familia-imperial-rusaFue la mañana del 30 de agosto de 1918. Un ciclista dobló en la Plaza del Palacio de Petrogrado, alrededor de las nueve. Se detuvo en la casa número 6, oficina principal del Comisariato de la Comunidad para los Asuntos Interiores y la Comisión Extraordinaria, la Cheka.

Esta organización del terror se había fundado el 7 de diciembre de 1917, pero oficialmente no existía. Sólo el 18 de diciembre de 1927, Pravda publicó el decreto que establece la Cheka oficialmente. El ciclista era un hombre joven que lleva una chaqueta de cuero y gorra de oficial. Dejó su bicicleta en la puerta y entró.

Era un día de recepción en el Comisariato para los Asuntos Internos. Visitantes esperaban en el vestíbulo y no notaron al hombre joven que se sentó cerca de la puerta exterior.

Moisei Uritsky (en la realidad Boretsky) llegó en su automóvil alrededor de las diez. Era el Jefe de la Cheka en Petrogrado. Uritsky había llegado a ser el infame conocido como el «Carnicero de Petrogrado». Había amenazado matar a todos los rusos que hablaran bien su idioma nativo.

Afirmaba que no existía mayor placer que mirar a los monárquicos morir, según Igor Bunich («El Partido del Oro», St. Petersburg0, 1992) y Oleg Platonov («La Historia del Pueblo ruso en el Siglo XX», Moscú, 1997, pág. 613).

Uritsky había ejecutado a 5000 oficiales con sus propias manos. Ahora caminaba rápidamente hacia la puerta del ascensor. Se oyeron repentinamente varios tiros. Fue el hombre joven de la chaqueta de cuero que se había acercado a Uritsky y le había disparado en su cabeza y en el cuerpo. Uritsky se derrumbó. El asesino corrió hacia la calle, saltó en su bicicleta y empezó a pedalear tan rápido como pudo.

Cuando ellos empezaron a seguirlo en automóvil, él tiró su bicicleta y entró en la Representación británica. Dejó la representación después de haberse puesto un abrigo largo. Cuando vio a los Guardias Rojos, abrió fuego pero fue controlado rápidamente.

Ésta fue la descripción oficial del asesinato de Moisei Uritsky. El sospechoso era un joven judío de 22 años, estudiante de tecnología, Leonid Kannegisser. Esta historia de niños, se publicó en 1975 en el libro «La Eliminación del Movimiento Subversivo Antisoviético» por D. Golinkov, que investigaba los casos especialmente importantes en la oficina del Fiscal Público de la Unión Soviética.

El doctor en historia, P. Sofinov, describió el mismo evento de una manera muy diferente en 1960, en su libro sobre la historia de la Cheka.

En la mañana de los 30 de agosto, el Revolucionario-Social Kennigisser que era agente del francmasón Savinkov, así como espía para los británicos y para los franceses, asesinó al jefe de la Cheka de Petrogrado, Moisei Uritsky en su oficina. Félix Dzerzhinsky (en las realidad Rufin) dio los órdenes para investigar la Embajada británica el 31 de agosto.

El Social Revolucionario Kennigisser se había vuelto el estudiante Kannegisser en el entretanto, y ahora él habría asesinado a Uritsky en el vestíbulo de la Cheka en lugar de la oficina de Uritsky. La versión de Sofinov probablemente también parecía ideada para ser creíble.

El libro de Grigori Nilov (Alexander Kravtsov) «La Gramática del Leninismo» publicado en Londres en 1990. En este libro el autor no le dio credibilidad alguna a la teoría. En cambio afirma que el partido Bolchevique y la organización central de la Cheka con Lenín y Dzerzhinsky a la cabeza, estaban detrás del asesinato de Uritsky.

El libro «El Partido del Oro» del historiador Igor Bunich, fue publicado en St.

Petersburgo en 1992. Igor Bunich revela que el asesinato de Uritsky, fue organizado por el protegido de Dzerzhinsky, Gleb Boky que después fue el sucesor del mismo Dzerzhinsky. El Chekista judío, Boky, usaba la carne de los ejecutados para alimentar a los animales en el parque zoológico.

Igor Bunich demostró personalmente que Lenín dio la orden para asesinar Uritsky y también para organizar un atentado a su propia vida para tener una razón y comenzar el terror masivo inmediatamente después, contra la población rusa. El asesinato también fue el castigo a Uritsky por robar algunas de las riquezas confiscadas, a espaldas de Lenín, junto con V. Volodarsky (en realidad Moisei Goldstein) y el francmasón Andronnikov (quién era el Jefe de la Cheka en Kronstadt). Todo fue vendido vía ciertos bancos escandinavos – pero sobre esto, más adelante.

El asesinato de Sergei Kirov (en realidad Kostrikov) el 1º de diciembre de 1934, fue de muchas maneras similar al asesinato de Uritsky. Kirov fue asesinado oficialmente por Leonid Nikolaiev.

Estos dos altos funcionarios del Partido, Uritsky y Kirov, habían sido asesinados profesionalmente y sin obstáculos. Los dos fueron advertidos de antemano. Ambos asesinos pudieron entrar libremente a los edificios respectivos.

Está claro hoy, que Stalin estaba detrás del asesinato de Kirov, a pesar del hecho que no hay ningún documento sobre esto. No hay falta de evidencia y de argumentos lógicos. Se evitó que la guardia personal de Kirov lo acompañara, para que el verdadero asesino pudiera disparar al Secretario del Partido en Leningrado, exactamente a las 4:30 por la tarde. Ese evento entregó una buena razón a Stalin para comenzar su campaña de terror masivo. Por lo menos 7 millones de personas fueron asesinadas durante esa campaña y se encarcelaron 18 millones de personas.

97 por ciento de los participantes al Congreso del Partido en 1934 fueron liquidados.

Kravtsov presentó algunas circunstancias sospechosas en relación con el asesinato de Uritsky que también era miembro del Comité Central. Ningún análisis fue realizado en el revólver de Kannegisser y en la munición. La Cheka no parecía querer que la verdad se supiera. Kannegisser nunca fue llevado a juicio, pero si fue asesinado ilegalmente. Si Kannegisser realmente hubiera sido un Social-Revolucionario, entonces un juicio habría sido un triunfo de propaganda para el régimen.

Se habría anunciado públicamente quién planificó el asesinato. Pero ni siquiera el motivo para el asesinato de Uritsky fue revelado alguna vez.

En contraste, ahora se sabe que Lenín se puso furioso cuando recibió los informes de Alexander Parvus en Berlín, en que le revelaba que alguien en Petrogrado le había robado. Justo antes que Dzerzhinsky hubiera viajado a Suiza para investigar la situación.

Resultó que no todas la cargas había llegado a Berlín; no todo el dinero había terminado en las cuentas bancarias suizas de Lenín y sus camaradas aprobados. Algunas cargas de bienes «nacionalizados» habían sido enviadas a Suecia, incluyendo muchos valiosos iconos (algunos de éstos todavía están en exhibición en el Museo Nacional en Estocolmo), el dinero había terminado en otras manos, que no eran las de Lenín y Trotsky.

Stalin transfirió el dinero de las cuentas de Lenín en el extranjero a Moscú en los años treinta. En 1998, una cuenta fue encontrada en Suiza que perteneció a Vladimir Ulyanov. Nadie la había tocado desde 1945. Había algo menos de cien francos suizos (50 USD).

Los culpables fueron encontrados pronto, en junio de 1918. Los principales sospechosos eran Uritsky, Volodarsky y Andronnikov (el jefe de la Cheka en Kronstadt).

Ellos habían robado la carga completa y habían vendido todo a través de diferentes bancos escandinavos. 78 millones de rublos en oro habían desaparecido de esta manera.

