Hasta recientemente, ha sido ocultado del público que la Unión Soviética también usó a centenares de miles de esclavos extranjeros para varios proyectos de reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial. Millones de nuevos esclavos se necesitaban.
Esa fue la razón por la cual, se construyeron nuevos campos de esclavos para extranjeros con la aprobación silenciosa de los líderes occidentales. Una reveladora película sobre estos esclavos se estrenó en Francia en 1995, «Foreign Slaves in the GULAG» / «Esclavos Extranjeros en el GULAG».
Aunque occidente celebró la victoria, una orden vino de Moscú a la zona soviética en Alemania, ordenando al NKVD y al Smersh (Muerte a los espías!) de encarcelar a cualquier extranjero en la zona. Entre aquellos arrestados hubo italianos, franceses, polacos y otros que habían trabajado en la industria de guerra alemana, y extranjeros (incluyendo muchos rusos) refugiados.
Muchos prisioneros de guerra aliados, que había sido mantenidos en los campos de prisioneros alemanes también fueron transformados en esclavos soviéticos. Por supuesto, también se esclavizaron a muchos prisioneros de guerra alemanes. De esta forma, cientos de miles de extranjeros inocentes fueron capturados durante un período corto de tiempo. Los gobiernos occidentales declararon a esas personas «desaparecidos» o «desertores». Quisieron ocultar las circunstancias reales del público.
Un ciudadano norteamericano, John Noble, estaba entre aquellos capturados en Dresde el 5 de julio de 1945. El hecho que tenía inmunidad diplomática suiza, no le salvó a él o a su familia. La Gestapo había mantenido a su familia bajo arresto domiciliario durante la guerra y John había estado esperando ávidamente por los «libertadores» soviéticos. Se desilusionó rápidamente, sin embargo, ya que los soldados Rojos comenzaron a asesinar, violando y saqueando en Dresde y en otros pueblos.
Las autoridades norteamericanas no escucharon el lamento de John Noble por ayuda. Al principio él se encontraba con otros extranjeros, doctores, abogados y empresarios con sus esposas e hijos, en una prisión dónde todos los prisioneros fueron torturados. Algunos de ellos recibieron el disparo en la nuca porque no se encontraban bien físicamente para el trabajo esclavo. Los extranjeros habían sido detenidos en allanamientos en sus casas, en instituciones y en las calles.
Los extranjeros capturados fueron llevados a campos de concentración. Lo que sucedió después de la guerra en aquellos campos de concentración, incluyendo aquellos en Buchenwald y Sachsenhausen ha sido completamente ignorado por los libros de historia. Muchos de los crímenes terribles cometidos en esos campos se culparon después a los Nazis.
John Noble declaró que 10.000 personas de diferentes nacionalidades murieron como resultado de la desnutrición sólo durante un año en Buchenwald. Había descubierto esto de los documentos soviéticos mientras trabajaba en las oficinas del campo. Los gobiernos de los prisioneros les habían traicionado y se habían olvidado de ellos. Esos crímenes también fueron cometidos para allanar el camino a la expansión del Comunismo. Los destinos de esos individuos a nadie les interesaba.
Los ciudadanos extranjeros en esos campos de prisioneros dirigidos por los comunistas en Alemania eran acusados de actividades «anti-soviéticas». John Noble recibió una sentencia de 15 años en un campo de esclavos en Vorkuta. Se pensaba que era un destino sin retorno. Los prisioneros extranjeros fueron transportados a la Unión Soviética bajo un estricto secreto. Los líderes políticos Occidentales estaban informados sobre esto pero se quedaron callados.
En Vorkuta, había un total de 500.000 esclavos que trabajaban en 40 minas de carbón, de cemento y fábricas de ladrillos. La producción media de un minero carbonífero era de 17 toneladas de carbón por turno, una cantidad totalmente inhumana. Seis a siete personas morían cada día. Sus cadáveres se lanzaban a una fosa común. 15 por ciento de los prisioneros eran mujeres y niños. Entre los esclavos había norteamericanos, alemanes, checos, eslovacos, estonios, finlandeses, ingleses, japoneses, italianos y otros. Sólo los más fuertes sobrevivirían.
Después de la muerte de Stalin, el General Maslennikov llegó a Vorkuta para averiguar que pensaban los prisioneros realmente sobre sus vidas. Nadie sería castigado por lo que dijeran. Nadie se atrevió a decir una palabra sobre la materia.
El general continuó animando a los prisioneros. Finalmente, un grupo de hombres, incluyendo un ex profesor de historia de Leningrado, salió adelante. El ex-profesor dijo: «Hablaré, aunque sé que me daré otros diez años de trabajo esclavo aquí por lo que tengo que decir.» Maslennikov le aseguró que nada le sucedería. El profesor entonces, resumió la esclavitud a través de los tiempos y terminó haciendo un comentario sobre la esclavitud en la Unión Soviética: «Nunca antes, alguna esclavitud ha sido tan inhumana y cruel«. Al profesor no le dieron otros 10 años de trabajo forzado – le dispararon de inmediato.
