculo una Revolución Rusa? Ningún historiador ha podido explicar lógicamente por qué los Bolcheviques esperaron en la tarde del 7 de noviembre y no tomaron el Palacio de Invierno en seguida. La única razón que algunos historiadores han propuesto, es que la dirección Bolchevique le faltó la resolución en esa tarde.

El lector puede decidir si acepta esta explicación o no.

La próxima pregunta es: ¿Por qué el Gobierno Provisional se rindió voluntariamente y tan fácilmente? Trotsky intentó explicar esto diciendo que el Gobierno Provisional quiso evitar el derramamiento de sangre. Trotsky difícilmente puede ser considerado un hombre fiable. Él quiso simplemente ocultar que los Hermanos Masones habían hecho ciertos tratos entre ellos.

Debo mencionar aquí, que había una figura misteriosa que representaba a los francmasones Bolcheviques pero que tomó parte en la reunión del Gobierno Provisional.

Su nombre era Yuri Steklov (en la realidad Nakhamkis) y era el agente del Comité Central Bolchevique. Sus comportamientos le hicieron parecer como si fuese él quién decidía cuánto tiempo el Gobierno Provisional podía actuar y permanecer en el poder. Era como si sólo él reconocía y permitía la existencia misma del Gobierno Provisional.

Actuaba como si él estuviera a cargo de que el gobierno no sobrepasara su autoridad y mandato. (Vladimir Nabokov, «El Gobierno Provisional y el Golpe Bolchevique», Londres, 1988, pág. 116.) Yuri Steklov era un francmasón del Grado 32 y el yerno de Kerensky.

El ingrato Lenín sólo mostró el aprecio a sus amos Masónicos en París, que lo había ayudado a llegar al Poder. Envió en 1919 cantidades enormes de dinero a la orden Masónica Gran Oriente de Francia, para ser usado en la renovación de su magnífico cuartel principal en París, en propaganda y para otros propósitos. Entretanto, millones de rusos estaban muriendo de hambre. (Oleg Platonov, «La Corona de Espinas de Rusia: Historia del Pueblo Ruso en el Siglo XX», Moscú, 1997, pág. 557.) Fue la tarea de Vladimir Antonov-Ovseyenko decirle al Gobierno Provisional que era su tiempo. La chusma que, algo después que los Guardias Rojos, entraron al Palacio de Invierno, comenzaron el saqueo y destruyeron el mobiliario. Los ojos de los retratos fueron cortados, valiosos libros e iconos fueron arrojados al suelo y pisoteados. También comenzaron a violar a las mujeres.

Según otro mito más, en el gran repertorio Bolchevique, todos los Ministros (excepto Kerensky) fueron arrestados y sentenciados al encarcelamiento, pero hay nombres entre ellos que después, volvieron, en la administración Bolchevique. Por ejemplo, el francmasón y ex Ministro de Comunicaciones, Nikolai Nekrasov, se transformó en un burócrata en la Unión Central de Cooperativas en 1920. (Artículo del Profesor N. Pervushin «Los Francmasones rusos y la Revolución» en el periódico Novoye Russkoye Slovo, Nueva York, 1º de agosto de 1986, pág. 6.) Incluso la Enciclopedia Soviética Mayor (Vol. 56, Moscú, 1936, pág. 301) confirma que el Ministro del Interior de Kerensky, Sergei Urusov, después trabajó en el Banco Nacional Soviético. Él todavía era el emisario de los francmasones franceses.

El mundo está de verdad confundido y la historia oficial contiene tantos e increíbles cuentos de hadas para adultos que “Las Mil y Una Noches» palidecen en comparación.

Según la versión Bolchevique oficial, Kerensky logró escapar a Gachino cerca de Petrogrado vistiendo de mujer, después de lo cual él siguió a Pskov. Nada más.

Kerensky afirmó en sus memorias que él se puso el uniforme de un marino y escapó a Gachino, dónde quiso organizar una resistencia pero falló, ya que las tropas se marcharon (¿¡!?).

Los historiadores Nesta Webster y Kurt Kerlen, sin embargo, han encontrado algunos datos reveladores que ellos publicaron en su libro «Boche y Bolcheviques» (Nueva York, 1923, pág. 19).