(Igor Bunich, «El partido del Oro», St. Petersburgo, 1992, pág. 41.) Los ladrones (otros también estaban envueltos) habían robado bienes por un valor total de 2.5 mil millones rublos en oro. En varias subastas en Estocolmo, en el otoño de 1995, Rusia comenzó a recomprar valiosos mobiliarios antiguos que se habían transportado ilícitamente a Suecia.

Esto vino como una desagradable sorpresa para Parvus, ya que Uritsky y Volodarsky habían sido sus discípulos favoritos. Parvus había fundado un periódico yídish, Arbaiter Stimme (la Voz del Obrero) para Uritsky en Copenhaguen en que Grigori Chudnovsky y Nikolai Gordon (Leiba Alie Hael Gordon) también habían trabajado. El último era un Letón judío y un íntimo colaborador de Grigori Zinoviev (Ovsei Radomyslsky).

En Moscú, Lenín prometió resolver el problema. Y de hecho, Volodarsky fue asesinado en el mismo mes. Uritsky dirigió la investigación y supo la verdad, sobre la cual el fue asesinado también.

Kannegisser declaró que él había actuado solo. Los Social Revolucionarios negaron todo el conocimiento de Kannegisser. Él nunca había sido miembro de su Partido.

Incluso la circunstancia que Kannegisser llevaba la gorra de un oficial, que era extraño ya que muchos otros habían escondido sus gorras para evitar a ser ejecutados.

Pareciera que quiso atraer la atención sobre él. El hecho que ingresara a la Embajada británica para cambiarse la ropa también era sorprendente. Sólo se quitó su chaqueta de cuero y se puso un abrigo largo. ¿Por qué, entonces, corrió fuera del sitio del asesinato? También fue muy extraño que lograra acercarse a Uritsky sin obstrucciones y que pudiera escapar con la misma facilidad después de dispararle. Era imposible entrar allí sin un permiso especial, ya que había guardias armados en la puerta. Las personas desconocidas ni siquiera podían hablar con Uritsky por teléfono. Mikhail Aldanov ha confirmado esto. ¿Por qué nadie reaccionó? ¡Ellos vieron y oyeron todo! Mikhail Aldanov, demostró en su estudio que Kannegisser no pudo disparar.

Aldanov le conocía bien y a su familia. ¿Cómo entonces, Kannegisser pudo darle a Uritsky en su cabeza como un buen tirador cuándo este último estaba caminando rápidamente hacia el ascensor? Pareciera que Kannegisser fue usado para distraer, así como Leonid Nikolaiev fue usado después, en el asesinato de Kirov.

Es más, Lenín, en la tarde del 30 de agosto de 1918, le envió a Dzerzhinsky una corta nota dónde se nombraban a dos personas que le habían disparado Uritsky. ¿Por qué nada se ha mencionado después sobre estos dos? ¿Quién eran ellos? El hecho que Kannegisser admitió al crimen es irrelevante, ya que los verdugos de la Cheka podían hacer que cualquiera admitiera algo. En este caso, la oportunidad fue aprovechada para acusar al ala derecha de los Social Revolucionarios del asesinato.

Ha sido ahora confirmado que la organización central de la Cheka, encabezada por el francmasón Gleb Boky, estaba detrás del asesinato de Uritsky. (Igor Bunich, el Oro» de «La Fiesta, el St. Petersburgo, 1992, pág. 47.) Así que el motivo fue tomar venganza en Uritsky por sus robos. El propósito principal fue que daría una razón para comenzar el terror masivo. El asesinato de Kirov tuvo el mismo motivo. ¿Pero no habría así mismo, otra razón para disponer de Uritsky ahora que él había resuelto el misterio de otro asesinato? V. Volodarsky (en realidad Moisei Goldstein) había sido asesinado bajo circunstancias enigmáticas el 20 de junio de 1918. Era el Comisario del Pueblo para Prensa, Propaganda y Agitación. Su asesino fue seguida estampado como un Social Revolucionario de derecha, a pesar del hecho que él nunca fue capturado.

La dirección Bolchevique en Moscú quiso comenzar de inmediato la matanza.

Moisei Uritsky que investigó el asesinato de Volodarsky se negó a aceptar esto. Él sospechaba de la mano de la dirección central detrás de este asesinato. Fue por ello que fue imposible usar este asesinato como un pretexto. Lenín estaba enrabiado. Esto queda muy claro por los telegramas enfadados de Lenín, enviados el 26 de junio de 1918 a Grigori Zinoviev, presidente del Comité del Partido en Petrogrado. Lenín escribió, entre otras cosas: «¡Nosotros en el Comité Central oímos hoy, que los trabajadores de Piter quieren responder al asesinato de Volodarsky con el terror, pero usted (no usted personalmente, pero funcionarios de Piter) los detuvieron. Yo protesto enérgicamente! » El único que podría ignorar las demandas para comenzar el terror era el Jefe de la Cheka de Petrogrado, Moisei Uritsky de 45 años. Según Alejandro Kravtsov, este telegrama claramente muestra que el asesinato de Volodarsky fue planeado y organizado por la Cheka bajo las órdenes de Lenín. El historiador Igor Bunich confirmó esto.

Volodarsky y Uritsky pertenecieron a los 275 conspiradores Menshevikes que, junto con Trotsky, había abordado el Kristianiafjord en el puerto de Nueva York el 27 de marzo de 1917 para viajar a Petrogrado, dónde todos ellos se unieron con el líder bolchevique, Lenín. Volodarsky había vivido en los Estados Unidos desde 1913.

Varias circunstancias extrañas pusieron a Uritsky en la huella de los asesinos de Volodarsky. El automóvil en que Volodarsky había estado viajando, se había detenido de pronto en una calle en Petrogrado el 20 de junio de 1918. Sin gasolina, se afirmó. Volodarsky bajó del automóvil junto con tres camaradas para caminar hasta el Distrito Soviético que estaba cercano. De pronto un terrorista apareció y le disparó tres veces a corta distancia antes de escapar.

Volodarsky murió inmediatamente: una de las balas impactó su corazón. El terrorista lanzó una bomba para detener a sus perseguidores. No hay información acerca de si la bomba explotó o no.

Uritsky fue el mayor sorprendido por el hecho que Lenín, al día siguiente, acusaba a los Social Revolucionarios de derecha. ¡Y abracadabra! Durante el terror de 1922, un Social Revolucionario, Sergeiev, admitió el asesinato de Volodarsky.

Uritsky supo que no fue accidente lo que detuvo el automóvil en el lugar exacto dónde el terrorista estaba esperando. ¡No se llevan bombas consigo sólo para autoprotegerse! ¿Cómo podría saber el asesino que la gasolina se terminaría en esta misma calle? Uritsky pudo dibujar sólo una conclusión lógica – el asesinato había sido organizado por la Cheka de Moscú y sólo podría ser aprobada por Lenín. Lenín y Dzerzhinsky supieron claramente que Uritsky había descifrado la verdad sobre el asesinato, ya que él saboteó las demandas para el terror masivo. V. Volodarsky y Moisei Uritsky.

Ningún otro funcionario podría ser capaz de negarse a tal demanda. Ésa fue otra razón por la que fue considerado como una víctima especialmente conveniente, que fue presentada después como un mártir inocente. Eso pasó con Volodarsky y también con Kirov, Frunze y muchos otros. Era la mejor manera de deshacerse de camaradas indeseables.

Lenín tenía otro diabólico plan en reserva. Había escogido el mismo día – el 30 de agosto de 1918. A través de este plan, Lenín quiso estar seguro de legalizar el terror masivo el cual ya había comenzado en el distrito de Penza y se extendía también a otras áreas.

