[1] )- En este texto, holocausto nazi se refiere al hecho histórico real. El Holocausto significa su representación ideológica.
[2] )- Por el vergonzoso historial de las apologías de Wiesel en beneficio de Israel, véase A Nation on Trial: The Goldhagen Thesis and Historical Truthde Norman G. Einkelstein y Ruth Bettina Birn (Nueva York 1998), 91n83, 96n90. Su historial en otras parte no es mejor. En una nueva memoria, And The Sea is Never Full (Nueva York 1999) Wiesel ofrece esta increíble explicación a su silencio sobre el sufrimiento palestino: “A pesar de considerable presión, me he negado a tomar públicamente posición frente al conflicto árabe-israelí” (125). En su puntillosamente detallada revisión de la literatura sobre el Holocausto, el crítico literario Irwing Howe despachó la abundante producción de Wiesel en un único párrafo y con la pálida frase: “el primer libro de Elie Wiesel Night (está) escrito con simpleza y sin indulgencias retóricas”. Alfred Kazin está de acuerdo: “No hay nada que valga la pena leer desde Night . Elie es ahora todo un actor. Se me ha redefinido como » docente en angustia «.” (Irving Howe, Writing and the Holocaust, en New Republic [27 Octubre 1986 1; Alfred Kazin, A Lifetime Earning in Every Moment [Nueva York 1996 1, 179
[3] )- Nueva York 1999. Norman Finkelstein Uses of the Holocaust en London Review of Book (6 de Enero 2000).
[6] )- Raul Hilberg, The Destruction of the European Jews (New York: 1961). Viktor Frankl, Man’s Search for Meaning (New York 19Sg). Ella Lingens-Reiner, Prisoners of Fear (London 1948).
[9] )- Hannah Arendt, Eichmann in Jerusalem: A Report on the Banality of Evil, edición revisada y ampliada (Nueva York 1965), 282. La situación en Alemania no fue muy distinta. Por ejemplo, la biografía justamente famosa de Hitler por Joachim Fest, publicada en Alemania en 1973, dedica tan sólo cuatro de sus 750 páginas al exterminio de los judíos y un simple párrafo a Auschwitz y otros campos de la muerte. Joachim Fest, Hitler (Nueva York, 1975), 679-82.
[10] )- Raul Hilberg, The Politics of Memory (Chicago, 1996) 66, 105-37. Aparte de lo académico, la calidad de las escasas películas sobre el holocausto nazi fue, sin embargo, bastante impresionante. De modo sorprendente, Judgment at Nuremberg (1961) de Stanley Kramer se refiere explícitamente a la sentencia del Juez Oliver Wendell Holmes de la Suprema Corte de Justicia sancionando la esterilización de los “mentalmente incapaces” como precursor de los programas eugenésicos nazis; el elogio de Winston Churchill a Hitler en una fecha tan tardía como 1938; los codiciosos industrialistas norteamericanos que le ayudaron a Hitler a armarse; y la oportunista absolución de los industriales alemanes después de la guerra por parte del tribunal militar norteamericano.
[11] )- Nathan Glazer, American Judaism (Chicago: 1957), 114. Stephen J. Whitfield, «The Holocaust and the American Jewish Intellectual,» en Judaism (Otoño 1979)
[12] )- Para un comentario sensible sobre estos dos tipos de sobreviviente, véase Primo Levi, The Reawakening, with a new afterword (New York: 1986),207
[13] )- En este texto “élites judías” se refiere a individuos destacados en la vida organizativa y cultural de la comunidad judía mayoritaria.
[14] )- Shlomo Shafir, Ambiguous Relations: The American Jewish Community and Germany Since 1945 (Detroit 1999), 88, 98, 100 – 1, 111, 113, 114, 177, 192, 215, 231, 251
[15] )- Ibid., 98,106,123-37,205,215-16,249. Robert Warshaw, «The ‘Idealism’ of Julius and Ethel Rosenberg,» en Commentary (Noviembre 1953). ¿Fue pura coincidencia que, simultáneamente, las principales organizaciones judías crucificaran a Hannah Arendt por señalar la colaboración de las henchidas élites judías durante la era nazi? Recordando el pérfido papel de la fuerza policial del Jewish Council , Yitzhak Zuckerman, un líder del Ghetto de Varsovia, observó: “No hubo ningún policía “decente”, porque las personas decentes se quitaron el uniforme y se convirtieron en simples judíos” (A Surplus of Memory [Oxford 1993], 244).
[16])- Novick, The Holocaust, 98-100. Aparte de la Guerra Fría, hubo otros factores que desempeñaron un papel complementario en la minimización del Holocausto por parte de la judería norteamericana – por ejemplo el miedo al antisemitismo y la actitud optimista del asimilacionismo norteamericano durante los años 1950. Novick explora estas cuestiones en los capítulos 4-7 de The Holocaust.
[17] )- Aparentemente, el único que niega esta conexión es Elie Wiesel quien sostiene que el surgimiento del Holocausto en la vida norteamericana se debió principalmente a la obra de él mismo. (Saidel, Never Too Late 33-4)
[19] )- Arthur Hertzberg, Jewish Polemics (New York: 1992), 33 si bien es una apología engañosa. Cf. Isaac Alteras, «Eisenhower, American Jewry, and Israel» en American Jewish Archives(Noviembre 1985), y Michael Reiner, «The Reaction of US Jewish Organizations to the Sinai Campaign and Its Aftermath,» en Forum (Invierno 1980 – 1).
[20] )- Nathan Glazer, American Judaism (Chicago: 1957), 114. Glazer continúa: “Israel no ha significado casi nada para el judaísmo norteamericano. (La) idea de que Israel podía afectar de algún modo al judaísmo en los EE.UU. se estima ilusoria” (115)
[23] )- Lucy Dawidowicz and Milton Himmelfarb (editores), Conference on Jewish Identity Here and Now (American Jewish Committee: 1967).
[24] )- Después de emigrar de Alemania en 1933, Arendt se convirtió en activista del movimiento sionista francés. Durante la Segunda Guerra Mundial hasta la fundación del Estado de Israel, escribió extensamente sobre el sionismo. Hijo de un eminente hebraísta, Chomsky fue educado en un hogar sionista y, poco después de la independencia de Israel, paso un tiempo en un kibbutz. Las dos campañas difamando a Arendt a principios de los 1960 y a Chomsky en los 1970 estuvieron encabezadas por la ADL. (Elisabeth Young-Bruehl, Hannah Arendt [New Haven 1982], 105 – 8,138 – 9, 143 – 4,182 – 4,223 – 33, 348; Robert F. Barsky, Noam Chomsky [Cambridge 1997], 9 – 93; David Barsamian (ad.), Chronicles of Dissent [Monroe, ME: 19921, 38)
[25] )- Para un primer antecedente de mi argumento, véase Hannah Arendt «Zionism Reconsidered» (1944), Ron Feldman (ed.), The Jew as Pariah (New York: 1978),159.
[28] )- Robert I. Friedman, «The Anti-Defamation League Is Spying on You,» en Village Voice (11 Mayo 1993). Abdeen Jabara, «The Anti-Defamation League: Civic Rights and Wrongs,» enCovert Action (Verano 1993). Matt Isaacs, «Spy vs Spite,» en SF Weekly (2 – 8 Febrero 2000).
[29] )- Elie Wiesel, Against Silence, seleccionado y editado por Irving Abrahamson (New York: 1984), v. i, 283.
[33] )- Norman G. Finkelstein, Image and Reality of the Israel — Palestine Conflict (New York: 1995), Caps. 5-6
[35] )- La carrera de Elie Wiesel ilustra el nexo entre El Holocausto y la guerra de Junio. Si bien ya había publicado sus memorias de Auschwitz, Wiesel se ganó el aplauso público sólo después de escribir dos volúmenes celebrando la victoria de Israel. (Wiesel, And the Sea, 16) – Kaufman, Ambiguous Partnership, 287, 306 – 7. Steven L. Spiegel, The Other Arab Israeli Conflict (Chicago: 1985), 17, 32.
[36] )- Benny Morris, 1948 And After (Oxford 1990), 14 – 15. Uri Bialer, Between East and West (Cambridge 1990), 180-1
[39] )- Commentary, «Letter from Israel» (Febrero 1957). A lo largo de la crisis de Suez, Commentary reiteradamente se hizo eco de la advertencia que “la supervivencia misma” de Israel estaba en juego.
[48] )- La preocupación por los sobrevivientes del holocausto nazi fue igualmente considerada una desventaja antes de Junio de 1967. Antes de esa fecha los sobrevivientes fueron silenciados; después de Junio de 1967 resultaron santificados.
