El joven aprendiz de Artes marciales estaba en el apogeo de su instrucción, practicaba con vehemencia cada técnica entregada por sus Maestros, de tal forma que en poco tiempo ya las dominaba a perfección, y seguidamente guiado por su propia intuición las modificaba aumentando el nivel de complejidad y exigencia.

Sentía la fascinación que siente el investigador al acercarse a la solución de un enigma, siempre ávido de recibir, o encontrar más pistas que le acerquen a su objetivo,

Había llegado a experimentar niveles de éxtasis indescriptibles en el apropiamiento del fuego muscular, al rebasar sus límites corporales, en la dilatación de sus tejidos por el bombeo sanguíneo, porque allí encontró la forma de domar su mente, que siendo como un potro salvaje, al fragor del sobreesfuerzo, se convertía en una potente herramienta de invocación mística, y de cohesión de sus partes dispersas, el regreso a si mismo,

La práctica constante de la respiración conciente, inhalando por la nariz, apretando los esfínteres sexuales, concentrando su energía en el abdomen, contrayendo cada uno de sus músculos, para pausadamente exhalar por la boca, eliminando todo tipo de residuos intoxicantes hasta vaciar sus pulmones por completo y empezar un nuevo ciclo, se convertía en la explosión vital activadota del motor de el cuerpo en el sístole y diástole de su corazón produciendo de instante a instante fortalecimiento y renovación. Potencializando el diálogo con su Padre Interno que es Dios dentro de él.

Con este potente bombeo se aumentaba la irrigación sanguínea a su cerebro lo que aumentaba su capacidad de concentración y contemplación que lo evocaba estados emocionales de plenitud, a puertas sensoriales inigualables.

Al dominar el fuego de su cuerpo bajo la exigencia y rigurosidad del ejercicio, disfrutando del aroma de la vida en cada sorbo de aire, podía disociar la comprensión normal del si mismo para fundirse en el paisaje circundarte, sintiendo y llegando a ser: el árbol, la nube, la flor, el color. En un estado de oración permanente y consecutivamente apropiado de esa luz, volver nuevamente a su realidad y asumir también su relatividad, pero esta vez trayendo como presea de su conquista, la buena voluntad incorporada a su Real Ser.

Paralelamente realizó labores de motricidad fina que requerían mucha paciencia habilidad y perseverancia, que al principio le despetrificaban neuronas olvidadas por desuso, hasta que llegaba a incorporarlas al subconsciente de tal forma que podía efectuarla aun en un estado de somnolencia profunda resolviendo los inconvenientes que se presentaran, sin salir de su adormitamiento, es decir aprendió a ver sin ver, y a comprender sin aparentemente estarlo atendiendo, con este sistema compuso música con instrumentos improvisados y otros construidos, exploró la escritura automática y hasta pinto varias obras de llamado arte abstracto.

Se interno en la espesa selva, en zonas inhóspitas, donde no habían senderos trazados y, descendió por laderas montañosas de estructura geológica muy complicada, tapado los ojos, para privarse de la visión por completo, cruzó por quebradas y arroyuelos desarrollando otros sentidos de orientación, agudizando su oído, y enfatizando el reconocimiento de el terreno con los pies,

Se interno en cavernas oscuras de la misma montaña y en completo silencio hizo prolongados ayunos, para dominar sus apetitos sensoriales, y obteniendo mas control sobre si.

Aproximadamente tres años estuvo cargando troncos de leña muy pesados desde lugares recónditos ya que en la escuela de formación marcial no era permitido talar árboles porque pregonaban un profundo respeto a los demás seres de la naturaleza con los cuales se convive, y solo se podía disponer de leña como combustible para la cocina de los árboles caídos en forma natural por vejez o por los factores climáticos, entonses llevo sobre sus lomos troncos de casi el doble de su peso unas veces macizos y gruesos, otras palos largos de difícil transporte por el monte serrado, ascendió y descendió por colinas empinadas equilibrando el peso, enjuagado en sudor, cruzando barriales pantanosos, arroyos y riscos pedregosos, moldeando así su carácter para dominarse en circunstancias adversas.

Practico danzas marciales de desprogramación mental y de reapropiamiento corporal que al principio le parecían de muy difícil ejecución porque requerían una ecuación mental para resolver el movimiento de los pies , otra para las manos, una adicional incorporando la cintura y hombros sin descuidar la relevancia de la mirada y la expresión facial, sin descuidar el dominio espacial del lugar, para finalmente aplicar una ecuación adicional que unifique todos estos elementos, y con perseverancia casi obsesiva fue venciendo sus taras, traumas y trabas, hasta finalmente deconstruir el método y simplemente fluir con espontaneidad alcanzando su propio estilo.