Así el 30 de agosto, aproximadamente a las diez del anochecer, Lenín habló a en una reunión de agitación en la fábrica Michelson en Moscú. Después de la reunión, el líder comunista salió del patio dónde comenzó a conversar con los obreros junto a su automóvil. De pronto se sintieron 3 disparos de pistola que hizo que los obreros saltaran atrás y Lenín cayó a tierra. Dos balas lo habían herido. La tercera había herido ligeramente a la matrona, M. Popova, del hospital de Petropavlovsk. El chofer judío de Lenín, Stepan Gil, que estaba sentado en el automóvil afirmó que una mujer con una pistola estaba a tres pasos más allá de Lenín. Gil se apresuró a salir del automóvil, pero la mujer tiró la pistola al suelo y desapareció en la muchedumbre. Lenín herido fue ayudado a subir al automóvil y fue llevado al hospital. S. Batulin, el Vice Comisario de la quinta división de infantería en Moscú, también estaba presente en la reaunión. Atrapó inmediatamente después a la mujer.

En Serpukhovka, contó sobre una extraña mujer que llevaba una portafolios y un paraguas. Parecía que ella estaba buscando evitar a los perseguidores. Batulin le preguntó por qué estaba bajo el árbol.

La mujer contestó: «¿Por qué quiere saberlo? » Batulin investigó sus bolsillos, tomó su cartera y paraguas y le pidió que lo acompañara.

En el camino, Batulin le pregunto por qué había intentado dispararle a Lenín. La mujer contestó nuevamente: «¿Por qué quiere saberlo? » Entonces Batulin le preguntó directamente: «¿Fue usted quién intentó dispararle a Lenín?» Ella contestó afirmativamente.

El presidente del comité de la fábrica, Ivanov, reconoció a la mujer.

Él la había visto antes de la llegada de Lenin. Fue entregada entonces al órgano de investigación preliminar.

El vicepresidente de la Cheka, Yakov Peters, quién también era el presidente del Tribunal Revolucionario, y D. Kursky, Comisario del Pueblo para los asuntos Judiciales, el estonio Viktor Kingissepp y otros Chekistas estaban entre los investigadores del atentado (Stalin ejecutó al Letón judío Yakov Peters en 1942).

Fanny Kaplan de 28 años (en realidad Feiga Roydman) explicó supuestamente que su atentado a la vida de Lenín fue una acción política personal, pero el Doctor en Historia, P. Sofinov, ha descrito la cadena de eventos en forma bastante diferentemente en su libro sobre la historia de la Cheka (publicado en 1960).

Yo daré un contorno breve de su versión.

Después de la reunión en la fábrica Michelson, Lenín dejó el taller junto con los obreros y caminó hacia el automóvil. De repente sonó un disparo, luego otro y también un tercero. Lenín fue herido por dos balas y colapsó, justo a unos pocos pasos del automóvil. Las balas estaban envenenadas. La mujer terrorista no logró escapar, ya que algunos niños que estaban en el lugar habían señalado a Fanny Kaplan a algunos obreros que la aprehendieron y la llevaron a la Cheka.

Fanny Kaplan era una Social Revolucionaria que organizaba acciones terroristas contra los Bolcheviques y la dirección soviética bajo los órdenes de los imperialistas británico-franceses. A pesar del hecho que Lenín estaba mal herido, su férreo físico logró sobrevivir a las heridas y el veneno. Ésa fue la forma como el «historiador» P. Sofinov describió el atentado en 1960.

En 1924, Dr Weisbrod confirmó en el libro de Yaroslavsky que Lenín se recuperó rápidamente. ¿No tuvo el veneno efecto entonces? Se explicó oficialmente que el veneno de los Social Revolucionarios era de calidad inferior y que no tuvo efectos. El Dr Weisbrod nunca mencionó algún veneno. Esta historia del veneno light fue inventada después.

En 1938 la propaganda Stalinista afirmó que fue Nikolai Bukharin (Dolgolevsky), miembro del Comité Central del Partido Comunista, también llamado «el querido del Partido», quién había organizado el atentado a Lenín junto con los Social Revolucionarios.

Kaplan había sido su favorita. Él también fue acusado de organizar el asesinato de Kirov y se suponía que había hecho los planes para asesinar a Joseph Stalin también. Bukharin también fue acusado de los asesinatos de Menzhinsky, Kuibyshev y Gorky. Finalmente, se suponía que había intentado envenenar Yezhov, jefe de la Policía Secreta.

Hay otra versión, posterior, del 30 de agosto de 1918. Esta fue un mensaje abierto escrito por Yakov Sverdlov (en realidad Yankel-Aaron Movshevich Solomon). Él sostiene que dos personas fueron arrestadas por el atentado. Sverdlov afirmó que ellos eran Social Revolucionarios, definitivamente derechistas, que trabajaban para los británicos y los franceses. Este documento incluso fue exhibido en el Museo de Lenín . Se dijo que Protopopov, uno de los enemigos más violentos de la Unión Soviética, había trabajado junto con Kaplan y también había ayudado en su escape. Se afirmó que Protopopov había sido ejecutado inmediatamente. Esta versión nunca se mencionó nuevamente después del 3 de diciembre de 1918. Tampoco la historia del profesor Sofinov parece saber algo sobre esto. Pero la primera pregunta de Lenín después de que él había sido herido fue: «¿Lo detuvieron? «¡Así que fue un hombre quien disparó las balas! El Profesor A. Litvinov logró más tarde demostrar que fue el Chekista Protopopov quien disparó las balas a Lenín. El agente fue arrestado y ejecutado en el mismo día o al siguiente. Kaplan no supo lo que había pasado y obstinadamente había guardado su versión. (Dmitry Volkogonov, «Lenín», Moscú, 1994,1, pág. 397.) Un abrigo largo y la chaqueta deportiva que el líder bolchevique llevaba en el momento del atentado, también fue exhibida en el Museo Lenín en Moscú. Cuatro agujeros habían sido marcados – dos rojos, para mostrar las balas que habían impactado su cuerpo, y dos blancas dónde las balas habían atravesado herir a Lenín. Todos, los cuatro tiros se habían disparado desde atrás.

La afirmación de la versión oficial es que se dispararon sólo tres tiros. La bala que hirió Popova parece haber sido una de aquellas que atravesaron la ropa de Lenín.

Yakov (Yankel) Yurovsky quien antes había organizado el asesinato del Zar y su familia sólo se le permitió investigar el sitio del atentado después de tres días. Encontró cuatro (!) cartuchos. ¡Pero se habían disparado sólo tres tiros! (Ibid, pág. 398.) Hubo también algunos factores inexplicables involucrados. Si la dirección del Partido no hubiese planeado el asesinato de Uritsky, Lenín ciertamente habría cancelado su reunión en la misma tarde o habría por lo menos tomado ciertas precauciones. Ésta es la opinión de Grigori Nilov (Alejandro Kravtsov) en su libro «La Gramática del Leninismo».

Él señaló las siguientes ambigüedades en la descripción oficial.

¿Sostenía Fanny Kaplan realmente una cartera y un paraguas en sus manos mientras disparaba? ¿Permaneció realmente bajo el árbol y esperó que sus perseguidores vieran la cartera y el paraguas? ¿Por qué tiró sólo el arma y no la cartera y paraguas? Alejandro Kravtsov era de la opinión que tales terroristas políticos normalmente no huyen, sino que permanecen junto a sus víctimas. Es especialmente extraño que, en la versión oficial, los obreros le permitieron escapar. ¿Y dónde estaban los guardias personales? El chofer Gil escribió en sus memorias que Lenín no tenía guardia personal con él. ¡Tampoco lo recibió el comité del Partido en la fábrica! Fue muy peculiar que Lenín no tuviese guardia personal con él en esta ocasión particular. Los Bolcheviques tuvieron un particular cuidado para protegerse contra todos los posibles enemigos, justo después de la toma del poder. Al principio usaron solamente guardias personales chinos y alemanes.

