99-stalin-postEn 1936, Stalin luchó también una «Guerra santa» en España. Moscú les envió 648 aviones, 347 tanques, 60 vehículos blindados, 1.186 piezas de artillería y 3.000 expertos militares soviéticos a los Comunistas españoles entre 1936 y 1939. El apoyo total sumó 274 millones de rublos (50 millones de dólares), según el periódico Vikerkaar No. 1, 1986.

La élite financiera cambió súbitamente sus planes y la ayuda de los soviéticos (es decir de los norteamericanos) a la República, fue retirada en el otoño de 1938. Por consiguiente, Franco pudo tomar Madrid el 28 de marzo de 1939. Murieron casi 1.4 millones de personas en la Guerra Civil española.

La reserva de oro española, de 600 millones de dólares, (la cuarta más grande en el mundo) fue entregada a Moscú para dejarla fuera del alcance de Franco. Moscú guardó el oro.

Dos Stalinistas italianos, Carlo y Nello Roselli, habían planeado una revolución en Venecia para el 25 de mayo de 1937, dónde ellos habrían dirigido el ataque de 2.600 terroristas y con ello habrían provocado una guerra civil. Stalin decidió cancelar esta operación repentinamente y prohibió a los hermanos Roselli de llevar a cabo acciones en Italia. Sin embargo, los hermanos comunistas ignoraron la prohibición. Entonces, el NKVD organizó el asesinato de los hermanos, con la ayuda de un grupo derechista, según el libro del historiador Franco Bandini «El Cono de la Sombra» (1990).

Bandini declaró al periódico ‘Il Tempo’ (Roma,), el 11 de abril de 1990: «El lobby de los historiadores ha intentado imponer silencio sobre cada trozo de información desagradable durante los últimos 45 años. Ellos consideran documentos de esta naturaleza como su propiedad privada. Sólo trabajaron para ocultar la verdad desagradable«.

La Guerra Santa alcanzó Polonia el 17 de septiembre de 1939. Finlandia fue atacada el 30 de noviembre en el mismo año. Pero Moscú fue obligado a detener su guerra contra Finlandia el 12 de marzo de 1940 – había llegado a ser demasiado onerosa (el lado soviético ya había perdido a 250.000 hombres de un millón) Stalin dijo a Churchill en 1943: «Una nación que ha luchado tan intensamente por su independencia es digna de respeto.» Stalin cambió su mente en 1948 cuando dijo, según el testigo Milovan Djilas: «Estaba equivocado en no ocupar Finlandia.» (Helsingin Sanomat, 16 de marzo de 1948) En el verano de 1940, era el momento para introducir el Comunismo en los estados bálticos y Bessarabia (Moldavia). Las florecientes economías de los estados bálticos eran una propaganda muy negativa para su vecino oriental y por esta razón los países tenían que desaparecer. Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania tenían un volumen de ventas de 586.474.000 de dólares en el mercado mundial en 1938, mientras que la producción de la gigantesca Unión Soviética era sólo de 512.508.000 de dólares. (J.

Bokalders, «Anuario» Internacional, Riga. 1944.) Inglaterra rompió sus negociaciones con Stalin en conexión con los estados bálticos. La élite financiera decidió que Alemania debía entregar los estados bálticos y Finlandia a la Unión Soviética. Stalin entendió, durante las negociaciones en Londres, que le permitirían ocupar los estados bálticos.

El Presidente Roosevelt estaba bien informado sobre los acuerdos secretos del pacto Molotov-Ribbentrop al día siguiente que fue firmado. Esto es evidente de un telegrama secreto (71.6211/93). No dio ninguna señal externa, pero continuó jugando el papel del ingenuo y «bien intencionado» líder Occidental. Nunca advirtió a los estados bálticos, ya que también estaba en el interés de los Estados Unidos que esas naciones desaparecieran del mapa.

Cuando el Ejército Rojo había ocupado Estonia, Franklin Delano Roosevelt dijo cínicamente a los periodistas: «¡Si a los estonios no les gusta el Comunismo, ellos pueden dejar Estonia!«. Roosevelt sabía muy bien con quien estaba tratando. Su juicio sobre Stalin lo muestra en la siguiente anécdota. Cuando Félix Habsburg visitó la Casa Blanca, Roosevelt preguntó: «¿Félix, se ha encontrado con el diablo alguna vez?» Félix Habsburg no comprendió lo que quiso decir por esto. Roosevelt continuó: «Félix, yo si me he encontrado con el diablo. Estaba en Yalta y su nombre es Stalin.» (Erich Feigl, «»Kaiserin Zita», Viena, 1977, pag. 226-227.) Debe enfatizarse aquí que los Estados Unidos continuaron ayudando Moscú para y durante la Guerra Invernal finlandesa, a pesar de la promesa de Roosevelt que Stalin no recibiría apoyo para el ataque contra Finlandia (había oficialmente un embargo contra la Unión Soviética). Trescientas empresas, en quince estados, enviaron sus bienes al Pacífico y de allí se enviaron a Vladivostok.