Pero siempre se mantuvo al margen de las exhibiciones públicas o los concursos para condecoraciones en certámenes oficiales, a lo que consideraba una simple exteriorización banal, ya que veía el riezgo de estar elevabando un atril egoico que después requería otro proceso mas duro de vida para derrumbar ese sofisma iluso.

Pero era ante sus Supremos Instructores que él joven aprendiz se esmeraba, porque savia que ellos su lucidez clarividente veían mas que lo formal y evaluaban el nivel de conocimiento interno en actos sencillos de la vida personal o comunitaria, mas que en las alegorías circenses, ante ellos mantenía siempre una actitud marcial rigurosa, al filo de la espada regido al axioma que dice:* cielo es de los valientes y debe tomarse por asalto*. Pero no se puede confundir valentía con arrogancia, porque desmeritaría cualquier aparente conquista y ellos como jueces median el nivel de humildad en unos casos; o la seguridad en si mismo en otros casos, ya que el que por un segundo duda o titubea ahí ya perdió; la firmeza y la convicción de los argumentos que le llevaron a tomar una determinación marcial, cuando el examinado no tenia la suficiente solidez, aunque tuviese las mas altas condecoraciones era avergonzado.

Es importante destacar que no es en un escenario, donde se demuestra el nivel marcial sino en la vida diaria, en la cotidianidad, que la altivez del guerrero no siempre esta en las patadas, puños o en la virtud gimnástica, si no que también debe desarrollar cualidades de paciencia, generosidad, nobleza, integridad, rectitud, prudencia, que en muchos casos pueden resultar mejores armas.

Llegado el momento en que aquel joven aprendiz debía ascender de nivel, en reconocimiento a su labor interna, sus Maestros le enviaron a un antiguo Templo Andino a recuperar la sabiduría marcial que dejaron los guerreros ancestrales en la antigüedad, debía encarnar al milenario Chaski o mensajero de la Luz cruzando la puerta de Sol en un nuevo proceso iniciático.

Se trasporto hacia el lugar caminando por los collados y los valles de la majestuosa cordillera invocando la ayuda de los Apus elementales guardianes de las montañas, hasta el legendario Templo del altiplano andino, trajeado con un ropaje ceremonial, hilado y tejido a mano por los hábiles artesanos indígenas de la zona, con lana cruda de vicuña, material orgánico que entre los guerreros funciona como escudo protector, bordado en su pecho el símbolo universal de la chalana o cruz andina con jeroglíficos representativos de el mismo Templo es decir una evocación a Thunupa y los guerreros Cóndores en Runa Swástica, calzando sus pies con alpargatas de suela de fique. Cubriendo su cabeza hasta los hombros dejando descubierto solo su rostro portaba un colorido gorro de Diablo Uma en gama arco iris tejido por indígenas de Otavalo con lana de oveja.

*El diablo Uma es un personaje de la cosmogonía Andina que aun prevalece en las danzas tradicionales, Es extremadamente simbólico ya que representa a un mensajero de los cielos llamado SUPAY que desciende a los infiernos a sacar a las almas caídas en la oscuridad y el olvido, tiene dos rostros, la mascara de diablo en la nuca con ojos, orejas, nariz, boca con la lengua afuera, sirve para espantar a los demonios, lleva al contorno de la cabeza una especie de cachos o rayos igualmente multicolores, que representan la conexión con la luz, lo que en la lejana India es conocido como el cordón dorado acá entre nuestros In-Dios son muchos rayos en gama arco iris, la otra cara es el rostro del guerrero que es el verdadero mensaje de luz, lleva camisa bordada con muchos pañuelos y cintas de colores, y un pantalón amplio de cuero llamado zamarro, baila zapateando, gritando escandalosamente haciendo sonar su cuerno, en su mano sujeta un látigo o acial que azota contra el piso para estremecer a los infiernos, para sacudir y despertar las almas adormecidas, y llevarlas como un buen arriero o pastor de regreso al sendero verdadero*

Volviendo a nuestro ecenario, el guerrero que situado frente a la imponente Puerta, Saludó a los guardianes no físicos sino etéricos que se ubican en la entrada de todo Templo, Jachin es la porción varonil-solar, ubicado a la izquierda, y Boaz es la contraparte femenina-lunar ubicada a la derecha de frente al que solicita entrada, reverencialmente realizó una danza en que demostraba su condición arte marcial y los meritos para ingresar, y luego se despojó de sus vestiduras llenas de color para trajear una blanca `por completo que representa la pureza del alma.