Cuando el gobierno soviético se movió de Petrograd a Moscú, del 10 al 12 de marzo de 1918, se tomaron medidas preventivas extraordinarias y se usaron trucos para confundir a los «enemigos del Pueblo». A estas alturas, los Bolcheviques estaban cerca de ser derrocados. El tren que llevaba a los líderes Bolcheviques y su «gobierno» (Sovnarkom) de Petrogrado a Moscú fue detenido por alrededor de 600 marinos y soldados rusos que atacaron con el grito de guerra : «¡A destruir el gobierno judío que ha vendido a Rusia a los alemanes!» Una fuerza aun más fuerte de guardias personales que habían acompañado el tren desgraciadamente lucharon hasta hacer retroceder a la muchedumbre. (Platonov, «La Historia del Pueblo ruso en el Siglo XX», Parte I, Moscú, 1997, pág. 536.) Pareciera , por la información en el libro de Ryabchikov «Detrás del Horizonte yace un Horizonte» que Lenín fue defendido por marinos armados con ametralladoras y vehículos blindados en marzo de 1918.

Lenín normalmente tenía en todo momento guardias personales con él, según el Chekista Alejandro Orlov. Había sólo un funcionario en la fábrica de Michelson el 30 de agosto de 1918 – Batulin. Lenín y Krupskaya fueron fotografiados juntos, con guardias personales el 28 de agosto, sólo dos días antes del atentado. ¿Por qué Lenín no quiso tener guardia personal el 30 de agosto? Nunca hubo alguna explicación por qué no hubo investigación de la pistola que se encontró a los pies del chofer Gil. ¿Usó el asesino realmente esa arma encontrada? Otro revólver fue encontrado después. Durante la investigación, nadie estuvo interesado en saber cómo Kaplan sostuvo el revólver, la cartera y el paraguas. Esto es por qué existen razones para creer que otra arma fue usada en el «atentado a la vida» de Lenín.

Ahora la circunstancia más enigmática de todas: Fanny Kaplan en realidad, era media ciega. Estaba oscuro alrededor de las once del anochecer del 30 de agosto, cuando el ataque tuvo lugar. Ella apenas podría haber visto algo en la semi-oscuridad.

Sus conocidos explicaron que ella normalmente parecía asustada y confundida en situaciones así. Su vista se había dañado en una explosión de una bomba.

En tiempos Zaristas, fue sentenciada a muerte como terrorista Social Revolucionario, pero ya que era menor de edad en ese momento, la sentencia fue cambiada el 8 de enero de 1907 a trabajos forzados de por vida. Periódicamente quedaba completamente ciega y padeció de dolores de cabeza. Fue liberada en conexión con la toma del Poder por los Bolcheviques.

Así que era casi imposible que esta mujer medio ciega hubiese disparado a Lenín en la semi-oscuridad. Debe presumirse que la otra persona que Yakov Sverdlov mencionó, tenía la mano firme y la vista buena para no matar a Lenín, sino simplemente herirlo ligeramente. Sólo el Chekista Protopopov podría hacer esto.

Habría sido simple asesinar a Lenín en el patio de la fábrica si ésta hubiese sido la intención del «asesino». No había ningún guardia personal allí. Por esta razón, el Ministro de Seguridad Ruso decidió comenzar una investigación sobre el asunto el 19 de junio de 1992. El caso fue tomado después por la Oficina del Fiscal Público de Rusia. Ésa fue una decisión sensata, ya que encontraron información que sugiere que Fanny Kaplan no había estado en absoluto en la fábrica Michelson esa tarde en particular (Istochnik, No. 2, 1993). La nueva investigación no pudo certificar que ambas dos balas habían sido disparadas por la pistola Browning de Kaplan, que se supone ella habría usado. Se sabe que un obrero de la fábrica volvió después de tres días con una pistola Browning. Nunca fue clarificado entonces, si ésta era la misma arma o no.

Stalin fue antes sospechoso de este tiroteo, pero el historiador Igor Bunich ha sacado la conclusión ahora que Lenín organizó el «intento de asesinato». Aun cuando el jefe de la Cheka, Dzerzhinsky, hubiese dado las órdenes para que los guardias personales de Lenín se alejaran de su lado el 30 de agosto, el propio Lenín nunca habría aceptado esto, con lo cobarde que él era.

Esto significa que Lenín no quiso guardia personal con él en ese día, ya que había planeado el atentado personalmente. De otra forma el nunca más habría nuevamente mostrado su cara en público después de lo que había pasado en Petrogrado esa mañana.

Dzerzhinsky ayudó a ocultar la verdad, para que fuera imposible revelar quién era responsable del tiroteo. Él se llevó ese secreto a su tumba. El judío polaco Dzerzhinsky que era un infame drogadicto y sádico murió de pronto, bajo circunstancias misteriosas el 20 de junio de 1926 cuando comenzó a expresar su deseo de tener tanto poder como Stalin. Stalin también estaba interesado en «heredar» el dinero que Dzerzhinsky había puesto en las cuentas bancarias extranjeras.

Eso fue típico de Stalin, que por ejemplo, dio las órdenes el 31 de octubre de 1925 de asesinar al comandante militar, Mikhail Frunze, en la mesa de operaciones.

Después un mito fue creado qué convirtió a Frunze en un héroe nacional.

El «atentado» a Lenín fue usado inmediatamente por la dirección del Partido que declaró que los Social Revolucionarios derechistas habían cometido la acción de terror y que el hecho se había dirigido contra toda la clase obrera.

El 2 de septiembre, Yakov Sverdlov oficialmente exigió el comienzo de una campaña de terror rojo. Era el presidente del Comité Ejecutivo Central (la cabeza del estado) y.

Secretario del Comité Central.

Según los informes oficiales, Pavel Malkov, Comandante del Kremlin, Fanny Kaplan fue asesinada ilegalmente (sin juicio) el 4 de septiembre de 1918. Ella se apegó a su versión que había actuado por si misma. Un prisionero político, Vasili Novikov, afirmó que él se había encontrado con Fanny Kaplan en la prisión de Sverdlovsk en julio de 1932.

Esto fue negado oficialmente justo hace algunos años. El grupo del fiscal en Moscú no deseaba ignorar esta versión según la que Fanny Kaplan fue perdonada en el último momento y enviada a prisión en Sverdlovsk en los Urales (Dagens Nyheter, 17 de marzo de 1994). Salió en mayo de 1945 y murió en 1947.

Lenín supo que los Chekistas habían saboteado la investigación del «atentado» torciendo las circunstancias reales de tan importante «crimen» contra el régimen Bolchevique. Nunca habría aceptado tal procedimiento, a menos que estuviese detrás del atentado.

Lo primero que fue hecho después del atentado, fue la ejecución de 900 personas indeseables en Moscú. Decenas de miles fueron asesinados posteriormente.

El 21 de noviembre de 1917, Lenín había dicho: «¡Nosotros organizamos la violencia en el nombre de los obreros!» El Concejo de los Comisarios del Pueblo proclamó el terror rojo como política oficial el 5 de septiembre de 1918. Esta política nunca fue cancelada. Una campaña similar de terror fue comenzada después del asesinato de Kirov.

Se transformó en una enorme y espantosa celebración para aquellas bandas criminales judías que habían tomado el poder con la ayuda de los alemanes y los norteamericanos y habían gobernado al pueblo con sus mentiras y doctrinas antinaturales.

Aquellos que eran imposibles de controlar fueron liquidados. Listas de aquellas personas fueron compiladas inmediatamente después de la toma del poder, pero la máquina de las ejecuciones comenzó a rodar indiscriminadamente sobre Rusia. Por ejemplo, 20 doctores fueron ejecutados en Kronstadt, simplemente porque habían llegado a ser muy populares entre los obreros.

Ésa fue una razón suficiente. Se dictaban sentencias de muerte por la menor ofensa. Los Chekistas sólo necesitaban un pretexto. Quisieron asesinar a tantas personas como fuese posible en la práctica. Inmediatamente después de la toma del poder, Lenín había amenazado a sus secuaces con la ejecución si ellos no seguían sus instrucciones al pie de la letra.

Las circunstancias anormales en la Rusia soviética llevó a personas mentalmente desquiciadas – asesinos en masa – al frente. El Comunismo se transformó en un tipo de rabia mental. Incluso personas buenas compartieron una parte de la responsabilidad para este proceso de destrucción, ya que ellos no hicieron nada para impedir el avance de esta Mafia política y criminal.