[49] )- Response (Diciembre 1988) – Eminentes panegiristas del Holocausto y partidarios de Israel como el director nacional de la ADL Abraham Foxman, el ex-presidente del AJC Morris Abram, y el presidente de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Noretamericanas, Kenneth Bialkin; para no mencionar a Henry Kissinger – todos ellos se alzaron en defensa de Reagan durante su visita a Bitburg. Mientras, durante la misma semana, el AJC recibía al Ministro de Relaciones Exteriores del canciller alemán Helmut Kohl como huésped de honor de su reunión anual. En un espíritu similar, Michael Berenbaum del Washington Holocaust Memorial Museum atribuyó más tarde el viaje de Reagan a Bitburg y sus declaraciones allí a “el ingenuo sentido del optimismo norteamericano” (Shafir, Ambiguous Relations, 302 – 4; Berenbaum, After Tragedy, 14)
[57] )- Saidel, Never Too Late, 222. Seth Mnookin, «Will NYPD Look to Los Angeles For Latest ‘Sensitivity’ Training?» en Forward (7 Enero 2000). El artículo informa que la ADL y el Centro Simon Wiesenthal están compitiendo por la concesión de programas que enseñen “tolerancia”. – Noam Chomsky, Pirates and Emperors (New York 19S6), 29 – 30 (Rubinstein)
[58] )- Para el análisis de los datos de una reciente encuesta véase Murray Friedman, «Are American Jews Moving to the Right?» in Commentary (April 2000). Por ejemplo, en las elecciones de 1997 para alcalde de Nueva York, en dónde se enfrentaron la típica demócrata Ruth Messinger y el republicano de la ley-y-orden Rudolph Guliani, todo un 75% de los votos judíos fue para Giuliani. Lo más significativo es que, para votar por Giuliani, los judíos tuvieron que cruzar no sólo las líneas partidarias tradicionales sino incluso las étnicas (Messinger es judía).
[59] )- Parece ser que este giro fue también producido en parte por el desplazamiento de la dirigencia cosmopolita judía de Europa Central por judíos descendientes de los arribistas y chauvinistas de los schtetl de Europa Oriental como el alcalde de Nueva York Edward Koch y el editor ejecutivo del New York Times A. M. Rosenthal. En este sentido es de mencionar que los historiadores judíos que disienten con el dogmatismo del Holocausto provienen generalmente de Europa Central – por ejemplo, Hannah Arendt, Henry Friedlander, Raul Hilberg y Arno Mayer.
[60] )- Véase por ejemplo, Jack Salzman y Cornel West (eds), Strangers in the Promised Land (New York: 1997), esp. caps 6, 8, 9, 14, 15. (Kaufman en 111; Greenberg en 166). Hay que decir también que una expresiva minoría de judíos no estuvo de acuerdo con este deslizamiento hacia la derecha.
[61] )- Nathan Perlmutter y Ruth Ann Perlmutter, The Real Anti-Semitism in America (New York:
1982).
[64] )- Para una distinción ente la literatura del Holocausto y los trabajos académicos sobre el holocausto nazi, véase Finkelstein y Birn, Nation, Primera Parte, Sección 3
[65] )- Jacob Neusner (ed.), Judaism in Cold War America, 1945 – 1990, v. ii: In the Aftermath of the Holocaust (New York: 1993), viii.
[66] )- David Stannard, «Uniqueness as Denial» en Alan Rosenbaum (ed.), Is the Holocaust Unique? (Boulder: 1996), 193
[67] )- Jean-Michel Chaumont, La concurrence des victimes (Paris: 1997), 148 – 9. La disección que hace Chaumont de la “unicidad del Holocausto” es un “tour de force”. Sin embargo, su tesis central no convence, el menos no para el escenario norteamericano. De acuerdo a Chaumont, el fenómeno del Holocausto se originó en la tardía búsqueda de reconocimiento público por los sufrimientos pasados de parte de los sobrevivientes judíos. No obstante, los sobrevivientes apenas si figuraron en el empuje inicial para mover al Holocausto al centro de la escena.
[70] )- Novick, The Holocaust, 200 – 1, 211 – 12. Wiesel, Against Silence, v. i, 158, 211, 239, 272, v. ii, 62, 81, 111, 278, 293, 347, 371, v. iii, 153, 243. Elie Wiesel, All Rivers Run to the Sea(New York: 1995), 89. La información de los honorarios de Wiesel por una disertación provista por Ruth Wheat del Bnai Brith Lecture Bureau. De acuerdo con Wiesel “Las palabras son una especie de aproximación horizontal, mientras que el silencio ofrece una aproximación vertical. Uno cae en él.” ¿Acaso Wiesel se lanza en paracaídas en sus exposiciones?
[72] )- Wiesel, And the Sea, 95. Compárense las siguientes noticias: Ken Linvingstone, un ex-miembro del Partido Laborista y candidato independiente a alcalde de Londres, ha irritado a los judíos de Gran Bretaña al decir que el capitalismo global ha producido tantas víctimas como la Segunda Guerra Mundial. “Cada año el sistema financiero internacional mata a más personas que la Segunda Guerra Mundial; pero al menos Hitler estaba loco, ¿no es cierto?” . . . “Es un insulto a todos los asesinados y perseguidos por Adolf Hitler”, dijo John Butterfill, un miembro conservador del Parlamento. Mr. Butterfill también dijo que la acusación de Mr. Livingstone contra el sistema financiero global tenía decididamente un tono antisemita (“Livingstone’s Words Anger Jews,» en International Herald Tribune, 13 Abril 2000)
El presidente de Cuba, Fidel Castro . . . acusó al sistema capitalista de causar regularmente muertes a la escala de la Segunda Guerra Mundial por ignorar las necesidades de los pobres. “Las imágenes que vemos de madres y de niños en regiones enteras de África bajo el flagelo de la sequía y otras catástrofes nos recuerdan los campos de concentración de la Alemania nazi. “ Refiriéndose a los juicios por crímenes de guerra después de la Segunda Guerra Mundial, el líder cubano dijo: “No tenemos un Nuremberg para juzgar el orden económico que se nos ha impuesto, en dónde cada tres años mueren de hambre y de enfermedades que se pueden prevenir más hombres, mujeres y niños que los que murieron durante la Segunda Guerra Mundial” . . . En la ciudad de Nueva York, Abraham Foxman, director de la Liga Anti-Difamación dijo: . . . “La pobreza es algo serio; es dolorosa y quizás mortal, pero no es el Holocausto y no es campos de concentración” (John Rice, «Castro Viciously Attacks Capitalism,» en Associated Press, 13 Abril 2000 ).
[74] )- Chaumont, La concurrence, 156. Chaumont también subraya el importante punto que la alegada incomprensible malignidad del Holocausto no es compatible con la igualmente alegada perfecta normalidad de sus perpetradores. (310)
[75] )- Katz, The Holocaust, 19, 22 “La acusación de que la afirmación de la singularidad del Holocausto no es una forma de comparación odiosa, produce un doble discurso sistemático”, observa Novick. “¿Hay alguien . . . que crea que la pretensión de unicidad es algo diferente de una pretensión de preeminencia?” (énfasis en el original). Lamentablemente, Novick mismo cae en una comparación odiosa de esa clase. De esta forma, sostiene que, si bien es ambigua en el contexto norteamericano, “resulta cierta la reiterada afirmación de que cualquier cosa que los Estados Unidos le hayan hecho a los negros, a los americanos nativos, o a los vietnamitas, palidece en comparación con el Holocausto.” (The Holocaust, 197, 15)
[76] )- Jacob Neusner, «A ‘Holocaust’ Primer,» 178. Edward Alexander, «Stealing the Holocaust,» 15 – 16, en Neusner, Aftermath.
[79] )- Seymour M. Hersh, The Samson Option (New York: 1991), 22. Avner Cohen, Israel and the Bomb (New York: 1998), 10, 122, 342. Ismar Schorsch, «The Holocaust and Jewish Survival,» en Midstream (January 1981), 39. Chaumont demuestra de modo convincente que la pretendida singularidad del Holocausto se origina en y sólo tiene un sentido coherente en el contexto del dogma religioso que afirma la condición judía de pueblo elegido. La concurrence, 102 – 7, 121.
[83] )- Daniel Jonah Goldhagen, Hitler’s Willing Executioners (New York: 1996). Para una crítica, véase Finkelstein and Birn, Nation.
[88] )- John Murray Cuddihy, «The Elephant and the Angels: The Incivil Irritatingness of Jewish Theodicy,» en Robert N. Bellah and Frederick E. Greenspahn (eds), Uncivil Religion (New York: 1987), 24. Además de este artículo, véase su «The Holocaust: The Latent Issue in the Uniqueness Debate,» en P.F. Gallagher (ed.), Christians, Jews, and Other Worlds (Highland Lakes, NJ: 1987).
[89] )- Schorsch, The Holocaust, 39. De paso, la pretensión de que los judíos constituyen una minoría “excepcionalmente dotada” también constituye, en mi opinión, “una versión secular de mal gusto de la concepción de pueblo elegido”.
