El médico práctico, el observador, cuantos deban estar en íntima convivencia con sus semejantes, harán bien en dirigir su primera mirada, precisa y penetrante, a la mano del que reconocen por primera vez. Ellas son un reflejo externo del carácter, energía, cualidades, y lo que a nosotros principalmente interesa, ellas nos dan a conocer los antecedentes, estado y males futuros de la persona observada.
La mano debe siempre estar relacionada a la estatura y conformación de su dueño: las excesivamente grandes, pequeñas, largas o blandas, son propias de personas hipócritas, veleidosas, verdaderos suplantadores del talento, que nos interesa conocer en grado sumo; pues aficionados a mentir, es preciso destacar las ventajas inmensas de la prescripción y los inconvenientes de las transgresiones, para que sigan con fe, y aun contra su propia manera de ser, cuanto les digamos para curar sus dolencias.
Manos relativamente pequeñas, las tienen las personas que hablan mucho, forman grandes proyectos y no los cumplen nunca.
Manos demasiado grandes son propias de tiranos y ladrones, espíritus fuertes en sí, y de gran resistencia y curación fácil cuando enferman.
Palma de la mano pequeña, en las mujeres, indica partos difíciles; al contrario: manos de palma grande y dedos cortos, indican partos fáciles.
El color debe ser sonrosado; siendo las manos demasiado rojas, indicadoras de carácter excitable y constitución sanguínea y artrítica. Si el encarnado de la mano va al azul, síntoma de circulación viciosa y trastornos del corazón o pulmones: si al amarillo, del hígado.
Cuando el dedo índice es más largo que el anular, es seguro se trata de personas materialistas; idealistas son, en cambio, las que tienen el anular largo. La igualdad de tamaño de estos dedos, nos demuestra caracteres de fácil oratoria, probos, honrados y trabajadores.
Dedos separados en su base, son demostrativos de caracteres enérgicos y de amplia fe en sí mismos.
Extremo del pulgar desarrollado, indica voluntad: mano velluda, carácter arrebatado; si falta el vello, afeminal1amiento y cobardía.
Mujeres con los dedos puntiagudos, y sobre todo el pulgar, son egoístas, celosas y tiránicas con sus subalternos.
Manos artísticas y bonitas, pertenecen a mujeres bondadosas, buenas esposas y magníficas madres.
(Miren figura No 1.) Hay manos gruesas y delgadas; toscas y finas; en espátula, cónicas y cuadradas; velludas y lisas; y cada una de dichas formas, es demostrativa del estado del individuo.
El Dr. Max Kemmerich, uno de los sabios más grandes de la Alemania actual, en su reciente obra «La ley causal de la Historia Universal», dice en la página 192, al referirse a una decepción sufrida con cierta mújer: «Si hubiese conocido antes la Quirología, habría podido observar su carácter interesado y calculador en su mano espatular».
En mis viajes de estudio he recorrido la mayor parte del globo, teniendo ocasión de conocer hombres interesados, y ya es instintivo en mí echar la primera mirada a las manos de mi interlocutor, cosa que recomiendo a todos mis lectores, pues podríamos decir: «Enséñame tu mano y te diré quién eres».
Era curioso observar la mano del guerrillero bandido Francisco Villa. Parece que en aquellas manos toscas se veía, sobre todo en aquel retrato cuando salió de la cárcel protegido por el presidente Francisco I. Madero, todo lo sanguinario, bárbaro y cruel que era ese bandido. En la mano se reflejaban los centenares de asesinatos y crímenes Que cometió este hombre.
Contraste curioso era la mano elegante y noble de su protector el Presidente Madero; mano que todo el mundo se veía obligado a mirar porque tenía un movimiento nervioso en uno de sus brazos.
Señales de estadistas y de hombres enérgicos y buenos al mismo tiempo, tenían los Presidentes Porfirio Díaz y sobre todo el inmortal y gran Carranza, tan injusta como bárbaramente asesinado.
Nunca olvidaré la impresión que me causó un brazo más corto y mano muy reducida del Kaiser Guillermo II. Parece que el monarca ya llevaba escrito en la forma de su brazo la profecía de lo que posteriormente le tenía que suceder.
Todos los que han tenido ocasión de conocer al escritor colombiano Vargas Vila, no podrán menos que dirigir su mirada inmediatamente a la mano del gran escritor, pues éste, instintivamente, ha adornado sus dedos de pedrería falsa para atraer la mirada de los que lo visitan.
En un museo de Alemania hay la costumbre de reproducir en yeso las manos de hombres célebres y allí desfilan ante nuestra vista las manos del célebre partero Bumm, del profesor en Medicina Von Czerny, la mano que parece toda una sinfonía de Beethoven, de Liszt, la mano del pintor Menzel.
Mano extremadamente artística tenía Sara Bernhardt y mano imponente me ha parecido siempre la de Primo de Rivera, al cual sólo he visto una vez, al descender del tren en Barcelona, a cuya estación había ido con objeto de verle la mano.
Es una lástima que los grandes artistas clásicos no supieran todos estos detalles, pues sus obras habrían llegado .a la más alta perfección posible en los límites de lo humano. Así vemos que cuanto más alto está el nombre de un pintor o un escultor, mejor conocedor es de la Quirología, porque conociendo las particularidades de una mano, asimilan hasta tal grado la psicología de la persona que. copian en el lienzo o en el barro, que no falta detalle para que sea fiel reflejo de la realidad.
Miguel Angel conocía perfectamente las manos de .los hombres; bien sabido es por todo el mundo que este artista se pasaba horas enteras en las salas de disección de los hospitales, armado del bisturí, examinando manos y descubriendo nuevas orientaciones para su obra.
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