Los Comunistas basaron su riqueza y privilegios en el robo. Y el mal era victorioso. Los Bolcheviques judíos, entretanto, declararon demagógicamente que la Dictadura del Proletariado era el forma más elevada de democracia.

Occidente comenzó a defender a esos criminales inmediatamente, diciendo que la sangre se derrama en las causas buenas.. Sólo idiotas podrían ignorar el hecho que tales «revoluciones» siempre involucran destrucción sin sentido a largo plazo. Ninguna persona sabia y responsable podría por consiguiente, simpatizar con las revoluciones.

El Golpe de los extremistas judíos en Rusia en 1917 se transformó en la más grande catástrofe social en la historia de la humanidad. Los nuevos traficantes del poder robaron todo lo del pueblo ruso, incluso su historia. Pero la verdad siempre sale a la luz finalmente; los asesinatos masivos no pueden ser ocultados para siempre. Nosotros ahora sabemos casi con cada detalle lo que pasó y quién fueron las partes culpables Aquí muestro una lista de los líderes de la Cheka cuando comenzó el terror en 1918: Felix Dzerzhinsky (Presidente) Yakov Peters (Vice-Presidente y Jefe de los Tribunales Revolucionarios) Viktor Shklovsky Kneifis Zeistin Krenberg Maria Khaikina Sachs Stepan Shaumyan Seizyan Delafabr Blumkin Alexandrovich Zitkin Zalman Ryvkin Reintenberg Fines Yakov Goldin Golperstein Knigessen Deibkin Schillenckus Yelena Rozmirovich G. Sverdlov I. Model Deibol Zaks Yanson Leontievich Libert Antonov Yakov Agranov (Sorenson), quien llegó a ser notoriamente temido Todos los judíos nombrados aquí llegaron a ser muy conocidos.

Grigori Zinoviev lideró el terror en Petrogrado. Zinoviev fue el camarada más íntimo y secretario de Lenín antes de la toma del poder, a pesar del hecho que era considerado poco inteligente e inexperto. Su secretario Richard Pickel lo ayudó. El hecho que no sólo era un alto francmasón del Gran Oriente, sino también un devoto judío, está claro con la siguiente historia.

El ex Chekista Alejandro Orlov describió en su libro «La Historia Secreta de los Crímenes Stalinistas» cómo se mostró a Stalin la última caminata de Zinoviev, camino a su ejecución. El 20 de diciembre de 1936, cuando Stalin celebraba el aniversario de la Cheka, se hizo una gran fiesta a la cual el jefe del NKVD Nikolai Yezhov, Mikhail Frinovsky (Sub jefe del NKVD), Karl Pauker (jefe de la sección operativa) y otros Chekistas judíos, importante en infames, habían sido invitados.

Cuando todos estaban festejando alegremente a la mesa, el cruel chistoso Pauker decidió imitar la escena de la ejecución de Zinoviev. Pauker hizo el papel de Zinoviev.

Dos de sus colegas lo llevaban hacia el sótano donde sería ejecutado, «Zinoviev» rogaba por su vida con voz llorosa y entornando los ojos.

De pronto se arrodilló, se afirmó de las botas del guardia y gritó con voz macabra: “¡Querido camarada», en el nombre de Dios .. llame a Joseph Vissarionovich!» Stalin miraba y rugía de risa. Dijo: «¡Por la causa de Dios!» Los invitados que vieron que Stalin estaba disfrutando la representación, le pidieron a Pauker que repitiera su actuación. Stalin no podía dejar de reír y se tomaba su estómago. Entonces Pauker dispuso de una escena extra dónde «Zinoviev» vomitó sus manos y gritó: «¡Oye, Israel! El Señor nuestro Dios es un Señor!» (La profesión judía de fe, ver Deuteronomio 6:4.) Entonces Stalin ya no era capaz de seguir el show, ya que comenzó a reír tanto que estaba a punto de ahogarse. Ordenó a Pauker que terminara su actuación.

Karl Pauker también fue ejecutado medio año después – el judío húngaro fue acusado de ser un espía alemán. El ex barbero había venido de Budapest para hacer carrera en la máquina del terror en Rusia, a pesar de ser una persona inculta e ignorante. Pero Stalin le había permitido afeitarle – lo cual demuestra cuanto confiaba en él.

No siempre era necesario ser Comunista (preferentemente judío) para transformarse en un funcionario importante dentro del aparato soviético. Era suficiente ser judío y también rico. El hermano más joven de Yakov Sverdlov, Venyamin, había emigrado a los Estados Unidos dónde él se había hecho un banquero exitoso. Yakov, como jefe de estado, invitó a su hermano a Rusia poco después de la toma del poder, donde él se transformó, con el acuerdo de Lenín, en el Comisario del Pueblo para las Comunicaciones, a pesar del hecho que ni siquiera era miembro del Partido. Él no pudo cubrir las demandas del trabajo, sin embargo, después pudo transformarse en cambio, en un importante funcionario dentro del Soviet de Economía Nacional, (1923-25).

El hermano mayor de Yakov y Venyamin, Zinovi, no quiso tener nada que hacer con el movimiento de revolucionario de los extremistas y se apartó de ellos. Su padre, por consiguiente, lo llenó de maldiciones y lo echó de su casa. El escritor Maxim Gorky (realmente Alexei Peshkov) adoptó a Zinovi que después emigró a Francia dónde se hizo mercenario en la Legión Extranjera. Su padre se sintió jubiloso al oír que Zinovi había perdido su brazo derecho en una batalla. En el Judaísmo, el hijo maldito pierde siempre su brazo derecho.

Todo según el investigador ruso Gregory Klimov.

Matvei Maravnik admitió en la televisión sueca que realmente podría haber llegado a ser un rabino pero escogió trabajar en cambio como funcionario Bolchevique.

Isaac Babel luchó para el régimen rojo en la caballería de Budyonny. Aprovechó la oportunidad de robar tantos diamantes como pudo. Él fue alabado más tarde por su paternidad literaria.

Los «revolucionarios» judíos creían que, en todos estos actos repulsivos y terribles de asesinatos masivos, ellos estaban sacrificando a las víctimas Goy para agradar a Yahweh.

En la palabra hebrea para ‘capturar una presa’ yace el significado ‘pillaje’. Y eso fue precisamente lo que ellos hicieron en Rusia. Esa fue la razón por la que el poeta y escritor judío Heinrich Heine escribió: «Die Judische Religion ist uberhaupt keine Religion, sie ist ein Ungluck»/» (La religión judía no es en absoluto una religión, es una calamidad.) Él también confirmó en su libro «Confesiones» que: «Las acciones de los judíos son tan poco conocidas en el mundo como su verdadera naturaleza.» Por supuesto, él quiso decir los actos de los extremistas.

Esos criminales también rindieron culto a Yahweh que, según la escritora francesa, Anatole France, era un demonio poderoso. («Queen Goose-Foott», 1899.) Así, aquellos judíos Hasidic habían hecho disfrutar a su bendito Dios del sufrimiento y degradación de otras personas (Salmo 37:34).

Desgraciadamente estas personas representaban los peores elementos de la Judería. En Europa, judío se transformó en sinónimo con el engañador o desconfianza, según la Enciclopedia británica.

Los bandoleros políticos que asolaron a Rusia fueron totalmente implacables e inhumanos. Ésa fue la razón por qué Chiang Kai-shek confirmó que la falta más grande del Comunismo era su inhumanidad.