[90] )- Si bien una exposición completa de este tema está más allá del marco de este ensayo, considérese tan sólo la primer proposición. La guerra de Hitler contra los judíos, aún siendo irracional (y esto en si mismo ya sería una cuestión compleja) difícilmente constituiría un hecho histórico único. Recuérdese, por ejemplo, la tesis central del tratado de Joseph Schumpeter sobre el imperialismo en cuanto a que “tendencias no-racionales e irracionales, puramente instintivas, hacia la guerra y la conquista juegan un papel muy grande en la historia de la humanidad . . . incontables guerras – quizás la mayoría de todas las guerras – han sido libradas sin . . . un interés razonado y razonable.” Joseph Schumpeter, «The Sociology of Imperialism,» en Paul Sweezy (ed.), Imperialism and Social Classes [New York: 1951], 83)
[91] )- Evitando explícitamente el esquema del Holocausto, el reciente estudio de Albert. S. Lindenmann sobre el antisemitismo parte de la premisa que “cualquiera que sea el poder del mito, no toda la hostilidad hacia los judíos, sea individual o colectiva, ha estado basada sobre visiones fantásticas o quiméricas de ellos, ni sobre proyecciones sin relación con ninguna realidad palpable. Como seres humanos, los judíos, al igual que cualquier otro grupo, han sido capaces de provocar hostilidad en el mundo secular cotidiano.” (Esau’s Tears [Cambridge: 1997], xvii)
[93] )- Chaumont establece el importante punto que este dogma del Holocausto hace que otros crímenes sean más aceptables. La insistencia sobre la radical inocencia de los judíos – esto es: la ausencia de todo motivo racional para perseguirlos y ni hablar de matarlos – “presupone un status »normal« para persecuciones y matanzas en otras circunstancias, creando de facto una división entre crímenes incondicionalmente intolerables y crímenes con los cuales un tiene que convivir y, por lo tanto, puede convivir.” (La concurrence, 176)
[96] )- New York: 1965. Para el trasfondo me baso en James Park Sloan, Jerzy Kosinski (New York 1996
[97] )- Elie Wiesel, «Everybody’s Victim,» en New York Times Book Renew (31 Octubre 1965). Wiesel, All Rivers, 335. La cita de Ozick es de Sloan, 305-5. La admiración de Wiesel por Kisinski no sorprende. Kosinski quería analizar el “nuevo lenguaje”, Wiesel “forjar un nuevo lenguaje” del Holocausto. Para Kosinski “lo que yace entre dos episodios es tanto un comentario sobre el episodio como algo comentado por el episodio.” Para Wiesel, “el espacio entre dos palabras es más vasto que la distancia entre el cielo y la tierra”. Existe un proverbio polaco para semejantes profundidades: “Del hueco al vacío“. Ambos también salpicaron sus elucubraciones con citas de Albert Camus, el signo distintivo del charlatán. Recordando que Camus una vez le dijo: “Lo envidio por su Auschwitz”, Wiesel continúa: “Camus no se podía perdonar a si mismo el no conocer ese evento majestuoso, ese misterio de los misterios.” (Wiesel, All Rivers, 321; Wiesel, Against Silence, v. ii., 133)
[98] )- Geoffrey Stokes y Eliot Fremont-Smith, «Jerry Kosinski’s Tainted Words,» en Village Voice (22 Junio 1982). John Corry, «A Case History: 17 Years of Ideological Attack on a Cultural Target,» en New York Times (7 Noviembre 1982). En favor de Kosinski hay que decir que sufrió una especie de conversión en el lecho de muerte. En los pocos años transcurridos entre su desenmascaramiento y su suicidio, Kosinski deploró la exclusión de las víctimas no-judías por parte de la industria del Holocausto. “Muchos norteamericanos tienden a percibirlo como una Shoah, como un desastre exclusivamente judío . . . Pero al menos la mitad de los romaníes del mundo (injustamente llamados gitanos), unos 2.5 millones de católicos polacos, y millones de ciudadanos soviéticos de diversas nacionalidades también fueron víctimas de este genocidio . . .” Kosinski también reconoció el mérito de la “valentía de los polacos” que lo “alojaron” “durante el Holocausto”, a pesar de su así-llamado “aspecto” semita. Jerzy Kosinski, Passing By New York: 1992, 165 – 6, 178 – Cuando alguien le preguntó, furioso, qué habían hecho los polacos por salvar a los judíos, Kosinski retrucó: “¿Y qué hicieron los judíos para salvar a los polacos?”
[99] )- New York: 1996. Para un trasfondo del fraude de Wilkomirski, véase especialmente: Elena Lappin, «The Man With Two Heads,» en Granra, no. 66, y Philip Gourevitch, «Stealing the Holocaust,» en New Yorker (14 Junio 1999)
[100] )- Otra importante influencia “literaria” sobre Wilkominski es Wiesel. Compárense los siguientes pasajes:
Wilkomirski: “Ví sus ojos muy abiertos, y de pronto supe que esos ojos lo sabían todo, habían visto todo lo que los míos habían visto, sabían infinitamente más de lo que cualquier otro sabía en este país. Conocía a ojos como ésos, los había visto miles de veces, en el campo y más tarde. Eran los ojos de Mila. Nosotros, los niños, solíamos decirnos todo con esos ojos. Ella lo sabía también; miró a través de mis ojos directamente en mi corazón.”
Wiesel: “Los ojos – Debo contarles acerca de sus ojos. Tengo que comenzar con eso, porque sus ojos preceden todo los demás, y todo está comprendido en ellos. El resto puede esperar. Sólo confirmará lo que ya saben. Pero sus ojos – sus ojos ardían con una clase de verdad irreductible que arde y no se consume. Avergonzado hasta el silencio uno sólo podía inclinar la cabeza y aceptar el veredicto. Tu único deseo ahora es ver el mundo como ellos lo ven. Eres un hombre adulto, un hombre de sabiduría y experiencia, y de pronto eres impotente y estás empobrecido. Esos ojos te recuerdan a tu niñez, a tu estado de orfandad, te hacen perder la fe en el poder del lenguaje. Esos ojos niegan el valor de las palabras; desechan la necesidad del habla.” (The Jews of Silence [New York 1966], 3). Wiesel rapsodia aún por otra página y media acerca de “los ojos”. Su destreza literaria corre pareja con su dominio de la dialéctica. En una parte declara: “A diferencia de muchos liberales, yo creo en la culpa colectiva”. En otro lugar sostiene: “Quiero enfatizar que no creo en la culpa colectiva” (Wiesel, Against Silence, v. ii, 134; Wiesel, And the Sea, 152, 23s).
[101] )- Bernd Naumann, Auschwitz (New York: 1966), 91. Véase Finkelstein y Birn, y, 67-8, para una extensa documentación.
[102] )- Lappin, 49. Hilberg siempre hizo las preguntas correctas. De allí su condición de paria en la comunidad del Holocausto. Véase Hilberg, The Politics of Memory, passim.
[103] )- «Publisher Drops Holocaust Book,» en New York Times (3 Noviembre 1999). Allan Hall y Laura Williams, «Holocaust Hoaxers» en New York Post (4 Noviembre 1999).
[105] )- Bernard Lewis, Semites and Anti-Semites (New York: 1986), Cap. 6; Bernard Lewis, The Middle East (New York: 1995), 348 – 50. Berenbaum, After Tragedy, 84.
[107] )- Yehuda Bauer, «Reflections Concerning Holocaust History,» en Louis Greenspan and Graeme Nicholson (ads), Fackenheim (Toronto: 1993), 164, 169. Yehuda Bauer, “On Perpetrators of the Holocaust and the Public Discourse,» en Jewish Quarterly Review, no. 87 (1997), 348-50. Norman G. Finkelstein y Yehuda Bauer, «Goldhagen’s Hitler’s Willing Executioners: An Exchange of Views,» en Jewish Quarterly Review, Nos 1-2 (1998), 126.
[108] )- Para el trasfondo y los siguientes párrafos véase Charles Glass, «Hitler’s (un)willing executioners,» en New Statesman (23 Enero 1998), Laura Shapiro, «A Battle Over the Holocaust,» en Newsweek (23 Marzo 1998), y Tibor Krause, «The Goldhagen Wars,» en Jerusalem Report (3 Agosto 1998). Para esto y cuestiones relacionadas, véase www.NormanFinkelstein.com (con un vínculo al sitio web de Goldhagen).
[109] )- Daniel Jonah Goldhagen, «Daniel Jonah Goldhagen comments on Birn,» en German Politics and Society (Verano 1998), 88, 91n2. Daniel Jonah Goldhagen, «The New Discourse of Avoidance,» n25 (www.Goldhagen.com/nda2html) – Hoffmann fue el consejero de Goldhagen para la elaboración de la disertación que luego se convirtió en Hitler’s Willing Executioners. Sin embargo, en una egregia violación del protocolo académicos, no sólo escribió una brillante reseña en Foreign Affairs del libro de Goldhagen sino que, además, denunció a A nation on Trialcomo “chocante” en una segunda entrevista para la misma publicación. (Foreign Affairs, Mayo/Junio 1996 y Julio/Agosto 1998). Maier publico una extensa intervención en el sitio web alemán (www2.h-net.msu.edu). Al final, los únicos “aspectos de esta situación en desarrollo” que Maier encontró “realmente de mal gusto y censurable” fueron las críticas de Goldhagen. Por consiguiente, le prestó “apoyo para una ulterior búsqueda de malicia” al juicio de Goldhagen contra Birn y deploró mis argumentos calificándolos de “especulación imaginaria e inflamatoria”. (23 Noviembre 1997)
[110] )- New York: 1994. Lipstadt ocupa la cátedra del Holocausto en la Universidad de Emory y recientemente fue nombrada para integrar el Consejo del United States Holocaust Memorial.
