El patrón oro está llamado a desaparecer, el patrón trabajo debe reemplazar al patrón oro, la moneda debe representar horas de trabajo.
Si queremos que desaparezca el patrón oro necesitamos industrializarnos totalmente.
Mientras los países subdesarrollados no se desarrollen serán esclavos del patrón oro.
La industrialización total convierte a un país subdesarrollado en un país desarrollado.
Los países subdesarrollados se ven obligados a comprar a los países desarrollados todo lo que necesitan y sólo pueden pagar con patrón oro.
Estados Unidos de Norteamérica es un país desarrollado y la América latina está constituida por países subdesarrollados.
Los comerciantes latinoamericanos tienen que comprarle a estados Unidos mercancías, y pagarla en patrón oro.
Los Estados unidos no aceptan la igualdad de la moneda y exigen el pago en dólares o su equivalente a Dólares como si todo el territorio latinoamericano, fuese los Estados Unidos.
Cuando la moneda nacional de cualquier país latinoamericano está muy baja con relación al dólar, es claro que la compra de mercancía a los Estados unidos sale carísima.
Los comerciantes importadores venden caro porque compran caro, y los pequeños comerciantes compran caro y venden también caro.
Los consumidores sufren las malas consecuencias de todo esto y tienen que sufrir muchísimo para comprar las cosas que necesitan.
Los comerciantes no podrían vender barato porque compran caro, tienen que pagar con patrón oro, con dólares.
No se le puede pagar a los Estados Unidos con moneda que represente horas de trabajo porque los Estados Unidos sólo venden al precio de patrón oro.
Los países latinoamericanos no producen automóviles, aviones, radios, maquinaria agrícola, etc., etc., etc., y en estas condiciones se ven obligados a comprar mercancía a los Estados unidos.
Se puede comprar a otros países pero el mundo está gobernado por el patrón oro y el problema siempre es el mismo.
Los países subdesarrollados son esclavos del patrón oro y sólo dejarán de ser esclavos cuando se desarrollen.
Solo con la industrialización total se desarrolla cualquier país.
Cuando ya un país no necesite comprar nada al exterior, puede darse el lujo de reemplazar al patrón oro por el patrón trabajo.
Cuando todos los países latinoamericanos están totalmente desarrollados, podrán negociar entre sí sobre la base del patrón trabajo.
Es imposible abaratar la vida mientras seamos esclavos del patrón oro.
La comida debería ser barata pero como los transportes son caros la comida es cara.
Hay que comprar los carros al exterior y éstos cuestan caros, los choferes tienen que pagar los camiones y el dinero pero el pago tiene que salir de los usuarios.
Quienes transportan alimentos venden caro para pagar el transporte y por ello los alimentos salen caros.
La base de toda carestía de alimentos, mercancías, maquinarias, carros, etc., es el patrón oro.
Cuando la moneda represente horas de trabajo, la vida será barata y el hambre habrá terminado.
Cuando el patrón trabajo reemplace al patrón oro seremos libres de verdad.
Las grandes empresas aéreas, marítimas y terrestres de propiedad de las grandes compañías norteamericanas venden los pasajes de acuerdo con su moneda nacional estadounidense como si Chile, o Argentina, Venezuela, etc., fuesen la nación estadounidense.
No existe piedad ni consideración para nadie; hay que pagar el equivalente en dólares aun cuando la moneda esté muy baja con relación al dólar.
Son relativamente muy pocos los habitantes de los países latinoamericanos que pueden darse el lujo de viajar a Europa o de visitar al Tío Sam (Estados Unidos)
El patrón oro tiene a la humanidad sumida en la miseria y el único camino para libertarnos de dicho patrón tiene un nombre: Industrialización.
Necesitamos la industrialización total del campo y de la ciudad, del pueblo y del villorio.
Cuando un país puede producir todo lo que consume se halla libre de verdad.
Es inútil intentar libertarnos con revoluciones de sangre y aguardiente.
Sólo por medio de la llamarada de la inteligencia, se puede lograr la libertad.
Resulta estúpido levantarnos en armas contra los Estados Unidos; nosotros necesitamos comprarle a los Estados Unidos y a algunas otras potencias lo que necesitamos porque todavía no somos capaces de producir lo que consumimos.
De nada nos sirve protestar si no somos capaces de producir aviones, buques, automóviles, materias primas de toda especie, máquinas agrícolas, etc., etc., etc.
Cuando los países latinoamericanos se desarrollen entonces el Tío Sam tendrá que tratarnos de igual a igual, mano a mano.
Desgraciadamente muchos países Latinoamericanos han firmado muchos tratados comprometedores con los Estados Unidos.
Algunos países han firmado tratados por medio de los cuales se comprometieron a no fabricar maquinaria, aviones, buques, etc., etc., etc.
La libertad cuesta muy cara y si los países latinoamericanos quieren de verdad hacerse libres, necesitan tener el valor de romper todos esos tratados comprometedores.
De cuando en cuando aparece en la América Latina algún estadista heroico y amante de la libertad.
Los mercaderes yanquis siempre intentan sobornar a tales estadistas, y cuando no lo logran entonces suelen financiar grandes conjuras secretas para asesinarlos o derrocarlos.
El yo de la codicia no ahorra medios por perversos que sean, para lograr sus fines; La codicia desemboca en el asesinato y muchas veces en las revoluciones de sangre y aguardiente.
Es necesario que los pueblos comprendan la necesidad de la industrialización nacional, todo lo que obstaculice el camino de la industrialización, obstaculiza el camino de la libertad.
Si en el pasado dimos la sangre por la libertad, ahora debemos estar dispuestos a sellar esa libertad con el sello de la perfecta comprensión.
No se trata de levantarnos en armas contra los Estados Unidos porque eso es estúpido, lo importante es únicamente romper valerosamente con aquellos tratados que obstaculicen la libre industrialización.
En la América Latina existen millones de hombres industriosos y grandes genios capaces de hacer maravillosos inventos, es necesario romper todos los tratados que impiden la libre industrialización de los pueblos.
Es indispensable libertarnos del patrón oro y establecer el patrón trabajo, esto sólo es posible mediante la industrialización total.