El pueblo ruso recuerda con horror a sus verdugos judíos, todos los cuales tenían sus propios métodos para librarse de sus enemigos. Ashikin en Simferopol hizo que sus víctimas marcharan completamente desnudos ante él, después de lo cual cortaba sus brazos y orejas con su espada antes de que les arrancara personalmente sus ojos y cortara sus cabezas. El jefe de los verdugos en Nikolaiev, Bogbender, tapiaba vivas a sus víctimas. Deutsch y Wichman trabajaron en Odessa. Afirmaban que no sentían ganas de comer hasta que hubieran matado varios cientos de Goys. Los Chekistas en Voronezh cometían asesinatos rituales. Entre otras cosas, hervían a sus víctimas vivas.

Ése era un método común para librarse de goys y de los renegados judíos. Casi todos los habitantes de Pyatigorsk fueron exterminados, Toda esta información fue publicada en el periódico ruso Russkoye Vosskresenye, No. 3, 1991.

En Vologda, Mikhail Kedrov (Zederbaum) y Alejandro Eiduk liquidaron a todos los intelectuales, por quienes sentían un odio particular. En el invierno de 1920, un judío de 20 años fue nombrado jefe de la Cheka en Vologda. Sus métodos perversos de ejecución fueron descritos por el historiador Sergei Melgunov en su libro «El Terror Rojo en Rusia», (Moscú, 1990, pág. 122). El jovenzuelo acostumbraba a sentarse en una silla a orillas del río. Tenía a su lado un montón de sacos y muchos prisioneros eran llevados hasta él. Los prisioneros eran obligados a meterse en los sacos y luego eran lanzados a través de una grieta en el hielo, dónde ellos se ahogaban. Pronto fue llamado a Moscú dónde fue acusado de ser antinatural. Después de todo – él no había lanzado a sus víctimas en el agua hirviendo, ¿Lo hizo?.

Algunos verdugos y torturadores judíos se volvieron especialmente infames, entre ellos Roza Schulz. Arkadi Rosengoltz fue especialmente temida entre los marinos y ferroviarios. Entre los Chekistas de Kharkov, Yakimovich, Lyubarsky, el joven de 18 años Yesel Mankin, Feldman, Portugeis y Sayenko fueron particularmente temidos.

Las reservas de judíos extremistas no eran suficientes. Esa fue la razón por la cual contrataron un gran número de delincuentes rusos, de asesinos y chinos violentos para continuar los asesinatos día y noche. Los judíos como de costumbre, lideraban esta chusma. Muchos delincuentes hicieron carreras exitosas como Chekistas. Había también muchos bandoleros en la organización Soviet oficial. Oficialmente era algo de lo cual sentirse orgulloso. Mikhail Vinnitsky publicó un artículo en el Kommunisten, en mayo de 1919, en que dijo que él había trabajado, en su habilidad como ladrón, para el ideal del Comunismo, ya que sólo robaba a los miembros ricos de la burguesía. En 1919 él trabajó como secretario en la Cheka. Después, bajo el nombre Mishka Yaponchik, construyó un regimiento compuesto totalmente de ladrones y estafadores. El líder político de ese regimiento era el judío Feldman. El infame ladrón de Odessa, Kotovsky fue nombrado líder de un regimiento comunista. En Tsaritsyn, incluso los órganos del Soviet fueron dirigidos por (judíos) delincuentes. (Sergei Melgunov, «El Terror Rojo en Rusia», Moscú, 1990, pag. 178-179.) Los judíos normalmente dirigían a los Chekistas rusos. Yelena Stasova y Varvara Yakovleva trabajaron con especial brutalidad en Petrogrado. Revekka Plastina (Maizell) fue tristemente famosa en Arkhangelsk, Yevgenia Bosh en Penza, y la Judía húngara Remover en Odessa. La Judía María Khaikina que cometió terribles atrocidades, encabezó el Tribunal Revolucionario en Kiev.

Un negro norteamericano, Johnston, fue enviado a Odessa, dónde demostró ser un carnicero muy salvaje. Su tarea principal era desollar a las víctimas vivas (Ibid., pág.

139).

Es imposible, por falta de espacio, describir a todos los carniceros y sus crímenes.

Mencionaré simplemente algunos números. Durante un solo año en el poder, los Bolcheviques exterminaron a 320.000 clérigos (Molodaya Gvardiya, No. 6, 1989).

Un total de 10.180.000 de «enemigos de clase» fueron asesinados entre 1918 y 1920. Otro 15 millones de personas murieron durante la guerra civil.

Durante el hambre de 1921-22, otros 5.053.000 personas perecieron. Los Bolcheviques, encabezados por Lenín, lograron destruir más de 30 millones de personas durante sus primeros cuatro años en el poder.

En 1917, 143,5 millones de personas vivían en la parte de la Rusia Imperial que después se transformó en la Rusia Soviética. Rusia había perdido más del 20 por ciento de su población en 1922. Sólo 131 millones vivían allí en 1923. Ha sido calculado que la población de Rusia, bajo circunstancias normales, debería haber aumentado a 343 millones a mitad de los años cincuenta, eso es, si el desarrollo hubiese continuado como había comenzado en la era Zarista. 165 millones de personas desaparecieron. ¿Quién lo lamenta por ellos en occidente? Dejaron sólo 178 millones.

Los asesinos en masa judíos más brutales fueron Roza Zemlyachka (en realidad Rozalia Zalkind) y Bela Kun (Aaron Kohn). El último vino de Hungría. Roza Zemlyachka era llamada «La furia del terror Comunista». Roza nació el 1º de abril de 1876 y murió el 21 de enero de 1947. Llegó a ser la Secretaria del Parido en el Kremlin y, en 1939, vicepresidenta del Concejo de los Comisarios del Pueblo (esto es: Vice Primer Ministro).

Era una judía absolutamente implacable y loca por el poder que trabajó como Chekista en Crimea junto con otros dos judíos, Bela Kun y Boris Feldman. Sus métodos de ejecución eran tan atroces que le ahorraré al lector los detalles, que incluso eran demasiado sucios para Dzerzhinsky en Moscú.

Bela Kun y Roza Zemlyachka eran particularmente insaciables cuando salían en sus correrías. Lograron agarrar una cantidad extraordinariamente grande de oro en Sevastopol. Ésta fue principalmente la base de su enorme riqueza. Al mismo tiempo, aprovecharon la oportunidad de asesinar a tantas personas como pudieron. Era una parte integrante de la crueldad de Bela Kun que violara a sus víctimas mujeres. Este par logró asesinar a 8.364 personas en Sevastopol durante la primera semana de noviembre de 1920. Asesinaron a 50.000 «enemigos del pueblo» en Crimea, según fuentes oficiales (12.000 en Simferopol, 9.000 en Sevastopol, 5.000 en Yalta). El escritor Shmelev, sin embargo, declara que por lo menos 120.000 personas fueron asesinadas en Crimea.

Bela Kun acostumbraba a cortar una mano de las personas con fuego de ametralladora. Llegó a ser llamado tristemente «el Comisario para la Muerte».

Dzerzhinzky lo llamó loco.

Trotsky le dio personalmente órdenes para disparar a 40.000 soldados capturados en Crimea (Dagens Nyheter, 22 de noviembre de 1993). El francmasón Bela Kun dirigió el régimen del terror comunista en Hungría.

Era el Gran Maestro de la Logia Johannes en Debrecen. También era miembro de B’nai B’rith, la Logia judía. Los socialistas Masónicos le entregaron el poder el 20 de marzo de 1919. No hubo ningún golpe. Merece la pena decir que el 90 por ciento de los francmasones húngaros eran judíos. Su Concejo de los Comisarios del Pueblo se componía de 26 miembros de los cuales 18 eran judíos.

Los ocho húngaros eran sólo títeres. Bela Kun era un hábil estafador, extremadamente codicioso y cruel. Antes había sido secretario de la Unión de Obreros en Kolozsvar, pero fue expulsado por malversación de fondos públicos.

Con esto en mente, es fácil entender que su trabajo más importante consistiera en cazar Goys que poseyeran oro. Se transfirieron cantidades asombrosas desde Hungría a los bancos extranjeros.