[111] )- Utilizando una doble negación, la encuesta del AJC prácticamente invitaba a la confusión: “¿Le parece a usted posible o le parece imposible que el exterminio nazi de los judíos nunca ocurrió?” Veintidós por ciento de los entrevistados respondió “me parece posible”. En encuestas posteriores que reformularon la pregunta en forma directa la negación del Holocausto fue casi cero. (La doble negación no está permitida en inglés. N. del T.) Una reciente investigación en 11 países encontró que, a pesar de los alegatos de extremistas de derecha en sentido opuesto, “pocas personas negaron el Holocausto”. Jennifer Golub y Renae Cohen, What Do Americans Know About the Holocaust? [The American Jewish Committee: 1993]; «Holocaust Deniers unconvincing — Surveys,» en Jerusalem Post [4 Febrero 2000]) . Sin embargo, en un testimonio ante el Congreso referente al “antisemitismo en Europa” David Harris del AJC subrayó la importancia de la negación del Holocausto por parte de la derecha europea sin mencionar ni una sola vez los resultados de la investigación del propio AJC que demostraban que esa negación no encuentra virtualmente ninguna resonancia en el público general. (Hearings before the Foreign Relations Committee, United States Senate, 5 Abril 2000).
[112] )- Véase «France Fines Historian Over Armenian Denial,» en Boston Globe (22 Junio 1995), y «Bernard Lewis and the Armenians,» en Counterpunch (16-31 Diciembre 1997).
[113] )- Israel Charny, «The Conference Crisis. The Turks, Armenians and the Jews,» en The Book of the International Conference on the Holocaust and Genocide. Book One: The Conference Program and Crisis (Tel Aviv 1982). Israel Amrani, «A Little Help for Friends,» in Haaretz (20 Abril 1990) (Bauer). Según la extraña versión de Wiesel, renunció a la presidencia de la conferencia a fin de “no ofender a nuestros invitados armenios”. Presumiblemente también intentó abortar la conferencia y sugirió a otros que no asistieran por cortesía hacia los armenios. (Wiesel, And the Sea, 92).
[119] )- Véase, por ejemplo, Meron Benvenisti, «Seeking Tragedy,» en Haaretz (16 Abril 1999), Zeev Chafets, «What Undergraduate Clinton Has Forgotten,» en Jerusalem Report (10 Mayo 1999), iGideon Levi, «Kosovo: It is Here,» en Haaretz (4 April 1999). (Benvenisti limita la comparación con Serbia a las acciones después de Mayo de 1948.)
[120] )- Arno Mayer, Why Did the Heavens Not Darken? (New York: 1988). Christopher Hitchens, «Hitler’s Ghost,» en Vanity Fair Junio 1996) (Hilberg). Para una evaluación equilibrada de Irving, véase Gordon A. Craig, «The Devil in the Details,» en New York Review of Books (19 Septiembre 1996). Desechando, con razón, los alegatos de Irving relacionados con el Holocausto como “obtusos y rápidamente desacreditados”, Craig, sin embargo, continúa diciendo que: “ (Irving) sabe más acerca del nacionalsocialismo que la mayoría de los académicos profesionales en su campo, y quienes estudian los años 1933-1945 le deben más de lo que están dispuestos a admitir a su energía como investigador y al alcance y al vigor de sus publicaciones . . . Su libro Hitler’s War (la Guerra de Hitler) . . . sigue siendo el mejor estudio que tenemos del lado alemán de la Segunda Guerra Mundial y, como tal, resulta indispensable para todos los estudiosos de dicho conflicto . . . Personas como David Irving, entonces, tienen un papel indispensable en la empresa histórica y no nos atrevemos a desechar sus opiniones.”
[121] )- En cuanto al abortado intento realizado entre 1984 y 1994 de construir un museo nacional aforamericano en el Washington Mall, véase Fath Davis Ruffins, «Culture Wars Won and Lost, Part II The National African-American Museum Project,» en Radical History Review (Invierno 1998). La iniciativa en el Congreso fue finalmente aniquilada por el Senador Jesse Helms de Carolina del Norte. El presupuesto anual del Museo del Holocausto en Washington es de $50 millones, de los cuales $30 millones constituyen subsidios federales.
[122] )- Por el trasfondo, véase Linenthal, Preserving Memory, Saidel, Never Too Late, asp. Caps, 7, 15, y Tim Cole, Selling the Holocaust (New York: 1999), Cap. 6.
[123] )- Michael Berenbaum, The World Must Know (New York: 1993), 2, 214. Omer Bartov, Murder In Our Midst (Oxford: 1996), 180.
[124] )- Por detalles, véase Kati Marton, A Death in Jerusalem (New York: 1994), Cap. 9. En su memoria, Wiesel recuerda el “legendario pasado »terrorista« “ del asesino de Bernardotte, Yehoshua Cohen. Osérvense las comillas que encierran la palabra ‘terrorista’. (Wiesel, And the Sea, 58). El Museo del Holocausto de la ciudad de Nueva York, si bien no menos envuelto en política (tanto el alcalde Ed Koch como el gobernador Mario Cuomo estaban cortejando votos y dinero judíos), también fue desde el principio un juguete de desarrolladores y financistas judíos. En cierto momento, los desarrolladores trataron de minimizar el término “Holocausto” en el nombre del museo por miedo a que hiciera descender el precio de las propiedades en el complejo de lujosas viviendas adyacente. Algunos graciosos sugirieron que el complejo fuese rebautizado como “Trebilka Towers” y que las calles circundantes se renombrasen por “Avenida Auschwitz” o “Boulevard Birkenau”. El museo le solicitó fondos a J. Peter Grace a pesar de la revelación de su asociación con un criminal de guerra nazi convicto, y organizó una función de gala en el The Hot Rod – “La Comisión del Memorial del Holocausto de Nueva York lo invita a pasar la noche de Rock en Roll” (Saidel, Never Too Late, 8, 121, 132, 145, 158, 161, 191, 240)
[125] )- Novick denomina esto como la controversia de “6 millones” versus “11 millones”. La figura de 5 millones para civiles no-judíos muertos aparentemente la originó el famoso “cazador de nazis” Simon Wiesenthal. Apuntando que “no tiene sentido desde el punto de vista histórico” Novick escribe. “Cinco millones es una cifra, o bien demasiado baja (para todos los civiles no-judíos muertos por el Tercer Reich) o bien demasiado alta (para grupos no-judíos destinados, como los judíos, a ser masacrados).” Sin embargo, se apresura a agregar que “lo que está en juego, por supuesto, no son los números en si, sino a lo que queremos expresar, a lo que nos referimos, cuando hablamos de »el Holocausto«,” Lo extraño es que, después de haber consignado esta advertencia, Novick apoya la conmemoración de solamente los judíos porque la cifra de 6 millones “describe algo específico y determinado” mientras que la de 11 millones “es inaceptablemente enrevesada”. (Novick, The Holocaust, 214 – 26).
[127] )- Para las primeras víctimas discapacitadas de los nazis, véase Henry Friedlander, The Origins of Nazi Genocide (Chapel Hill: 1995). De acuerdo a Leo Wieseltier, los no-judíos que perecieron en Auschwitz: “murieron una muerte inventada para judíos . . . víctimas de una »solución« designada para otros.” » (Leon Wieseltier, «At Auschwitz Decency Dies Again,» en New York Times [3 Septiembre 1989]). Sin embargo, tal como lo demuestran numerosos estudios académicos, fue la muerte inventada para los alemanes discapacitados la que se les inflingió luego a los judíos. Además del estudio de Friedlander, véase, por ejemplo, Michael Burleigh, Death and Deliverance (Cambridge: 1994).
[128] )- Véase Guenter Lewy, The Nazi Persecution of the Gypsies (Oxford 2000), 221 – 2, para varias estimaciones de los gitanos muertos.
[129] )- Friedlander Origins: “Junto con los judíos los nazis asesinaron a los gitanos europeos. Definidos como un grupo de “piel oscura”, los gitanos, hombres, mujeres y niños, no pudieron escapar de su destino de víctimas del genocidio nazi . . . (el) régimen nazi sistemáticamente asesinó sólo tres grupos de seres humanos: los discapacitados, los judíos y los gitanos. (xii—xiii). Raul Hilberg, The Destruction of the European Jews (New York: 1985) (in three volumes), v. iii, 999-1000. Con su acostumbrada veracidad, Wiesel en su memoria alega desencanto por el hecho de que el Consejo del Memorial del Holocausto no incluyera a un representante gitano – como si él mismo hubiese carecido de poder para designar a uno. (Wiesel, And the Sea, 211).
