La mayoría de la gente dejaría de vacunarse si comprendieran que los alimentos naturales, las vitaminas, las plantas medicinales y los suplementos construyen nuestro sistema inmunológico para hacerle frente a casi cualquier enfermedad conocida por la humanidad. Por más de 70 años, la industria farmacéutica (Big Pharma) ha tenido éxito con sus esquemas maliciosos para hacer dinero, a pesar de la historia bien documentada repleta de lecciones terribles.

En el 2006, el Acta de Preparación para Emergencias y Preparación Pública (PREP) fue convertida en ley por la administración Bush, dándole al gobierno de los Estados Unidos el poder de declarar una “emergencia nacional” por cualquier enfermedad infecciosa que aseveraran estuviera propagándose y por tanto requerir vacunaciones obligatorias para la población entera de los Estados Unidos. En otras palabras, los ciudadanos de los Estados Unidos se les puede ahora negar su derecho constitucional a elegir y ser forzados a vacunarse o enfrentar tiempo en la cárcel por representar una “amenaza para la seguridad nacional”, todo sin ir a juicio, y sin representación legal. (http://www.infowars.com)

Auschwitz, el mayor campo de concentración alemán durante la II Guerra Mundial, fue el campo de pruebas ideal para “conejillos de indias” con medicamentos farmacéuticos peligrosos y vacunas creadas por IG Farben (un poderoso cártel compuesto por empresas químicas y farmacéuticas alemanas como BASF, Bayer y Hoechst). Los prisioneros de guerra no podrían “demandar” al gobierno, así que pruebas inhumanas tuvieron lugar. Al vacunar a todo prisionero que estuviera contra la visión política Nazi (incluyendo a niños), Hitler estaba aislando a su “raza superior” al enfermar, debilitar o matar toda oposición, con una campaña pasiva y silenciosa de terror mediante el uso de vacunas y gas nervioso.

(http://www.holocaustresearchproject.org/economics/igfarben.html)

La Alemania Nazi no fue una teoría conspirativa, fue real, pero la gente subestimó el movimiento a medida se levantaba y mira lo que pasó.

Antes y durante la guerra, los Nazi hicieron pruebas con los prisioneros de los campos de concentración del mismo modo que se hacen pruebas y crían animales (incluyendo los que se comen) en los Estados Unidos hoy en día. ¿De qué forma son diferentes los alimentos genéticamente modificados cargados de pesticidas que causan cáncer de las vacunas cargadas de químicos peligrosos (como las vacunas para la gripe porcina y la gripe común)  que se administran a seres humanos?

Y, ¿de qué modo son diferentes las condiciones de los campos de concentración Nazi de las condiciones en que viven muchos animales hoy en día, atrapados en una historia de terror desde que nacen hasta su miserable muerte, conocida también como Operaciones de Alimentación de Animales en Confinamiento (CAFOs)?

Existe una Guerra en curso en la actualidad por alimentos y agua libre de químicos y una guerra por las libertades personales que permitan a los ciudadanos el derecho a tener etiquetados los alimentos que son genéticamente modificados y contar con la opción de no participar de las vacunaciones. Tan sólo han pasado 70 años desde la II Guerra Mundial y los científicos locos no desaparecieron, pasaron a trabajar para empresas farmacéuticas que dirigen las industrias alimenticia y de las vacunas en la actualidad. Sus herederos continúan la “tradición” de hacer dinero por cualquier medio, con completo desdén por la santidad de la vida humana.

Justo ahora en los Estados Unidos, alimentos y vacunas venenosas sobrepasan toda barrera ética y moral respecto a la humanidad más elemental y el bienestar de la especie humana. Los Estados Unidos se han convertido en el campo de pruebas para las venenosas vacunas y medicamentos de las Grandes Empresas Farmacéuticas. Los ingredientes en las vacunas incluyen toxinas y carcinógenos conocidos por causar reacciones adversas que son severas y algunas veces fatales.

Algunos Hechos Comprobados sobre las Vacunas:

La mayoría de las vacunas pasan virtualmente sin probarse y las tasas de éxito se basan estrictamente de los resultados de pruebas en animales de laboratorio.

Muchas vacunas contienen Timerosal, un preservante hecho con metil-mercurio, el cual en extremo tóxico para el sistema nervioso central.

Muchas vacunas contienen adyuvantes químicos, como el escualeno, el cual causa inflamación del sistema nervioso central.

El autismo es un desorden neurológico. Los ingredientes de la vacuna rompen los péptidos en el cuerpo que regulan las funciones cognitivas y procesos todos característicos del autismo.

Las tasas de autismo se han duplicado en la década pasada.

Más de 1 de cada 100 niños en los Estados Unidos se la ha diagnosticado autismo, lo cual constituye la tasa más alta en cualquier población durante toda la historia.

La vacuna contra la gripe H1N1 incrementó en gran medida los riesgos para la salud en ancianos, niños y en aquellos con problemas cardíacos, respiratorios y en diabéticos.

El grupo principal de científicos que convenció a la Organización Mundial de la Salud de declarar a la H1N1 como una “pandemia” poseía vínculos financieros con las empresas farmacéuticas que se lucraron.

Australia prohibió las vacunas contra la gripe en los niños después de reportes de convulsiones y en Finlandia se prohibieron las vacunas contra la H1N1 después de vincularlas con casos de narcolepsia en niños.

Inyectar bacterias y virus genéticamente modificados conlleva el riesgo de causar una tormenta de citoquinas en el cuerpo, lo cual es una respuesta inmune exagerada hacia un invasor altamente patogénico. Cuando una tormenta de citoquina se presenta en los pulmones, los fluidos y las células inmunes se acumulan y eventualmente bloquean las vías respiratorias, a menudo ocasionando la muerte.

Para la mayoría de la humanidad moderna, los experimentos médicos son vistos como algo que se realiza en un entorno de laboratorio con el uso de ratas y ratones, pero la realidad es que la medicina moderna occidental se han convertido en un esquema para hacer dinero que engaña al público en general y los usa como a los ratones. Por tanto, del mismo modo en que el régimen farmacéutico maligno de Hitler “pasó desapercibido de los radares” de muchos países poderosos, igualmente la medicina alopática ha hecho hoy en día.

Fuentes:

http://www.bibliotecapleyades.net
http://www.nachfolgeprozesse.nuernberg.de/english/trials/trials11.html
http://fcit.usf.edu/holocaust/resource/document/docmedex.htm
http://www.jewishvirtuallibrary.org
http://www.naturalnews.com/027175_autism_vaccines.html
http://www.ushmm.org/research/doctors/twoa.htm
http://www.naturalnews.com/030158_swine_flu_pandemic.html
http://www.wddty.com/autism-it-s-all-in-the-gut.html
http://www.tetrahedron.org
http://en.wikipedia.org
http://www.knowthelies.com/node/3944
http://curezone.com/blogs/fm.asp?i=1490511