Yo he conocido hombres que hacían milagros y maravillas; esos hombres en su mayor parte eran analfabetas. Cuando yo conocía sus secretos, me asombraba al ver que todo su poder residía en oraciones sencillas, aparentemente sin importancia.

Sin embargo, esos hombres hacían milagros y maravillas que hombres de cuarenta y cincuenta años de estudio espiritualistas, no eran capaces de realizar.

Todo el poder de esos hombres sencillos y analfabetas estaba en la fe.

Conocí un hombre que se transformaba el rostro y se hacia invisible. A ese hombre no le entraba la bala ni el cuchillo. Ese hombre tenia toda su fe en el ángel Gabriel. El hombre me comunicó su secreto. La clave era muy sencilla.

El hombre bendecía los cuatro puntos cardinales y luego rezaba una oración del ángel Gabriel, que a la letra dice así:

«Trece mil rayos tiene el Sol, trece mil rayos tiene la Luna, trece mil veces sean avergonzados los enemigos que tengo yo».

El hombre rogaba al ángel Gabriel y el ángel lo hacía Invisible o le transformaba el rostro, o lo protegía de la bala o del cuchillo.

El Intelectual vive mariposeando de escuela en escuela, de secta en secta, de libro en libro y entre tantas contradicciones y teorías, termina por perder la fe.

Esa clase de gentes después de cuarenta y cincuenta años de estudios espiritualistas son más desgraciados que cualquier analfabeta. La duda les destroza los poderes ocultos, y sus prácticas esotéricas fracasan rotundamente, porque les falta la fe.

CRISTO dijo: Tened fe como un grano de mostaza y moveréis montañas.

YO, AUN WEOR, BUDDHA AVATARA de la Nueva Era de ACUARIO, declaro que la FE es el poder mágico más tremendo que existe en el Universo.

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