[131] )- Si bien el “particular sesgo judío” (Saidel) del Museo del Holocausto de Nueva York fue cada vez más pronunciado – las víctimas no-judías del nazismo recibieron desde muy temprano la noticia de que sería “sólo para judíos” – Yehuda Bauer estalló de ira ante la mera sugerencia de la Comisión de que el Holocausto abarcaba más que pérdidas judías. “A menos que esto se cambie inmediata y radicalmente”, amenazó Bauer en una carta a los miembros de la Comisión, “aprovecharé toda oportunidad para . . . atacar esta agraviante iniciativa desde todas las plataformas públicas que tengo.” (Saidel, Never Too Late, 125 – 6, 129, 212, 221, 224 – 5)
[133] )- «ZOA Criticizes Holocaust Museum’s Hiring of Professor Who Compared Israel to Nazis,» en Israel Wire (5 Junio 1998). Neal M. Sher, «Sweep the Holocaust Museum Clean,» enJewish World Review (22 Junio 1998). «Scoundrel Time,» en PS—The Intellectual Guide to Jewish Affairs (21 Agosto 1998). Daniel Kurtzman, «Holocaust Museum Taps One of Its Own for Top Spot,» en Jewish Telegraphic Agency (5 Marzo 1999). Ira Stoll, «Holocaust Museum Acknowledges a Mistake,» en Forward (13 Agosto 1999).
[135] )- Henry Friedlander, «Darkness and Dawn in 1945 The Nazis, the Allies, and the Survivors,» en US
Holocaust Memorial Museum, 1945—the Year of Liberation (Washington 1995), Il-35.
[137] )- Lappin, Man With Two Heads, 48. D.D. Guttenplan, «The Holocaust on Trial,» en Atlantic Monthly (Febrero 2000), 62 (pero véase el texto más arriba en dónde Lipstadt iguala el dudar del testimonio de un sobreviviente con negación del Holocausto)
[138] )- Wiesel, AR Rivers, 121 – 30, 139, 163 – 4, 201 – 2, 336. Jewish Week, 17 Septiembre 1999. New York Times, 5 Marzo 1997.
[140] )- Daniel Ganzfried, «Binjamin Wilkomirski und die verwandelte Polin,» en Weltwoche (4 Noviembre 1999).
[141] )- Marilyn B. Young, The Vietnam Wars (New York: 1991), 301 – 2. «Cohen: US Not Sorry for Vietnam War,» en Associated Press (11 Marzo 2000).
[142] )- Para el trasfondo, véase esp. Nana Sagi, German Reparations (New York: 1986), y Ronald W. Zweig, German Reparations and the Jewish World (Boulder: 1987). Ambos volúmenes son historias oficiales comisionadas por la Conferencia de Demandas
[143] )- En respuesta a una pregunta recientemente formulada por Martin Hohnmann, miembro del Parlamento alemán (DCU), el gobierno de Alemania reconoció (si bien que en un lenguaje enrevesado) que solamente el 15% de los valores pagados a la Conferencia de Demandas benefició realmente a las víctimas judías de la persecución nazi. (comunicación personal, 23 de Febrero 2000).
[144] )- En su historia oficial, Ronald Zweig reconoce explícitamente que la Conferencia de Demandas violó los términos del acuerdo: “El flujo de los fondos de la Conferencia le permitió alJoint (Distribution Committee) continuar con sus programas en Europa que de otro modo habría abandonado, y a encarar programas que de otro modo no hubiera considerado por falta de fondos. Pero el cambio más significativo en el presupuesto del JDC como resultado de los pagos de indemnizaciones, fueron los aportes a los países musulmanes en dónde las actividades del Joint aumentaron en un 60 por ciento durante los tres primeros años de los aportes de la Conferencia. A pesar de las restricciones formales sobre el uso de los fondos de indemnizaciones existentes en el acuerdo con Alemania, el dinero fue utilizado allí dónde las necesidades eran mayores. Moses Leavit (un funcionario principal de la Conferencia de Demandas) . . . observó: »Nuestro presupuesto estuvo basado sobre la prioridad de las necesidades tanto dentro como fuera de Israel, los países musulmanes, todo incluido . . . No consideramos a los fondos de la Conferencia sino como parte de un fondo general puesto a nuestra disposición a fin de enfrentar el área de necesidades judías por la que éramos responsables, el área de la mayor prioridad.” (German Reparations, 74).
[145] )- Véase, por ejemplo: Lorraine Adams, «The Reckoning,» en Washington Post Magazine (20 Abril 1997), Netty C. Gross, «The Old Boys Club,» y «After Years of Stonewalling, the Claims Conference Changes Policy,» en Jerusalem Report (15 Mayo 1997, 16 Agosto 1997), Rebecca Spence, «Holocaust Insurance Team Racking Up Millions in Expenses as Survivors Wait,» enForward (30 Julio 1999), y Verena Dobnik, «Oscar Hammerstein’s Cousin Sues German Bank Over Holocaust Assets,» en AP Online (20 Noviembre 1998) (Hertzberg).
[146] )- Greg B. Smith, «Federal Judge OKs Holocaust Accord,» en Daily News (7 Enero 2000). Janny Scott, «Jews Tell of Holocaust Deposits,» en New York Times (17 Octubre 1996). Saul Kagan leyó un borrador de esta sección sobre la Conferencia de Demandas. La versión final incorpora todas sus correcciones específicas.
[148] )- Por el trasfondo para esta sección, véase Tom Bower, Nazi Gold (New York, 1998), Itamar Levin, The Last Deposit (Westport, Conn.: 1999), Gregg J. Rickman, Swiss Banks and Jewish Souls (New Brunswick, NJ: 1999), Isabel Vincent, Hitler’s Silent Partners (New York, 1997), Jean Ziegler, The Swiss, the Gold and the Dead (New York, 1997). Si bien padecen de una polarización pronunciadamente anti-suiza, estos libros contienen mucha información útil.
[149] )- Levin, Last Deposit, Caps 6 – 7. Por el informe israelí erróneo (si bien no lo menciona, Levin fue su autor), véase Hans J. Halbheer, «To Our American Friends,» en American Swiss Foundation Occasional Papers (s/f).
[150] )- Trece sucursales de seis bancos suizos operaban en los EE.UU. Los bancos suizos le prestaron a empresas norteamericanas U$S 38.000 millones en 1994 y administraban cientos de billones de dólares de inversiones en acciones norteamericanas y cuentas para sus clientes.
[151] )- En 1992 el WJC se expandió para formar una nueva organización, la World Jewish Restitution Organization (Organización Mundial Judía de Restitución), que afirmó tener jurisdicción legal sobre los activos de los sobrevivientes del Holocausto, vivos o muertos. Encabezada por Bronfman, la WJRO es formalmente un conjunto de organizaciones judías estructurado sobre el modelo de la Conferencia Judía de Demandas.
[152] )- Audiencias ante el Comité para Bancos, Viviendas y Asuntos Urbanos, Senado de los EE.UU., 23 de Abril 1886. La defensa que Bronfman hace de los “intereses judíos” es altamente selectiva. Bronfman es un principal socio comercial de Leo Kirch, un capitoste alemán propietario de medios que ganó notoriedad hace algunos años por tratar de despedir al editor de un diario que apoyó una decisión de la Suprema Corte excluyendo las cruces cristianas de las escuelas públicas. (www.Seagram.com/company_info/history/main.html; Oliver Gehrs, «Einfluss aus der Dose,» en Tagesspiegel [12 Septiembre 1995])
[154] )- «Tribunal Canguro» – alusión al tribunal de la Mafia que juzgaba el comportamiento de sus miembros (N. del T.)
[155] )- Bower, Nazi Gold, 295 («mouthpiece»), 306 – 7; cf. 319. Alan Morris Schom, «The Unwanted Guests, Swiss Forced Labor Camps, 1940 – 1944,» Un informe preparado para el Centro Simon Wiesenthal, Enero 1998. (Schom afirma que éstos fueron «en realidad campos de trabajo esclavo.») Levin, Last Deposit, 158, 188. Para un tratamiento sobrio de los campos suizos de refugiados, véase: Ken Newman (ed.), Swiss Wartime Work Camps: A Collection of Eyewitness Testimonies, 1940 – 1945 (Zurich: I 999), y International commission of Experts, Switzerland – Second World war, Switzerland and Refugees in the Nazi Era (Berna: 1999), Cap. 4.4.4. Saidel, Never Too Late, 222 3 («Dachau«, «sensationalistic«). Yossi Klein Halevi, «Who Owns the Memory?» en Jerusalem Report (25 Febrero 1993). Wiesenthal le alquila su nombre al centro por U$S 90,000 anuales.
