Según el Profesor Jan Bergman en Suecia, los Cabalistas consideran a todos los no judíos como ganado. El Talmud también afirma esta opinión en varios lugares: «Sólo los judíos son llamados humanos, los goyim son llamados animales». (Baba Batra 114b, Jebamot 61a, Keritot 6b y 7a.)
Las vidas de no-judíos tienen menos valor que las vidas de judíos. Esta suposición es confirmada en el Talmud: «Si un no-judío asesina a un no-judío o a un Israelita, él será castigado. Pero si un Israelita asesina a un no-judío, la pena de muerte no puede imponerse.» (Sanhedrin 57a, qué en la traducción inglesa de Epstein corresponde a Sanhedrin I, pág. 388.)
El Talmud también exhorta: «Incluso el mejor de los goyim (Gentiles) debe ser asesinado» (Avodah Zara 26b, Tosefoth.)
Los judíos igualmente creen que los productos del trabajo de los Gentiles pertenecen al pueblo escogido de Dios. «La propiedad de los Gentiles es como un desierto sin dueño; cualquiera que lo toma ha adquirido un derecho sobre él” (Baba Batra 54b.)
Como puede verse, el Judaísmo es una doctrina sumamente racista. Esto es confirmado una y otra vez en el Talmud y en la Torah. «La humanidad ha sido solamente bendecida por causa de los judíos» (Talmud, Jebamot 63a.) «Todos los judíos nacen hijos de reyes.» (Shabbat 67a.) «Los judíos son más amados de Dios que los ángeles». (Chullin 91b.)
El escritor judío y francmasón Heinrich Heine (Chaim Budeburg) ha admitido: «La religión judía no es en absoluto una religión, es una calamidad».
Israel Shahak también cree que el misticismo Cabalístico es profundamente misántropo. («Historia judía, Religión judía»: El Peso de Tres Mil Años», Londres, 1994, pág. 16-19.)
En Deuteronomio 20:10-17 nos informan que todas las otras naciones deben trabajar para los judíos si ellos caen bajo el dominio de los judíos. Si ellos se resisten, deben ser asesinados y su propiedad robada. Donde los judíos se han establecido, todos los goyim (no-judíos deben ser exterminados. En Deuteronomio 7:16 (Biblia King James), uno puede leer lo siguiente: «Y consumirás a todos los pueblos que te entrega Yahvé tu Dios; tu ojo no tendrá piedad en ellos.»
Los judíos han seguido desafortunadamente, de vez en cuando, estas incitaciones al genocidio. El historiador griego Dio Cassius (quién también era un oficial romano) describió en detalles cómo los judíos en las provincias orientales del Imperio romano, en el año 116 D.C., durante una rebelión comenzaron a asesinar a varias razas entre las cuales ellos vivían.
Los judíos mataron a mujeres y niños, a veces usando terribles torturas. La carnicería más infame fue cometida en la ciudad de Cyrene y en la provincia Cyrenaica (en la parte oriental de Libia actual) y en Chipre, sobretodo en su capital Salamis. El historiador griego Eusebius confirmó esto. También perpetraron asesinatos masivos en Mesopotamia y Palestina. Sólo en Cyrenaica, los judíos mataron a 220.000 romanos y griegos.
En Chipre, sus víctimas fueron estimadas en 240.000. En esta isla, el judío Artemion, dirigió los asesinatos. Comprensiblemente, los judíos ya no fueron bienvenidos en Chipre después de esto.
El Emperador romano Marcus Ulpius Traianus (53-117 D.C.) envió a las tropas para detener la matanza. Le costó un año a Roma controlar la sed de sangre de los judíos.
Dio Cassius nos cuenta cómo los judíos incluso, se comían a sus víctimas y se untaban con su sangre. (William Douglas Morrison, «Los judíos Bajo el Gobierno Romano» Londres y Nueva York, 1890, pag. 191-193.)