El Ejército Rojo húngaro empezó a extender el Comunismo a Eslovaquia que fue finalmente ocupada. El 16 de junio de 1919, la República soviética de Eslovaquia fue proclamada y el pillaje comenzó allí también. Las tropas Checas aplastaron a ese gobierno infernal ya el 7 de julio y lograron ahuyentar lejos a esos gángsteres judíos codiciosos.

El régimen del terror increíblemente cruel de Bela Kun y sus camaradas judíos infestó Hungría durante 133 días. El comisario judío de Bela Kun, Isidor Bergfeld admitió que él, personalmente, había quemado a 60 Magyars, vivos en los hornos y había asesinado a otros 100 con sus propias manos.

Un total de por lo menos 560 víctimas fue establecido. El terror comunista dirigido por el judío Otto Korvin (realmente Klein), jefe de la policía política, costó al país 28 mil millones de forints en daños materiales más 14 mil millones en deudas. Fue descubierto después que el gobierno «revolucionario» también había robado 900 millones de forints en divisa extranjera del «Fondo interno del Pueblo». (A. Melsky, «Bela Kun y la Revolución Bolchevique en Hungría», Estocolmo, 1940, pag. 25-26, 46.) Las tropas rumanas depusieron a Bela Kun y sus criminales compañero el 6 de agosto de 1919. Bela Kun escapó a Austria dónde fue detenido, pero el francmasón, judío, asesino y Social Demócrata, Friedrich Adler, se aseguró que fuese liberado. Bela Kun se fue entonces a la Rusia Soviética dónde continuó con su bandidaje.

Después que Adler asesinara al Primero Ministro austriaco, Count Karl Stiirgkh, el 22 de octubre de 1916, porque este último había intentado prevenir la actividad de los radicales de izquierda, Adler dijo antes de la corte: «No sólo es un derecho, sino un deber, de cada ciudadano usar violencia.» Adler fue sentenciado, pero fue perdonado pronto y luego se transformó en el líder del Partido comunista en Austria. (En febrero de 1934, los Social Demócratas en Austria intentaron tomar el poder por la fuerza.) Algunos de los socios en los crímenes de Bela Kun escaparon a EE.UU., por ejemplo Alexander Goldberger, y Joseph Pogany. Pogany era activo en el Partido de los Trabajadores de Norteamérica bajo el seudónimo de John Pepper. (Nesta Webster, «La Red Socialista», Londres 1926, pág. 59.) Comunistas judíos dirigidos por Eugene Levine y Kurt Rosenfeld también tomaron el poder en Munich durante dos semanas (del 13 de abril al 1º de mayo de 1919).

Ellos habían proclamado la República Soviética de Baviera. Todos sus líderes eran judíos que pertenecían a la Logia Masónica secreta Número Once, localizados en Brennerstrasse 51 en Munich. Eugene Levine (en realidad Nissen Berg) y Max Levien también asesinaron a sus rehenes, y después estaban detrás de todos los bienes de oro y joyas, tanto como pudiesen agarrar.

Eugene Levine fue ejecutado por todos sus crímenes inmediatamente después de la caída de la República Soviética de Baviera. El asesino en masa Max Levien, logró escapar a la Rusia soviética dónde se transformó en miembro del Comité Ejecutivo Central.

Los bandoleros Bolcheviques podían asolar sólo aquellas áreas de Rusia que los alemanes habían capturado para ellos, según el historiador Igor Bunich.

Los alemanes estaban totalmente asombrados – ellos nunca habían visto algo como la crueldad de la que ahora eran testigos. Ellos podrían haber bajado fácilmente a los Bolcheviques pero no lo hicieron ya que un trato era un trato.

El teniente Balk, presidente de la Comisión alemana en la provincia de Yaroslavl, había exigido ya el 21 de julio de 1918 que el ejército voluntario de campesinos que estaban luchando contra los Bolcheviques debía capitular ante él. Los 428 ingenuos campesinos hicieron justamente eso, luego de lo cual fueron entregados a los Bolcheviques que inmediatamente los ejecutaron a todos ellos, ante el horror de los alemanes. (Igor Bunich, «El Partido del Oro», St. Petersburgo, 1992, pág. 22.) Los Bolcheviques también recibieron las listas de los alemanes de los oponentes al Comunismo y en base a estas listas ejecutaron a 50.247 personas entre marzo y noviembre de 1918, según Igor Bunich.

El antisemitismo por supuesto, creció como nunca antes entre los rusos. En todas las áreas ocupadas por los alemanes que los Blancos reconquistaban, se hacían búsquedas de cualquier comisario judío que no hubiese logrado escapar bajo la protección de los alemanes. Pero no habían muchos – los Blancos sólo encontraron unos pocos. Esto fue inmediatamente utilizado por la propaganda Sionista en Occidente y como de costumbre, los hechos fueron torcidos en proporciones ridículas. Estos mitos todavía existen, lamentablemente, ciegamente creídos.

Daré justo un ejemplo de entre todas esas mentiras. Se afirmó que los Blancos en el pueblo ucraniano de Proskurov había ejecutado a 60.000 judíos el 15 de febrero de 1919. Ese pequeño pueblo tenía entonces, sólo 15.000 habitantes. Los judíos de Proskurov estaban muy ocupados introduciendo el régimen soviético en otras áreas.

(Russky Kolokol, No. 7, 1929, Berlín.) Hubo 11.411 judíos en Proskurov en 1897 (50 por ciento de la población). En 1926 había 13.408 judíos en Proskurov (42 por ciento de la población).

¡Una metamorfosis notable! Proskurov tenía 34.592 habitantes en 1933.

La enciclopedia Judaica de 1971 declara que solamente 1.500 judíos habían sido asesinados en 1919, una cifra basada en la propaganda soviética. (Sólo nueve víctimas judías pueden verse en una fotografía de los archivos de Jerusalén.) Ahora se afirma que 60.000 judíos habían sido asesinados en toda Ucrania. Queda a mis lectores decidir si ellos desean creer esto o no.

Los Sionistas parecen tener una debilidad por los grandes números conectados con el número ‘6’; el mismo número de las puntas en la Estrella de David. La propaganda Sionista después de la Primera Guerra Mundial afirmó que seis millones de judíos habían muerto como resultado del hambre, epidemias y holocaustos. Un artículo de propaganda titulado «¡La Crucifixión de los judíos debe Detenerse!» fue publicada en el American Hebrew el 31 de octubre de 1919. Después se reconoció que solamente había sido propaganda de guerra.

El asesinato más atroz se cometió en la noche antes del 17 de julio de 1918, cuando el judío Yankel Yurovsky y sus carniceros, ejecutaron al Zar y a su familia en Yekaterinburg, en el sótano de una casa que había pertenecido al comerciante Nikolai Ipatiev.

A las dos y media en una calurosa noche de verano, doce hombres comenzaron el asesinato del Zar Nicholas II, la Zarina Alexandra y sus cinco hijos, Olga, María, Tatiana, Anastasia y Alexei, y también tres sirvientes y el doctor familiar, Ycvgeni Botkin. Uno de los verdugos incluso golpeó hasta la muerte al perro de los niños, Jimmy, con el extremo de su rifle.

La primera delegación de la Unión Soviética a la ONU tenía 12 miembros, todos judíos. El número 12 siempre ha jugado un papel central en la Cábala. Este número corresponde a las 12 tribus de Israel – un símbolo de la lucha por el dominio mundial.

El Chekista judío Yankel Yurovsky, de 40 años, disparó al Zar Nicholas II.

El Príncipe de la Corona, muchacho enfermo (padecía de hemofilia) de 13 años, Alexei, no murió inmediatamente, por lo que Yurovsky disparó varios balas en él. Tenía una pistola Máuser y una Colt.

Su abuelo era rabino, según el historiador Oleg Platonov. Yurovsky terminó su enseñanza después de dieciocho meses. Le había dicho a su hermano Leiba que soñaba con ser rico. Lograba hacer realidad sus sueños a través de la ventas de joyas.

