Mejora la circulación
Contiene más betacaroteno que ninguna otra fruta.
Contribuyendo a la salud de los ojos y de la piel, así como a la resistencia ante las infecciones, entre otros efectos positivos.
Sirve para prevenir enfermedades crónicas, entre ellas las circulatorias y del cáncer.
Favorece la adaptación de la piel al sol y el que adquiera un bonito bronceado.
El albaricoque también contiene abundante potasio, magnesie, hierro y vitaminas 8 1, 82 y C. Es rico en fibra soluble, que estabiliza la concentración del azúcar en la sangre.
Comparado con otras frutas, su aporte energético es bastante bajo, dada su elevada cantidad de agua y modesto aporte de hidratos de carbono.
Destaca por la abundancia de fibra, que mejora el tránsito intestinal, y su contenido en provitamina A (beta-caroteno), de acción antioxidante.
Su contenido mineral no es menos importante, ya que es rico en elementos como el potasio y, en menor proporción, en magnesio y en calcio, este último de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral.
El beta-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, además de tener propiedades antioxidantes.
El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
• Es recomendable para la vista y la piel. Previene las enfermedades crónicas y el cáncer.
• Es antianémico y contribuye a abrir el apetito.