Los asesinatos más brutales fueron cometidos en Egipto. Dio Cassius describe cómo los judíos incluso atacaron las naves en las que aterradas personas trataban de escapar. (Dr. Emil Schurer, «Geschichte des judischen Volkes im Zeitalter Jesu Christi» / «La Historia del Pueblo Judío en Tiempos de Cristo», Leipzig, 1890, pág. 559.)
Daré algunos ejemplos más de matanzas perpetrados por Judaístas. En el 517 DC, Judaístas encabezados por Joseph (Jussuf) Mashrak Dhu Nuwas, tomaron el poder en el norte de Himyar en Arabia del sur (ahora Arabia Saudita) y luego comenzaron los asesinatos de cristianos y Gentiles en el área. Esta salvaje masacre estremeció a toda Europa. Dhu Nuwas había tomado el poder por la fuerza y había introducido el Judaísmo como la nueva religión nacional.
Tropas aliadas de Byzantium, Arabia y Aksum (Etiopía) lograron derrocar a Dhu Nuwas en mayo del 525, D.C. El asesino de masas fue ejecutado. (Y. Kobistyanov, A.
Drizdo, V. Mirimanov, «La Reunión de Civilizaciones en África», Tallinn, 1973, pag. 84-85.) Pero de acuerdo con los judíos, esos no eran crímenes, porque cuando el Talmud nos dice: «Incluso los más buenos de los goyim deben matarse».
Los judíos han escrito ellos mismos sobre sus matanzas en la Biblia. En Esther 9:16, encontramos la historia de cómo los judíos, con Mordocai a la cabeza, asesinaron a 75.000 Persas y miembros de otras naciones. Los Judaístas celebran este genocidio todos los años, en febrero o marzo como la Fiesta del Purim.
Contra la base de estas creencias Cabalistas podemos explicar el desprecio extremo de Marx por otras razas. Los rusos eran personas totalmente inferiores, según él. Llamaba a todos los pueblos eslavos «cloaca étnica». También detestaba a los chinos. (The New York Times, 25 de junio de 1963). Rechazaba a todos aquellos que no estuviesen dispuestos a participar en su lucha «revolucionaria». Llamó a los obreros, para quienes había creado su ideología, idiotas y asnos. Llamó cavernícolas a los campesinos.
Otra razón por la que Bakunín más tarde, se distanció del Marxismo, fue que según él, era un desarrollo más amplio del Judaísmo.
Ya que Yahveh le dio el derecho a los judíos para robar las tierras de otros (Deuteronomio 6:10-13, 6:18-19, 7:1-2,). Yahveh también les dio a los israelitas, el derecho para cometer genocidio, para aniquilar totalmente a los pueblos, cuyas tierras ellos tenían el derecho del Dios-dador para tomar como propias (Deuteronomio 7:16).
Yahveh le dio el derecho para «destruirles» (a otros pueblos) con una poderosa destrucción, hasta que ellos sean destruidos» (Deuteronomio 7:23). Yahweh le dio el derecho a los israelitas para asesinar y saquear a otras razas de su propiedad (Éxodo 3:20-22).
Yahveh ha hecho de los Israelitas un «pueblo sagrado», una raza de amos entre otras razas (Deuteronomio 7:6).
En su libro «Dios y el Estado», Bakunin declaró: «De todos los dioses buenos que han sido adorados alguna vez por los hombres, Yahveh es el más celoso, el más vano, el más cruel, el más injusto, el más sediento de sangre, el más déspota y el único que es muy hostil contra la dignidad humana y la libertad… «
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Se subentiende entonces que el pueblo elegido por Yahveh, no obedecen siquiera a sus propios mandamientos, solo les interesa el poder por el poder y no por el bien comun. Se sub-entiende tambien que podrían estar detras de muchas de las paranoicas confabulaciones contra gobiernos, personas, empresas y distintos seres que viven en la tierra. Si nosotros los no judios debemos ser esclavos de ellos, se justificaría que cada acto en su contra fuese «en defensa propia?, no estoy hablando de muerte ni cosa por el estilo. Creo que los no judios tenemos mas conciencia celestial que ellos, deseamos vivir en armonia, en donde cada uno tenga lo que necesite para ser feliz y no vivir con amargura como lo hacen los judios.