Según esta versión, Lenín y Trotsky permitieron a Kerensky «desaparecer» en reconocimiento de sus contribuciones cuando él los protegió del público en julio de 1917.

También fue Kerensky quién se ocupó que los boletos del ferrocarril para el viaje de Lenín y su grupo desde Estocolmo a Petrogrado fuese pagado. Y finalmente, él entregó el poder en sus manos.

Según el mito, Kerensky se opuso a los Comunistas. Él era en realidad Gran Secretario del Gran Oriente en Rusia. Lenín y Trotsky le proporcionaron con documentos falsos y una cantidad grande de dinero y lo escoltaron a Murmansk, que había sido ocupada por los británicos.

Kerensky fue recibido como un refugiado «Blanco» en Murmansk. Abordó un vapor italiano y navegó a Inglaterra, según documentos, que han sido preservados en Londres.

Kerensky vivió después en Berlín, París y California como un hombre adinerado. Murió en Nueva York el 12 de junio de 1970.

Incluso el gran falsificador de historia, E. M. Halliday, admitió en su libro «Rusia en la Revolución» (Malmo, 1968, pág. 117) que Kerensky dejó el Palacio de Invierno y Petrogrado en la mañana del 7 de noviembre en un automóvil que fue puesto a su disposición por la Embajada norteamericana.

El automóvil portaba una bandera norteamericana. Así, ahora sabemos cómo consiguió llegar a Murmansk y de allí a Inglaterra.

Esto debe haber sido muy bien planeado, antes que los Bolcheviques tomaran el Poder. Él tuvo tiempo suficiente para esto, pero no lo suficiente para llamar a las tropas especiales a defender Petrogrado. ¿No es ésto muy peculiar? Todo esto obliga a una persona que piensa independientemente que haga la pregunta si el Gobierno Provisional realmente no se preparó para el terror de los bolcheviques que se aproximaba. ¿Qué otra razón hizo que los Estados Unidos de Norteamérica y Gran Bretaña le pidieran a sus ciudadanos que abandonaran Rusia anticipadamente antes del traslado del poder? Los bolcheviques eran entonces, oficialmente tan democráticos como Kerensky y sus lacayos.

Lo que pasó en febrero (marzo) 1917 no fue una revolución, sino un golpe de estado organizado externamente. Los bolcheviques mismos, sin embargo, no llevaron a cabo un golpe de estado en octubre (noviembre) 1917, tal como lo conocemos en occidente, sino simplemente tomaron el poder.

Era una conspiración internacionalmente controlada. Si éste no fuera el caso, entonces un gran número de hechos importantes no pueden explicarse; y en cambio, todo se pone oscuro e incomprensible.

Si nosotros asumimos que realmente fue una conspiración planeada, entonces todos esos eventos extraños que yo describí antes, inmediatamente tienen una explicación clara.

La Enciclopedia Soviético-Estonia mantuvo que el sólo hecho que el Marxismo se introdujo en Rusia, demuestra que es una ideología verdadera. Ninguna otra evidencia era necesaria. Lenín dijo después el tomar el poder: «Nosotros construiremos ahora el orden socialista». Trotsky lo corrigió: «Nosotros debemos establecer una dictadura socialista».

El escritor judío Alexander Zinoviev dijo en una entrevista en la primavera de 1984 que «el régimen soviético es eterno, la sociedad soviética no podrá ser destruida ni siquiera en mil años«. Enfatizó más allá al entrevistador, George Urban,: «El sistema soviético permanecerá hasta el fin de historia humana«. Ni siquiera Trotsky ni Lenín podrían creer eso.

El astrólogo E. H. Troinsky, calculó en 1956 que el estado soviético comenzaría a caerse a pedazos después de 72 años y 7 meses, es decir, después de julio de 1990.

Tal como todos sabemos, el régimen soviético se debilitó seriamente, precisamente después de junio de 1990 y finalmente se desplomó en agosto de 1991.

La Unión Soviética se disolvió oficialmente cuatro meses más tarde.

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