[156] )- Bower, Nazi Gold, xi, xv, 8, 9, 42, 44, 56, 84, 100, 150, 219, 304. Rickman, Swiss Banks, 219.
[157] )- Thomas Sancton, «A Painful History,» en Time, 24 Febrero 1997. Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros, Cámara de Representantes 25 Junio 1997. Rower,Nazi Gold, 301 2. Rickman, Swiss Banks, 48. Levin igualmente calla que Salmanovitz es un judío (cf. s, 129, 135).
[158] )- Levin, Last Deposit, 60. Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros, Cámara de Representantes, 11 Diciembre 1996 (citando el testimonio dado por Wiesel el 16 Octubre 1996 ante el Comité Bancario del Senado). Raul Hilberg, The Destruction of the European Jews (New York: 1961), Cap. 5.
[159] )- Audiencias ante el Comité de Bancos, Viviendas y Asuntos Urbanos, Senado de los EE.UU. 6 Mayo 1997
[160] )- Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros, Cámara de Representantes, 11 de Diciembre 1996. Smith se quejó ante la prensa de que los documentos que había desenterrado hacía mucho tiempo estaban siendo presentados por D’Amato como descubrimientos recientes. En una defensa muy extraña, Rickman, que, para las audiencias ante el Congreso, movilizó a un masivo contingente de investigadores a través del Museo del Holocausto en los EE.UU. responde: “Si bien sabía del libro de Smith, deliberadamente me abstuve de leerlo para no ser acusado de usar »sus« documentos.” (113). Vincent, Silent Partners, 240.
[161] )- Bower, Nazi Gold, 307. Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros, Cámara de Representantes, 25 Junio 1997.
[162] )- Rickman, Swiss Banks, 77. Para un tratamiento definitivo de este tema, véase Peter Hug y Marc Perrenoud, Assets in Switzerland of Victims of Nazism and the Compensation Agreements with East Bloc Countries (Bern 1997). Por las primeras discusiones en los EE.UU. véase Seymour J. Rubin y Abba P. Schwartz, «Refugees and Reparations,» en Law and Contemporary Problems (Duke University School of Law, 1951), 283.
[163] )- Levin, Last Deposit, 93, 186. Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros, Cámara de Representantes, 11 Diciembre 1996. Rickman, Swiss Banks, 218. Bower, Nazi Gold, 318, 323. Una semana después del Fondo Especial, el presidente de Suiza, «aterrorizado por la inacabable hostilidad en los EE.UU.» (Rower), anunció la creación de una Fundación de Solidaridad con U$S 8 billones «para reducir la pobreza, la desesperación y la violencia » a escala mundial. La aprobación de la fundación, sin embargo, requería un referéndum nacional y la oposición local surgió pronto. Su suerte sigue siendo incierta.
[169] )- Ibid. Rickman tituló adecuadamente este capítulo de su informe como, «Boycotts and Diktats.»
[170] )- Referencia a “El Triunfo de la Voluntad”, una película documental de Leni Riefenstal sobre una de las grandes concentraciones partidarias que Hitler organizaba para conmemorar el Día del Partido. (N. del T.)
[171] )- Por el texto completo del «Class Action Settlement Agreement,» véase Independent Committee of Eminent Persons, Report on Dormant Accounts of Victims of Nazi Persecution in Swiss Banks (Bern: 1999), Appendix O. Además de los U$S 200 millones del Fondo especial y los U$S 1.25 billones del acuerdo por las demandas de clase, la industria del Holocausto se las arregló para cobrar otros U$S 70 millones de los EE.UU. y sus aliados durante una conferencia sobre el oro suizo realizada en Londres, en 1997.
[172] )- Por la política norteamericana respecto de los refugiados judíos véase, David S. Wyman, Paper Walls (New York: 1985), y The Abandonment of the Jews (New York: 1984). Por la política suiza véase Independent Commission of Experts, Switzerland — Second World War, Switzerland and Refugees in the Nazi Era (Bern: 1999). Una similar mezcla de factores – rechazo económico, xenofobia, antisemitismo y, más tarde, seguridad – fundamentó las cuotas restrictivas norteamericanas y suizas. Recordando la “hipocresía en los discursos de otras naciones, especialmente de los EE.UU. que demostraron estar completamente desinteresados de liberalizar sus leyes de inmigración” la Comisión Independiente, aún siendo agudamente crítica de Suiza, informa que la política de refugiados de los EE.UU. fue “igual que la de los gobiernos de la mayoría de los demás Estados” (42, 263) No encontré ninguna mención sobre este punto en la extensa cobertura que los medios hicieron sobre los críticos resultados de la Comisión.
[173] )- Audiencias ante el Comité de Bancos, Viviendas y Asuntos Urbanos, Senado de los EE.UU. 15 Mayo 1997 (Eizenstat y D’Amato). Audiencias ante el Comité de Bancos, Viviendas y Asuntos Urbanos, Senado de los EE.UU., 23 Abril 1996 (Bronfman, citando a Clinton y a carta de dirigentes del Congreso). Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 11 Diciembre 1996 (Leach). Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 25 Junio 1997 (Leach). Rickman, Swiss Banks, 204 (Albright).
[174] )- La única nota discordante durante en las múltiples audiencias en el Congreso sobre las indemnizaciones del Holocausto la dio la congresal Maxine Waters, de California. Si bien manifestó un apoyo del “1000 por ciento” para “hacerle justicia a todas las víctimas del Holocausto”, Water también inquirió “cómo tomar este modelo y utilizarlo para el tratamiento del trabajo esclavo de mis ancestros aquí en los Estados Unidos. Es muy extraño el estar aquí sentada . . . sin cuestionarme lo que podría estar haciendo . . . para que se reconozca en trabajo esclavo en los EE.UU. . . . Las indemnizaciones a la comunidad afro-americana han sido básicamente condenadas como una idea radical y muchos de los cuales . . . que trataron con tanta insistencia de traer esta cuestión ante el Congreso han sido literalmente ridiculizados.” Específicamente, la congresal propuso que las agencias gubernamentales dedicadas a conseguir compensaciones por el Holocausto sean dirigidas también a lograr compensaciones por el “trabajo esclavo local”. “La gentil dama ha puesto sobre el tapete una cuestión extraordinariamente profunda”, respondió James Leach del Comité Bancario del Congreso “y la presidencia lo tomará como recomendación . . . La profundidad de la cuestión que usted menciona en el marco de la historia norteamericana es igual de profunda en materia de derechos humanos.” Sin duda, la cuestión quedará profundamente enterrada en el agujero de la memoria del Comité. (Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 9 de Febrero 2000). Randall Robinson, quien actualmente está liderando una campaña para compensar a los afro-americanos por su esclavitud, mencionó el “silencio” del gobierno norteamericano sobre este robo “incluso cuando el Subsecretario de Estado, Stuart Eizenstat, se esforzó por lograr que 16 compañías alemanas compensaran a judíos utilizados como esclavos durante la era nazi”. .» (Randall Robinson, «Compensate the Forgotten Victims of America’s Slavery Holocaust,» en Los Angeles Times [11 Febrero 2000]; cf. Randall Robinson, The Debt [New York: 2000], 245).
[175] )- Philip Lentz, «Reparation woes,» en Crain’s (15 – 21 Noviembre 1999). Michael Shapiro, «Lawyers in Swiss Bank Settlement Submit Bill, Outraging Jewish Groups,» en Jewish Telegraphic Agency (23 Noviembre 1999). Rebecca Spence, «Hearings on Legal Fees in Swiss Bank Case,» en Forward (26 Noviembre 1999). James Bone, «Holocaust Survivors Protest Over Legal Fee,» en The Times (Londres) (1 Diciembre 1999). Devlin Barrett, «Holocaust Assets,» en New York Post (2 Diciembre 1999). Stewart Ain, «Religious Strife Erupts In Swiss Money Fight,» en Jewish Week (14 enero 2000). Adam Dickter, «Discord in the court,» en Jewish Week (21 enero 2000). Swiss Fund for Needy victims of the Holocaust/Shoa, «Overview on Finances, Payments and Pending Applications» (30 Noviembre 1999). Los sobrevivientes del Holocausto en Israel nunca recibieron el dinero que el Fondo Especial tenía reservado para ellos; véase Yair Sheleg, »Surviving Israeli Bureaucracy,» en Haaretz (6 Febrero 2000).
[176] )- Burt Neuborne, «Totaling the sum of Swiss Guilt,» en New York Times (24 Junio 1998). Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 11 Diciembre 1996. «Holocaust-Konferenz in Stockholm,» en Frankfurter Allgemeine Zeitung (26 Enero 2000) (Bronfman).
[177] )- Independent commission of Experts, Switzerland – Second World war, Switzerland and Gold Transactions in the Second World War, Interim Report (Bern: 1998).