La Unión Soviética, entretanto, suplía a Alemania con el grano, petróleo y otros materiales crudos que se necesitaban para las operaciones de guerra contra Europa Occidental en la primavera y verano de 1940. En 17 meses Alemania recibiría de Moscú: 865 millones de toneladas de petróleo, 14.000 toneladas de cobre, 1 millón de toneladas de madera, 11.000 toneladas de lino, 15.000 toneladas de asbesto, 184.000 toneladas de fosfatos, 2.736 kilogramos de platino, 1.462 millones de toneladas de grano, y otras cosas más.

Sólo en noviembre de 1939, la Unión Soviética había comprado 22.000 toneladas de cobre de los Estados Unidos y lo había vendido con utilidades a Alemania.

Los finlandeses se aliaron con los alemanes en el verano de 1941 y retomaron las áreas que la Unión Soviética había ocupado. Stalin le pidió ayuda a Gran Bretaña. Y de hecho – Gran Bretaña declaró la guerra a Finlandia en Noviembre de 1941.

Ellos enviaron inmediatamente 500 aviones de combate, 280 vehículos blindados y 3.000 camiones a Arkhangelsk. El sensato comandante en jefe finlandés, Mariscal Carl Gustaf Mannerheim, rompió con las fuerzas alemanas y continuó operando solo. Quiso recapturar todas las áreas que Finlandia había perdido durante la Guerra Invernal de 1939-40.

Ni siquiera Pedro el Grande pudo derrotar al Rey sueco Charles XII sin la ayuda secreta de Inglaterra.

Los Estados Unidos de América no quisieron declarar la guerra directamente a Finlandia, pero en el verano de 1942, los norteamericanos cerraron sus consulados en Finlandia y también exigieron que Helsinki cierre sus consulados en los Estados Unidos.

La Unión Soviética atacó una vez más el 9 de junio de 1944, esta vez con armas norteamericanas, pero Finlandia logró resistir.

Washington estaba enfurecido. Los Estados Unidos rompieron sus relaciones diplomáticas con Finlandia el 30 de junio de 1944 para obligar al pequeño país a tomar un curso más amistoso con los Soviéticos. Finlandia continuó defendiéndose. Moscú tuvo la falta de pudor para exigir 300 millones de dólares en «daños y perjuicios» de Finlandia, cuando la Guerra de Continuación terminó en septiembre de 1944.

El historiador francés Raymond Cartier, ha hecho un estudio interesante, comparando los armamentos de Hitler con los equipos que los Estados Unidos le enviaron a Stalin. Alemania, en su ataque contra la Unión Soviética, usó 1.280 aviones, 3.330 vehículos blindados y 600.000 vehículos de transporte. Los Estados Unidos enviaron lo siguiente a la Unión Soviética durante el período de 9 meses entre el 1º de octubre de 1941 a junio de 1942: 1.285 aviones, 2.249 vehículos blindados, 81.289 armas automáticas, 30 mil toneladas de explosivos, 36.825 vehículos de trasporte, 56.445 teléfonos de campo y otros equipos.

Durante toda la guerra, los Estados Unidos enviaron un total de 376.000 vehículos de transporte (incluyendo 45.000 jeep «Willis» y 29.000 motocicletas), 29.000 locomotoras, 12.536 tanques, 17.834 aviones de combate, 130.500 armas automáticas, 240.000 toneladas de explosivos y municiones, 13.200 revólveres, 2.5 millones de toneladas de gasolina y otros materiales de guerra,.

Aquí puedo mencionar que los vehículos de transporte norteamericanos constituyeron los dos tercios del suministro total del Ejército Rojo, y que otros 43.494 vehículos de trasporte se enviaron desde Gran Bretaña. El Ejército Rojo recibió un total de 419.494 vehículos de transporte y otros vehículos.

Sólo 120.000 vehículos de transportes se fabricaron en la Unión Soviética entre 1942 y 1944 – así casi 3 veces menos de los que recibieron de occidente. Tampoco tuvieron problemas con los uniformes, porque los Estados Unidos tenían 34 millones de uniformes, incluso las camisas del ejército zarista, cosidas con las maquinas de coser ‘Singer’. Norteamérica también entregó 50 millones de metros de tela de lana. Los dotaciones de los tanques usaban overoles norteamericanos. Esta información viene de Keesen «Archiv der Gegenwart» (Parte XV, 1945, pág. 76) entre otras fuentes.

Los Comunistas recibieron un total de 17.8 millones de toneladas de bienes con un valor de 10.8 mil millones dólares de Norteamérica. Por supuesto, Moscú fue incapaz de rembolsar más que una pequeña parte de esto. En enero de 1951, E.E.U.U. quiso en pago a la deuda, 84 navíos de guerra por un valor de 800 millones de dólares, pero Stalin se negó categóricamente.

Es obvio que Moscú nunca habría sobrevivido el ataque de Hitler sin la ayuda norteamericana. Como prueba de esta afirmación, apuntaré al hecho que a la Unión Soviética le faltaron grandes bombarderos. Se fabricaron solamente 79 Pe-8, el único avión de 4 motores de la Unión Soviética. En gran Bretaña y EEUU se fabricaron 50.000 aeroplanos similares durante el mismo período. El bombardero 11-4 soviético fue considerado un aeroplano de inferior calidad.

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