No hay que ir tan lejos…, a veces sólo basta con mirar el informativo de la tarde y aparecen historias que parecen salidas de una caótica caja de Pandora. Escuelas y organizaciones sociales buscan soluciones para el tratamiento para las adicciones (que suelen ser la punta del hilo de la mayoría de esas historias) y entre esos paliativos aparece la Psicología clínica como un emergente de peso. Veamos por qué…
Estamos demasiado rodeados o por decirlo de otro modo “bombardeados” de las malas noticias que llegan de la mano de las adicciones. A tal punto que conceptos separados y diferentes suelen confundírsenos, porque unos son causas o consecuencias de otros, o porque actúan como detonantes entre sí.
Para ser más claros, piensa en estas palabras: ansiedad, fobia, depresión, estrés, adicción…. Todo un mix de conceptos que solemos citar juntas cuando abordamos estos temas en la actualidad. Veamos por qué…
Cuando hablamos de ansiedad, todos lo percibimos como una sensación de preocupación o temor, especialmente con respecto a un evento inminente, quizá algo donde el resultado no se conoce (como un examen, una entrevista de trabajo o incluso la conclusión de un juego deportivo). Para la Psicología clínica, sin embargo, la ansiedad puede significar una serie de diferentes condiciones de salud mental. Muchas veces, no tener la valentía o la inteligencia de asumirlo en estos términos (aunque suene duro… “salud mental”) significa correr riesgos innecesarios, ya que es más sano (e incluso más económico) invertir en el asesoramiento profesional de expertos en el tema que invertir en tratamiento para las adicciones después.
Miremos ahora hacia el estrés… ¡parece una de las “dagas” más difíciles de esquivar en estos tiempos! Lo cierto es que el estrés es un factor de riesgo clave no sólo en el inicio de una adicción, sino que posteriormente impacta en su proceso, en las recaídas y aunque no nos guste admitirlo, en el fracaso del tratamiento. ¿Es posible no estar expuesto a eventos estresantes en nuestra vida? Definitivamente no. Lo que sí es posible, es asesorarse y una vez más acudir a expertos en Psicología clínica, que, si bien no tienen la varita mágica para evaporar el estrés de nuestras vidas, nos enseñarán a encontrar formas de gestionarlo.
En suma, a modo de conclusión, el camino de las decisiones inteligentes en este sentido es claro: si sentimos que no podemos lidiar solos… pidamos ayuda a profesionales en el área de Psicología clínica, ya que siempre será más grato, más fácil, más sano y más simple que terminar invirtiendo en tratamiento para las adicciones cuando ya sea tarde.