Deuteronomio 22:5 dice – No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es al Señor tu Dios cualquiera que esto hace.

Bueno, aquí está mi actualización de fin de año con mi advertencia acerca de este síntoma de confusión de género, por ejemplo: el lesbianismo.

Requiere tener visión de las cosas para darse cuenta de lo que tienes frente a tus ojos todo el tiempo.

«Desaliñada», «Monótona», «Descuidada» – mucho son los adjetivos que describen a la mayoría de mujeres que usan jeans.

Desde que identifique esta tendencia, estoy impresionado por su omnipresencia. Al menos la mitad de las mujeres que veo usan jeans.

Los jeans son un símbolo de la puesta en marcha del feminismo. Son las ropas de «granjeros» y «mineros». El feminismo es una invención de los banqueros centrales que también crearon y financiaron los movimientos socialista y comunista para controlar a la gente.

Al usar jeans, las mujeres están mostrando su lealtad a esta visión monótona del proletariado unisex, donde las mujeres trabajan como hombres, se ven como hombres y fornican como hombres (ej. perros).

¿Acaso no es lo suficiente obvio? Si los sexos se visten igual, es porque se están pareciendo.

Ser femenina quiere decir ser lo opuesto al hombre. Pero la desviación de género (lesbianismo) ocurre cuando las mujeres desconfían de los hombres y tratan de compensar eso comportándose como hombres.

La feminidad es definida por ser atractiva para los hombres. ¿Qué es más atractivo para los hombres? ¿Un vestido o los overoles de un granjero?

CULTO DE LO MASCULINO

A menudo veo parejas de casados vestidos de mezclilla azul, tanto él como ella. Ocasionalmente hay una hija mayor que ya prometió participar de este culto masculino.

Es probable que reciba una tormenta de críticas de mujeres que digan que los jeans pueden ser femeninos. Sí, puede que así sea, siempre y cuando seas una mujer increíblemente sexy en primer lugar, (pero te verías bien en cualquier cosa). Mujeres, vean, los jeans (y pantalones en general) enfatizan el trasero. Las mujeres que niegan sus instintos femeninos tienden a desarrollar uno enorme. Hombres, una mujer que vista jeans, en serio, es una bandera roja de alerta de que podrías lidiar con «DIG» – «desorden de identidad de género». Sus jeans están diciendo: «Yo no quiero ser una mujer. Yo no quiero verme bien para los hombres. Yo temo y desconfío de los hombres. Yo quiero prerrogativas masculinas. Yo quiero verme como un hombre. Yo quiero ser un hombre».

La carrera primordial de una mujer solía ser convertirse en esposa y madre. La Élite Financiera no quiso más matrimonios, familias o niños. Así que convencieron a las mujeres de que estas cosas eran «opresivas» tal y como anteriormente convencieron a los obreros o a los Negros de que estaban oprimidos. A la Élite Financiera no les interesa las mujeres, los negros o incluso los homosexuales. Tan solo los usan para sus propios fines.

El feminismo llevó la bandera de los «derechos de las mujeres» pero ha llevado a la feminidad a la clandestinidad, hizo pedazos la identidad de género y privó a las mujeres del reconocimiento por ser esposas y madres, roles esenciales para su propia plenitud, para los hombres, los hijos y la sociedad.

Las mujeres jóvenes jamás imaginaron que serían traicionadas por sus traicioneras maestras y políticas feministas con la destrucción de la familia y abandonándonos al control estatal y de las multinacionales.

Jamás se imaginaron ellas que el «movimiento por las mujeres» estaba inspirado y patrocinado por la Fundación Rockefeller como parte de su programa continuo de ingeniería social. Busca en Google «Estudios de la Mujer» y «Fundación Rockefeller» y obtendrás más de 100,000 resultados. ¿Realmente crees que los mayores capitalistas monopólicos, quienes patrocinaron la Planificación Familiar, el control natal y la investigación eugenésica, no tienen un propósito ulterior para el feminismo?

Los Rockefeller son parte de esta red de Banqueros Centrales de la Élite Financiera. En palabras del informante Carroll Quigley, su propósito final es «nada más y nada menos que crear un sistema global de control financiero en manos privadas capaz de dominar el sistema político de cada país y la economía del mundo como un todo. Este sistema deberá ser controlado… por los bancos centrales … actuando en concierto». (Tragedy and Hope, 324).

Bajo el pretexto de defender los derechos de los homosexuales, los heterosexuales están bajo un ataque psicológico despiadado y detestable en los medios de comunicación y por parte del gobierno. En el Reino Unido, Australia y California, los términos «mamá y papá» han sido prohibidos de las escuelas y a los niños se les incita para que experimenten con la homosexualidad. Quieren que seamos homosexuales en el sentido en que los gays usualmente tienen sexo, sin casarse, ni formando familias. Quieren destruir la familia porque la gente solitaria y confundida es más fácil de manipular. Esta es la verdadera historia detrás de la «revolución sexual».

Existe un estigma feminista Stalinista en contra de verse femenina.

Las mujeres de verdad liberadas pueden sentar un precedente protestando al usar faldas o vestidos (de corte moderado). Ellas pueden demostrar que no sienten miedo hacia los hombres y que pueden ser del agrado de ellos. Cristina, una mujer de Madrid, España, hace esto y obtiene una respuesta muy positiva:

«Hace algunos años, dejé de vestirme como un hombre por motivos religiosos (y no, no soy musulmana, aunque es bastante peculiar ver mujeres musulmanas en jeans y pañuelos en la cabeza. Ya que el atuendo tradicional de la mujer occidental es una falda o vestido … Yo trato de vestir así. Y claro que trato de vestirme con pulcritud. Cuando tomé esta decisión, no pensé en cómo afectaría a los hombres. Sin embargo, su efecto en los hombres ha sido de lo más conmovedor. Saca lo mejor de ellos y les parece gustar. Algunos son hasta bastante verbales en su aprobación hacia mi modo femenino de vestir; tan solo uno me ha dicho que no le gustó».

Los hombres deberían de manera educada apoyar y aprobar que las mujeres se vistan de una forma auténticamente femenina como les corresponde.

No hay nada más bello que una mujer luciendo un vestido de verano. Todavía puedo recordar a las mujeres cuando usaban vestido. Ahí es donde reside el verdadero poder y legitimidad de las mujeres, en ser femeninas. No permitamos más que estas políticas y activistas feministas y lesbianas altamente remuneradas por la Élite Financiera que actúan como «agentes de cambio» destruyan por completo con la esencia de la auténtica feminidad. Es hora ya que las mujeres de verdad dejen a un lado los jeans para trabajos de jardinería o labores de granja.