Marx dijo: “La teoría se convierte en una fuerza material tan pronto como prende en las masas”.
Nosotros decimos que la palabra hablada y escrita es de grave responsabilidad.
Marx con sus teorías hizo grave daño a la humanidad. Quitarle los valores espirituales a la humanidad es el peor de los delitos.
Para poder actuar sobre las condiciones de vida material de la sociedad en que vivimos y acelerar su desarrollo, las clases trabajadoras tienen que apoyarse en una teoría social que refleje con entera exactitud las exigencias sociales en que vivimos.
Hemos entrado en una nueva era y la sociedad necesita con suma urgencia dos reformas, la primera espiritual, la segunda económica.
La teoría marxista no refleja con entra exactitud las exigencias sociales en que vivimos.
La teoría marxista no sirve porque es incompleta; le faltan los valores espirituales.
Resulta estúpido querer convertir al hombre en un ser bidimensional, en una máquina de producción y consumo.
El hombre tiene necesidades espirituales, inquietudes íntimas, urgentes, que inútilmente intentan destruir el marxismo con esa sofistería barata y totalmente absurda y que en el fondo no resiste un análisis.
Necesitamos una teoría social pero ésta debe ser completa, íntegra, perfecta.
Necesitamos una teoría que refleje con entera exactitud las necesidades espirituales y económicas de la sociedad.
Tenemos el gusto de informar al lector que afortunadamente ya existe dicha teoría, y esta la hallaremos en el Socialismo Cristiano latinoamericano.
Cuando la teoría socialista cristiana prenda en las masas se convertirá en una fuerza espiritual y material a la vez.
El fracaso de los materialistas leninistas se explica entre otras razones, por el hecho de que no reconocían la importancia movilizadora, organizadora y transformadora de la teoría de vanguardia, de la idea de vanguardia y cayendo en un materialismo vulgar, ateo y estúpido, reducían su papel casi a la nada, persiguiendo religiosas, asesinando religiosos, destruyendo templos, y sembrando en el corazón humano el desconsuelo y la amargura.
La fuerza y la vitalidad del Socialismo Cristiano estriban en que se apoya en una teoría de vanguardia que refleja con exactitud las exigencias del desarrollo de la vida espiritual y material de la sociedad.
El modo de producción de los bienes materiales y el aspecto espiritual de la humanidad son los factores determinantes del carácter del régimen social en cada época.
El ser humano necesita vestidos, calzado, vivienda, combustible, instrumentos de producción, y alimento suficiente para vivir sanamente.
Las naciones deben producir y tener sus modos de producción material, pero además deben tener sus religiones, escuelas espirituales, órdenes, sectas, etc., porque sería estúpido convertir al ser humano en una máquina de producción y consumo exclusivamente.
La técnica moderna ha realizado maravillas y no cabe duda de que ahora con los cerebros electrónicos y toda máquina moderna, podría el hombre liberarse del trabajo material sin necesidad de crear robots humanos al estilo soviético. Es estúpido inseminar mujeres rusas con semen de simios, eso es bestialidad.
Las máquinas podrían libertar al hombre de la esclavitud del trabajo material, desgraciadamente el hombre no está preparado todavía y eso es la vergüenza de nuestra civilización.
El hombre es esclavo del trabajo material y lo seguirá siendo hasta el dichoso día en que se disuelva el yo.
Sólo disolviendo el yo puede el hombre libertarse del trabajo material, actualmente existen máquinas maravillosas que podrían hacer todo el trabajo hombre, en la casa y en el taller, en el campo y en la oficina, etc., etc., etc.
Desgraciadamente el hombre sin trabajo material se revolcaría con peor desenfreno todavía entre el lodo de los vicios.
La técnica está estancada aún cuando muchos no lo crean, y seguirá estancada mientras el hombre no haya disuelto el yo. Sólo disolviendo el yo puede avanzar la técnica.
Las máquinas están dejando a millones de hombres sin trabajo, existe conflicto entre máquinas y trabajadores. Realmente las máquinas podrían desplazar a todos los trabajadores del mundo, pero éstos no están preparados, no saben cooperar, están divididos, ¿de qué vivirían? ¿Qué harían? ¿A qué se dedicarían?.
He ahí el gran problema moderno; si el hombre fuera rico espiritualmente, ese problema no existiría, habiendo cooperación, unión y fraternidad entre los hombres, este problema no existiría.
Si el ser humano estuviera preparado para la nueva era la máquina sería nuestra gran amiga. El trabajador sólo necesitaría trabajar unas tres o cuatro horas diarias, todos tendríamos pan, abrigo y refugio, sin dificultad alguna.
Si el ser humano estuviera realmente preparado espiritualmente, si hubiera ya disuelto el yo, no habría necesidad de tener dinero. Cada trabajador cumpliría con su deber diario en la fábrica o en el campo, en la oficina o en la tienda, etc., y a cambio de eso, tendría derecho a tener todo lo necesario para la vida sin necesidad del factor dinero.
Mas cuán lejos estamos de llegar a semejantes alturas, contentémonos ahora con el capital obrero. Libertándonos del capital de estado y del capital privado hagámonos libres de verdad.
Los dos grandes monstruos llamados capitalismo y comunismo, quieren devorarnos, nosotros necesitamos defendernos, necesitamos ser libres.
La teoría socialista cristiana debe convertirse en una fuerza espiritual y económica a la vez.
vuaen mensage hase falta mucho ralato´pada que la humanidag asuma este papel de kamvios y de hemandad entre los seres humagdus, la sosiedad eataria kamviando y ael mundo seria difrente, solamaente kon la guia de diosolo podremos lograr aom om sea