[178] )- Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 11 Diciembre 1996. Llamado en calidad de testigo experto, Gerhard L. Weinberg de la Universidad de Carolina del Norte declaró solemnemente que la “posición del gobierno suizo por aquella época y durante los años inmediatamente posteriores a la guerra siempre fue que el saqueo eslegal” y que la “prioridad número uno” de los bancos suizos era la de “hacer tanto dinero como fuera posible . . . y hacerlo sin consideración por legalismos, moralidad, decencia o cualquier otra cosa”. (Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso 25 Junio 1997)
[179] )- Raymond W. Baker, «The Biggest Loophole in the Free-Market system,» en Washington Quarterly (Otoño 1999). Si bien no sancionado por la ley norteamericana, gran parte de los U$S 500 billones a U$S 1 trillones anuales “lavados” del narcotráfico también está “depositada y a salvo en los bancos norteamericanos” (ibid.)
[182] )- Independent Committee of Eminent Persons, Report on Dormant Accounts of Victims of Nazi Persecution in Swiss Banks (Berna 1999). (de aquí en adelante referido como Report)
[183] )- El “costo externo” de la auditoría se fijó en U$S 200 millones (Report, p. 4, paragraph 17). El costo a los bancos suizos se fijó en otros U$S 300 millones (Swiss Federal Banking commission, comunicado de prensa, 6 Diciembre 1999)
[185] )- Report: Parte I, p. 6, párrafo 22 («no evidence»); Parte I, p. 6, párrafo 23 (banking laws and percentage); Anexo 4, p. s8, párrafos («truly extraordinary») y Anexo s, p. 81, párrafo 3 («truly remarkable») (cf. Parte I, p. 15, párrafo 47, Parte I, p. 17, párrafos 8, Anexo 7, p. 107, párrafos 3, 9)
[187] )- Report, Anexo s, p. 81, párrafo 2. Report, Anexo s, pp. 87 – 8, párrafo 27 “Existe una variedad de explicaciones para la sustancial exigüidad de los informes de las primeras inspecciones, pero algunas de las causas principales pueden ser atribuidas al empleo de definiciones estrechas de cuentas “inactivas” (o “durmientes”) por parte de los bancos suizos; la exclusión de ciertos tipos de cuentas de sus inspecciones o bien una inspección inadecuada; su no investigación de cuentas de saldos menores a ciertos mínimos; o su no consideración de titulares de cuentas como víctimas de la violencia o persecución nazi a menos que los familiares de éstos hiciesen tales reclamos ante el banco.”
[188] )- Report, p. 10, párrafo 30 («possible or probable«); p. 20, párrafos 73-5(significant probability for 25,000 accounts). Report, Anexo 4, pp. 65-7, párrafos 20-6, y p. 72, párrafos 40-3 (current values). En concordancia con las recomendaciones del Informe, la Comisión Bancaria Federal suiza acordó, en Marzo 2000, publicar los 25.000 nombres de las cuentas («Swiss Federal Banking Commission Follows Voleker Recommendations,» comunicado de prensa, 30 Marzo 2000)
[189] )- Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 9 Febrero 2000 (citado del testimonio preparado por Volcker). Compárese con la advertencia consignada por la Comisión Federal Bancaria suiza de que “todas las indicaciones o posibles valores actuales de las cuentas identificadas están esencialmente basadas sobre presunciones y proyecciones” y que “solamente en el caso de aproximadamente 1.200 cuentas . . . “, se han encontrado pruebas “apoyadas por fuentes bancarias internas de la época, de que los titulares de las cuentas eran realmente víctimas del Holocausto”. (Comunicado de prensa, 6 de Diciembre 1999).
[190] )- Report, p. 2, párrafo 8 (cf. p. 23, párrafo 92). Report, Apéndice S. p. A134; para un detalle más preciso véase. pp. A-135ff.
[191] )- Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 25 Junio 1997 (citado del testimonio preparado por Rubin). Por trasfondo, véase Seymour J. Rubin y Abba P. Schwartz, «Refugees and Reparations,» en Law and Contemporary Problems [Duke University School of Law 1951], 286 – 9).
[193] )- Durante el Período Relevante de 1933-45 la población de Suiza fue de 4 millones, comparado con más de 130 millones de habitantes en los EE.UU. Cada cuenta suiza abierta, cerrada o inactiva durante estos años fue auditada por el comité Volcker.
[194] )- Levin, Last Deposit, 23. Bower, Nazi Gold, 256. Bower califica a esta demanda suiza como «retórica imposible de responder.» Imposible de responder, sin duda. Pero ¿qué retórica?
[196] )- Bower, Nazi Gold, 350-1. Akiva Eldar, «UK: Israel Didn’t Hand Over Compensation to Survivors,» en Haaretz (21 Febrero 2000). Judy Dempsey, «Jews Find It Hard to Reclaim wartime Property In Israel,» en Financial Times (1 Abril 2000). Jack Katzenell, «Israel Has WWII Assets,» en Associated Press (13 Abril 2000). Joel Greenberg, «Hunt for Holocaust victims’ Property Turns in New Direction: Toward Israel,» en New York Times (15 Abril 2000). Akiva Eldar, “People and Politics,» en Haaretz (27 Abril 2000).
[197] )- Para información sobre la Comisión, véase www.pcha.gov (Bronfman citó de un comunicado de prensa emitido por la comisión el 21 Noviembre 1999).
[199] )- Levin, Last Deposit, 223, 204. «Swiss Defensive About WWII Role,» en Associated Press (15 Marzo 2000). Time (24 Febrero 1997) (Bronfman).
[201] )- Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 14 Septiembre 1999.
[202] )- Yair Sheleg, «Not Even Minimum Wage,» en Haaretz (6 Octubre 1999). William Drozdiak, «Germans Up Offer to Nazis’ Slave Laborers,» en Washington Post (18 Noviembre 1999). Burt Herman, «Nazi Labor Talks End Without Pact,» en Forward (20 Noviembre 1999). «Bayer’s Biggest Headache,» en New York Times (5 Octubre 1999). Jan Cienski, «Wartime Slave-Labour Survivors’ Ads Hit Back,» en National Post (7 Octubre 1999). Edmund L. Andrews, «Germans To Set Up $5.1 Billion Fund For Nazis’ Slaves,» en New York Times (15 Diciembre 1999). Edmund L. Andrews, «Germany Accepts $5.1 billion Accord to End Claims of Nazi Slave Workers,» en New York Times (18 Diciembre 1999). Allan Hall, «Slave Labour List Names 255 German Companies,» en The Times (Londre) (9 Diciembre 1999). Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso 9 Febrero 2000 (citado del testimonio preparado por Eizenstat).
[203] )- Sagi, German Reparations, 161. Probablemente una cuarta parte de los trabajadores esclavos judíos recibieron una pensión como ésa; mi fallecido padre (ex-interno de Auschwitz) entre ellos. De hecho, el número dado por la Conferencia de Demandas a lo largo de las actuales negociaciones por trabajadores esclavos judíos aún con vida ¡está basada en los que ya están recibiendo pensiones y compensaciones de Alemania! (Parlamento alemán, 92ª Sesión, 15 Marzo 2000).
[205] )- Conference on Jewish Material Claims Against Germany, «Position Paper — Slave Labor. Proposed Remembrance and Responsibility Fund» ( 15 Junio 1999). Netty C. Gross, «$5.1-Billion Slave Labor Deal Could Yield Little Cash For Jewish Claimants,» en Jerusalem Report (31 Enero 2000). Zvi Lavi, «KIeiner (Herut) Germany Claims Conference Has Become Judenrat, Carrying on Nazi ways,’, en Globes (24 Febrero 2000). Yair Sheleg, «MK Kleiner The Claims Conference Does Not Transfer Indemnifications to Shoah survivors,» en Haaretz (24 Febrero 2000).
[206] )- Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 9 Febrero 2000. Yair Sheleg, «Staking a Claim to Jewish Claims,» en Haarerz (31 Marzo 2000).
[207] )- Henry Friedlander, «Darkness and Dawn in 1945 The Nazis, the Allies, and the Survivors,» en US Holocaust Memorial Museum, 1945 — The Year of Liberation (Washington: 1995), 11-35. Dinnerstein, America and the Surnvors of the Holocaust, 28. El historiador israelí Shlomo Shafir informa que »el número estimado de sobrevivientes al final de la guerra en Europa varía entre 50.000 y 70.000« (Ambiguous Relations, 384nl). La cifra total de Friedlander de trabajadores esclavos sobrevivientes, judíos y no-judíos, es estándar; véase Benjamin Ferencz,Less Than Slaves (Cambridge: 1979) — “aproximadamente medio millón de personas fueron halladas más o menos con vida en los campos que fueron liberados por los ejércitos aliados” (xvii; cf. 240n5).
[208] )- Stuart Eizenstat, Undersecretary of State for Economic, Business and Agricultural Affairs, Chief US Envoy in German Slave-Labor Negotiations, State Department Briefing, 12 Mayo 1999.
[209] )- Véanse las “observaciones” de Eizenstat en la Reunión Anual de la Conferencia sobre Demandas Materiales Judías contra Alemania y Austria (New York, 14 Julio 1999).