John Noble logró, con gran dificultad, enviar clandestinamente una tarjeta postal a sus padres en Detroit. Ellos se dirigieron al Presidente Eisenhower que se vio obligado a pedirle a Moscú que liberara a John Noble. Fue soltado finalmente en 1955.
Nikita Khrushchev liberó a más de 200.000 extranjeros de 45 países de los campos de esclavos. La liberación de esclavos cesó en 1964 cuando fue depuesto.
Después de la caída del Comunismo, los archivos de la KGB sobre los esclavos extranjeros en la Unión Soviética se hicieron públicos finalmente. Fue mostrado que la policía de seguridad había logrado capturar a 57.238 extranjeros, incluyendo ingleses, yugoslavos, franceses, polacos, rumanos, iraníes, afghanos, chinos, japoneses, coreanos, turcos, daneses y belgas, exclusivamente en 1950. Un suizo también había sido secuestrado y había sido llevado a la Unión Soviética. Muchos extranjeros habían sido arrestados mientras visitaban Moscú.
El diplomático sueco Raoul Wallenberg fue la persona más famosa en ser capturada por la Unión Soviética. Fue secuestrado en Budapest el 17 de enero de 1945 y llevado a Moscú dónde intentaron reclutarlo como agente. Wallenberg se negó. Fue entonces asesinado por dos Chekistas judíos – los Coroneles Grigori Mairanovsky y Dmitri Kopelyansky – con una inyección de veneno. Esto fue revelado por el publicista judío y francmasón Arkadi Vaksberg en ‘Svenska Dagbladet’ el 13 de diciembre de 1995.
Pensó que era una ironía del destino que los judíos asesinaran finalmente a Raoul Wallenberg, que había salvado las vidas de muchos judíos.
Se ha revelado ahora, que la Legación sueca en Budapest, también había ayudado a alemanes e italiano nacional socialistas, para escapar del Ejército Rojo con pasaportes falsos. El Ministerio del Exterior sueco clasificó esta información en 1952.
Ni siquiera los funcionarios en la Embajada norteamericana estaban seguros – algunos terminaron como esclavos. Alex Dolgun, de 22 años, fue secuestrado mientras paseaba por una calle de Moscú en diciembre de 1948. Trabajaba en la Embajada norteamericana. Alex había nacido en Nueva York y era un ciudadano norteamericano.
Su padre era un ingeniero que había sido engañado por la propaganda soviética y se había ido a Rusia junto con decenas de miles de otros norteamericanos ingenuos en 1933, para ayudar a construir la industria comunista.
No le permitieron dejar el país después que su contrato había finalizado. Fue considerado como un ciudadano soviético contra su voluntad y fue reclutado a la fuerza en el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Su hijo Alex fue acusado de actividad «anti-soviética y espionaje» y enviado a un campo de esclavos. Fue liberado en 1956, en conexión con la amnistía de Khrushchev. A Alex no le fue permitido dejar la Unión de Soviética a pesar del hecho que su hermana en Nueva York le enviaba regularmente invitaciones. Gracias a los esfuerzos de su hermana, escapó finalmente del infierno rojo en 1971. (Alexander Dolgun y Patrick Watson, «Alexander Dolgun, La historia de un norteamericano en el Gulag», 1975.) La más difícil que esas personas tenían que aceptar, era el hecho que sus propias embajadas no se preocuparan de su destino, aun cuando muchas señales pasaron clandestinamente hasta ellos. Ellos también estaban mentalmente conmocionados por el hecho que eran mantenidos en los campos de esclavos a pesar de ser totalmente inocentes. Es más, estaban deprimidos obligados a vivir en un país extranjero y obedecer órdenes en un idioma extranjero.
Algunos de los extranjeros que estaban incapacitados para el trabajo físico fueron ejecutados en la Unión Soviética. El ex Coronel de la KGB Kirillin, confirmó que se habían disparado a 7.000 extranjeros en el pueblo de Butovo (en el llamado Polígono) cerca de Moscú.
Los documentos revelan que más de 60.000 extranjeros, incluyendo finlandeses y rumanos fueron llevados a Pechora en Komi. El Presidente Boris Yeltsin pidió que estos documentos sensibles fueran nuevamente clasificados.
Lenín había, durante su tiempo en el poder, decidido que la columna vertebral del sistema soviético comprendería el trabajo esclavo. Puso en funcionamiento el trabajo esclavo y el racionamiento de los comestibles. Incluso había decidido cuántas víctimas debían morir. Una orden, previamente desconocida, firmada por Lenín en 1919, fue mostrada en la película-documental francesa mencionada más arriba. «Publicación Prohibida!» había sido escrito en el documento. Esta asombrosa orden declaraba que todos los extranjeros «inútiles» serían enviados a campos de concentración.
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