Su petición de entrada fue aceptada y al cruzar el umbral con su pierna izquierda instantáneamente olvido su identidad humana, lo que le produjo una conmoción emocional, un estado de incertidumbre, ya que la mente concatena los hechos del pasado, lo que fue, con las proyecciones a futuro, los objetivos y aspiraciones; adormeciéndole en el presente que seria un punto ya determinado por las dos trayectorias anteriores.

Por eso solo se puede encontrar a si mismo el que está extraviado, y ese olvido de si, puede ser nefasto para los que no estén preparados para asumir la soledad y la orfandad internas, porque la aparente estabilidad material o social adormece la capacidad de resolver espontáneamente el instante a instante, y ante esta exigencia pueden desembocar en la locura y la desesperación; pero para el guerrero no es mas que la pura y auténtica libertad, afrontar con virtud arte marcial el panorama mas hostil que parezca, mantenerse firme e incólume ante las mas terribles adversidades y tormentas, y no dudar que su fuerza interna le brindará la guía, y la solución.

Sin memoria humana es sin ataduras, sin cargas, sin culpabilidades, el recipiente vacío que esta listo para ser llenado por la vivencia que le ofrece el presente, a cambio de los que ya están llenos de intelecto, de seguridad, son recipientes en donde no cabe ya mas nada,

Solo cuenta con dos opciones avanzar o retroceder, atemorizarse ante esa incertidumbre o llenarse de valentía y avidez de descubrir, estaba en un salón vacío como su memoria, a su frente había una escalera con siete peldaños y al final un atril que tenía un gran libro abierto,

-el guerrero avanzó por las escaleras despacio y prudentemente, y al asomarse a la pagina abierta de el gran libro ¡Oh! Que impacto, estaba exactamente relatada su vida humana en la actual encarnación, allí estaba desde su nacimiento, su niñez, todo absolutamente todo, detalles olvidados, secretos e intimidades, alegrías, tristezas, todo, la historia estaba encabezada por una ilustración, una especie de paisaje de su pueblo natal, pero esta foto no era estática sino que era una puerta de ingreso, no como observador o lector sino como protagonista, es decir entrando por la imagen se apropiaba de la vivencia allí contenida, y era el personaje de la historia, con sus pasiones, sus dramas, sus contradicciones y conflictos irresueltos, con todo el rigor de su peso humano; fue tan tenaz la impresión que se echo a llorar por un largo periodo de contrición; sintió la soledad, la desprotección, con dolor constató las consecuencias de cada decisión que se toma en el camino, sintió que había dejado un rastro trágico por donde había pasado, el dolor de su madre el momento de parirlo, y como todos los humanos nos convertimos en tiranos y manipuladores, apropiándonos de quienes nos aman como con derecho, atropellando conciente e inconscientemente, usando las cosas y seres humanos y después abandonándolos o descartándolos con despiadada ingratitud; tomó conciencia del ser humano y sus afectos, sus pasiones , su sexualidad, entre la ilusión material y la verdadera misión de vida; lloró, y lloró con avergonzamiento autentico reconociéndose a si mismo, su dolor no admitía consuelo ni

banas justificaciones, ninguna virtud que hubiera desarrollado, ni caridad, ni altruismo lavaban el peso de esa contundente realidad, y pudo quedarse eternamente en la contemplación de esa tragedia, pero finalmente se comprendió como ser humano y también se perdonó, y en ese momento la desdicha se convirtió en alegría de aprendizaje, vio en el presente la gran oportunidad de enmendar lo vivido, sintió la urgencia de sacar el mejor provecho a nuestro paso por el mundo material, de sembrar amor en quienes nos rodean, de aprovechar el tiempo al máximo en hacer el bien y servir a los demás, y tubo paz en su corazón. Y así salio de la fotografía retornando a su posición erguida frente al atril, resolviendo completamente este capítulo,

Sintió la necesidad de cambiar de hoja y en la pagina siguiente vio la vida de un amigo de su infancia, entró nuevamente por la fotografía para ser él, estudiando sus carencias infantiles, sus temores que le convirtieron en un resentido social, y lo perdonó como a si mismo, y al hacer eso, le curó del resentimiento que llevaba en el alma. Y paso y paso hojas de el libro completo, allí estaban las páginas de todos los seres que había conocido, y muchos otros que conocería mas adelante estaban familiares y gente aparentemente lejana y cada vez que resolvía el drama de una página, sentía un gozo indescriptible en su alma, y levanto su mirada y descubrió al sol resplandeciente, el cuarto vacío desapareció y en su lugar un amplio y hermoso paisaje, y sonrío henchido de alegría pues había descubierto su don medicinal.

jophra