[210] )- Toby Axelrod, «$5.2 Billion Slave-Labor Deal Only the Start,» en Jewish Bulletin (12 Diciembre 1999; citando a la Jewish Telegraphic Agency).
[212] )- En una entrevista con el Die Berliner Zeitung, citando a Friedlander, expresé dudas sobre la cifra de 135.000 dada por la Conferencia de Demandas. La Conferencia se limitó a afirmar en su contestación que la cifra de 135.000 estaba “basada sobre las mejores y más confiables fuentes y, por lo tanto, era correcta”. Sin embargo, ni una sola de estas supuestas fuentes fue identificada. («Die Ausbeutung jüdischen Leidens,» en Berliner Zeitung, 29, 30 Enero 2000; «Gegendarstellung der Jewish Claims Conference,» en Berliner Zeitung, 1 Febrero 2000). Respondiendo a mis críticas en una entrevista con el Der Tagesspiegel, la Conferencia de Demandas sostuvo que unos 700.000 trabajadores esclavos sobrevivieron a la guerra; de 350.000 a 400.000 en el territorio del Reich y 300.000 en campos de concentración de otras partes. Presionada a suministrar fuentes académicas, la Conferencia de Demandas se negó, indignada. Baste con decir que estos números no se parecen a nada conocido por el ámbito académico sobre la materia. (Eva Schweitzer, «Entschaedigung für Zwangsarbeiter,» enTagesspiegel, 6 Marzo 2000).
[213] )- Guttenplan, «Holocaust on Trial.» (Hilberg) Conference on Jewish Material Claims Against Germany, «Position Paper — Slave Labor,» 15 Junio 1999.
[214] )- “Condenamos la Negación de Siria del Holocausto”, en New York Timer (9 Febrero 2000). A fin de documentar el “aumento del antisemitismo” en Europa, David Harris del AJC señaló la relativamente fuerte base que las encuestas ofrecían a la afirmación de “los judíos están explotando en su propio beneficio la memoria del exterminio nazi”. También adujo la “forma extremadamente negativa en que algunas publicaciones informaron sobre la Conferencia Judía de Demandas . . . durante las recientes negociaciones sobre indemnizaciones por trabajo esclavo y forzado. Numerosas historias describieron a la propia Conferencia y a los abogados judíos como codiciosos y ególatras, y se produjo una extraña discusión en los principales diarios acerca de si había tantos sobrevivientes como los citados por la Conferencia de Demandas.” (Audiencias ante el Comité de Bancos, Viviendas y Asuntos Urbanos, Senado de los EE.UU. , 5 de Abril 2000) De hecho, encontré casi imposible mencionar este tema en Alemania. Si bien el tabú fue finalmente roto por el diario liberal Die Berliner Zeitung, el coraje desplegado por su editor, Martin Sueskind, y el corresponsal de los EE.UU. Stefan Elfenbein, encontró un eco solamente pálido en los medios alemanes en gran parte debido a las amenazas legales y al chantaje moral de la Conferencia de Demandas así como a la reticencia general de los alemanes a criticar abiertamente a los judíos.
[215] )- Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 11 Diciembre 1996. J.D Bindenagel (ed.), Proceedings, Washington Conference on Holocaust-era Assets: 30 November – 3 December 1998 (US Government Printing Office: Washington, DC), 687, 700-1, 706.
[216] )- Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 6 Agosto 1998. Bindenagel, Washington Conference on Holocaust-Era Assets, 433. Joan Gralia, «Poland Tries to Get Holocaust Lawsuit Dismissed,» en Reuters (23 Diciembre 1999). Eric J. Greenberg, «Polish Restitution Plan Slammed,» en Jewish Week (14 Enero 2000). «Poland Limits WWII Compensation Plan,» en Newsday (6 Enero 2000).
[217] )- Theo Garb et al. v. Republic of Poland (United States District Court, Eastern District of New York, Junio 18,1999). (La demanda de clase fue presentada por Edward E. Klein y Mel Urbach, este último un veterano de los acuerdos suizos y alemanes. Una “demanda corregida” fue presentada el 2 Marzo 2000 conjuntamente con muchos otros abogados, pero omitiendo algunas de las más variopintas denuncias contra los gobiernos polacos de postguerra). “Dear Leads NYC Coumcil in Call to Polish Government to Make Restitution to Victims of Holocaust Era Property Seizure,» en News From Council Member Noach Dear (29 Noviembre 1999). (La cita textual es de la resolución N° 1072 tomada el 23 Noviembre 1999). {“[Anthony D.] Weiner urges Polish Government To Repatriate Holocaust Claims,» Congreso de los EE.UU. (comunicado de prensa, 14 Octubre 1999). (Las citas textuales son del comunicado de prensa y la carta en si, fechada el 13 Octubre 1999).
[218] )- Audiencias ante el Comité de Bancos, Viviendas y Asuntos Urbanos, Senado de los EE.UU. 23 Abril 1996.
[219] )- Audiencias ante el Comité de Bancos, Viviendas y Asuntos Urbanos, Senado de los EE.UU. 6 Agosto 1998.
[220] )- Audiencias ante el Comité de Relaciones Internacionales, Cámara de Representantes 6 Agosto 1998. Actualmente vicepresidente honorario del Comité Judío Norteamericano, Eizenstat fue el presidente del Instituto de Relaciones Norteamericano-Israelíes del AJC.
[221] )- Audiencias ante el Comité de Relaciones Internacionales, Cámara de Representantes, 6 Agosto 1998. Marilyn Henry, «Whose Claim Is It Anyway?» en Jerusalem Post (4 Julio 1997). Bindenagel, Washington Conference on Holocaust-Era Assets, 705. Editorial, «Jewish Property Belongs to Jews,» en Haaretz (26 Octubre 1999).
[222] )- Sergio Karas, «Unsettled Accounts,» en Globe and Mail (1 Septiembre 1998). Stuart Eizenstat, «Remarks,» Conference on Jewish Material Claims Against Germany and Austria Annual Meeting (New York: 14 July 1999). Tom Sawicki, «6,000 Witnesses,» en Jerusalem Report (5 May 1994).
[223] )- Bindenagel, Washington Conference on Holocaust-Era Assets, 146. Michael Arnold, «Israeli Teens Frolic With Strippers After Auschwitz Visit,» en Forward (26 Noviembre 1999). La congresal de Manhattan, Carolyn Maloney, informó orgullosamente al Comité Bancario del Congreso de un proyecto de ley que presentó – la Ley Sobre Educación del Holocausto – la cual “proveerá subsidios a través del Departamento de Educación a organizaciones del Holocausto para entrenamiento de docentes y proveerá materiales a escuelas y comunidades que incremente la educación sobre el Holocausto”. Representando a una ciudad con un sistema educativo público notoriamente carente de docentes y textos de nivel básico, Maloney podría haber establecido prioridades diferentes para los escasos fondos del Departamento de Educación. (Audiencias ante el Comité de Bancos y Servicios Financieros del Congreso, 9 de Febrero 2000).
[224] )- Zweig, German Reparations and the Jewish World, 118 Goldman fue fundador del Congreso Judío Mundial y el primer presidente de la Conferencia de Demandas.
[225] )- Marilyn Henry, «International Holocaust Education Conference Begins,» en Jerusalem Post (26 Enero 2000). Marilyn Henry, «PM We Have No Moral Obligation to Refugees,» enJerusalem Post 27 Enero 2000). Marilyn Henry, “Holocaust Must Be Seared in Collective Memory,«‘ en Jerusalem Post (30 Enero 2000).
[226] )- Claims Conference, Guide to Compensation and Restitution of Holocaust Survivors (New York: n.d.). Vincent, Hitler’s Silent Partners, 302 («expropriation»); cf. 308-9. Ralf Eibl, «Die Jewish Claims Conference rings um ihren Leumund. Nachkommen jüdischer Sklaven….,» en Die Welt (8 March 2000) (lawsuits). La industria de compensaciones por el Holocausto es un tema tabú en los Estados Unidos. El sitio web H-Holocaust (www2.h-net.msu.edu), por ejemplo, excluyó comentarios críticos, aún cuando estuviesen completamente apoyados por pruebas documentales (correspondencia personal con Richard S. Levy, miembro del directorio, 19 – 21 Noviembre 1999).
[228] )- Clinton Bailey, «Holocaust Funds to Palestinians May Meet Some Cost of Compensation,» en Intemational Herald Tribune; reimpreso en Jordan Times (20 Junio 1999).
[229] )- Elli Wohlgelernter, «WJC: Austria Holding $10b. In Holocaust Victims’ Assets,» en Jerusalem Post (14 Marzo 2000). En su posterior declaración ante el Congreso, Singer subrayó la acusación contra Austria pero – típicamente – mantuvo un discreto silencio sobre los cargos contra los EE.UU. (Audiencias ante el Comité de Relaciones Internacionales, Senado de los EE.UU. 6 Abril 2000)