El hombre que mantenía a la familia del Zar encarcelada fue el favorito de Trotsky – Alexander Beloborodov, uno de los líderes del Soviet en Yekaterinburg. Su nombre real era Yankel Weisbart y era el hijo de un judío rico, comerciante de pieles, Isidor Weisbart.

Una vez fue sorprendido robando una gran cantidad de dinero pero nada le sucedió.

Yurovsky era uno de los Jefes Chekistas en Yekaterinburg. Su asistente, G.

Nikulin, fue su cómplice en los asesinatos. Los otros miembros de la escuadra de ejecución eran Piotr Yermakov, Piotr Medvedyev, S. Vaganov y siete «revolucionarios» internacionales que fueron presentados después como «Latvians» (un truco común para camuflar la verdad, como el lector probablemente lo habrá notado).

Ellos eran Andreas Vergasi, Laszlo Horvath, Víctor Griinfeldt, Imre Nagy, Emile Fekete, Anselm Fischer e Isidor Edelstein. Todos esos hombres eran parte de la escuadra especial del regimiento de Kamyslov. Todo el operativo fue llamado «Tvyordy Znak».

Cuando todos esto fue hecho público en 1992, Erzsebet Nagy, hija de Imre Nagy que había dirigido la revuelta húngara contra la Unión Soviética en el otoño de 1956 reaccionó airadamente. Ella intentó afirmar que su padre había estado en un campo de prisioneros en el momento que el Zar y su familia fue asesinada. Se suponía que él le había escrito una tarjeta postal desde este campo. (Dagens Nyheter, 1º de septiembre de 1992) Era poco probable que a los verdugos se les permitiera decirle a alguien dónde estaban o lo que estaban haciendo durante una operación secreta de este tipo. Cualquier ciudadano de ex Soviet puede confirmar la verdad de esto.

Fue el judío Schinder, jefe de la escuadra de ejecución de la Cheka en Yekaterinburg, quién seleccionó a los asesinos del Zar y su familia. El hombre que destruyó los cuerpos con ácido sulfúrico se llamaba oficialmente Pinkus Voikov (en realidad Pinkhus Weiner). Era un químico judío de 30 años que también había tomado parte en las preparaciones para el asesinato. Robó después un anillo de rubí del dedo de uno de los cadáveres, lo llevaba consigo y estaba muy orgulloso de él. Fue asesinado en 1927 en Varsovia.

El jefe más alto del Partido en los Urales y Siberia, el judío de 42 años, Shaya Goloshchokin, que era amigo íntimo de Yakov Sverdlov y nunca había trabajado previamente en su vida, también tomó parte activa en la planificación de los asesinatos.

El historiador V. Burtsev que ha investigado el movimiento revolucionario lo describió como un tipo degenerado y un verdugo cruel. Más tarde dirigió la campaña de liquidación contra el pueblo de Kazakh.

Fue él, según el historiador Oleg Platonov, quien llevó varias cajas extrañas a Moscú a finales de julio de 1918. Esas cajas, según una discusión en el Sovnarkom, contenían las cabezas del Zar y su familia conservadas en frascos con alcohol. Después de la muerte de Lenín, una comisión encontró la cabeza del Zar Nicholas II conservada en alcohol en su armario. (Vladimir Soloukhin, «A la Luz del Día», Moscú, 1992, pág.

217.) Hubo también otro funcionario judío detrás de los asesinatos – Georgi Safarov de 27 años (en realidad Woldin), camarada íntimo de Trotsky. Después llegó a ser uno de los líderes de Comintern.

Los cosacos y las tropas Checas capturaron Yekaterinburg el 25 de julio. Nikolai Sokolov comenzó a investigar el asesinato de la familia del Zar inmediatamente. Él había trabajado antes como investigador preliminar de asuntos especialmente importantes para la corte en Omsk.

Un cuarto del sótano con una reja delante de la ventana fue encontrado en el sótano de la casa del comerciante Ipatiev. Los rastros de sangre y los agujeros de balas en las paredes eran visibles, a pesar que los asesinos habían limpiado después de su crimen. Estaba claro que el pequeño sótano fue transformado en un verdadero matadero.

Uno de los investigadores encontró una cita escrita por Heine en alemán en una pared: «Belsatzar ward in selbiger Nacht von seinen Knechten umgebracht”.

Quiere decir: (Belsa)Tsar en la misma noche Fue asesinado por sus esclavos” En el original, el nombre era Belzazer. El «historiador» judío Edvard Radzinsky sólo pudo decir que esta cita alemana era «notable» y no intentó interpretar estas líneas.

El modelo para el texto de Heine puede ser encontrado en el antiguo Testamento: «En esa noche, Belshazzar el Rey de los Caldeos fue asesinado.» (Daniel 5:30.) Ciertos «historiadores» han intentado ocultar que algunas señales cabalistas también fueron encontradas en la misma pared. Estas señales fueron imposibles de explicar más allá, ya que Edvard Radzinsky guardó silencio sobre ellas.

Las señales fueron descifradas posteriormente: «El Zar fue sacrificado aquí, por orden de las fuerzas secretas, para destruir el estado. Esto se dice a todas las naciones.» (Komsomolskaya Pravda, No. 169, 1989, Vilnius.) Esto fue confirmado por el historiador Sergei Naumov.

Esto solamente, es suficiente evidencia para demostrar que éste había sido un asesinato ritual judío, ya que este texto cabalista también nos lleva al Antiguo Testamento (Daniel 5:25): «¡Mene, Mene, Tekel, Uparsin!» (lo cual, entre otras cosas significa que el reino ha sido dividido o destruido).

Hojeando a través de un pequeño libro, publicado en Berlín justo antes de la Primera Guerra Mundial, queda en evidencia que esta víctima, el Zar, había estado durante mucho tiempo en la lista de necesidades. El libro fue escrito por el judío G.

Friedlander y se llama «La Dinastía Romanov en la Estaca de la Historia Mundial». Citaré simplemente una frase: «¡La dinastía Romanov debe ser aniquilada!».

El historiador judío-ruso Natan Eidelman también confirma que fueron los judíos quienes asesinaron al Zar y su familia. (Dagens Nyheter, 10 de agosto de 1988, pág. 5.) El actual arzobispo de Yekaterinburg también cree que fue un asesinato ritual cometido por judíos Hasídic. (Expressen, 24 de noviembre de 1992.) En marzo de 1908, Lenín escribió muy comprensivamente sobre el asesinato del Rey Carlos I y del Príncipe de la Corona Louis Philip de Portugal. El lector podría adivinar quién estaba detrás de los asesinatos. Una bomba fue lanzada al carruaje real el 1º de febrero de 1908. Lenín creía que este crimen era «un paso en la dirección correcta hacia la revolución social en ese país«. Lamentaba que no llevó a un terror general del tipo que renueva una nación y que había hecho a la Revolución francesa tan famosa. (Lenín, «Works», Moscú, Vol. 12, pág. 151.) El terror Indiscriminado era necesario, en la opinión de Lenín. ¿Pero no es ésto en que los francmasones habían estado trabajando todo el tiempo? Los francmasones asesinaron al rey Umberto I en Monza (Italia) en el Día de Yahweh, el 29 de julio de 1900. Hay muchos otros ejemplos de ataques terroristas similares.

Ya fue en el 1800, cuando el terrorista Sergei Nechayev, sugirió que la familia del Zar debe ser eliminada, Lenín inmediatamente apreció su sentimiento.

Los judíos extremistas norteamericanos también apoyaron la misma idea.

La astucia se ha usado también cuando es necesario. Los francmasones se libraron de Manuel II, quién era el hijo más joven de Carlos I, difundiendo falsos rumores.

Los francmasones quisieron detener sus reformas. El Rey Manuel II huyó desde una fiesta que se llevaba a cabo durante la visita estatal del presidente brasileño Hermes da Fonseca el 3 de octubre de 1910. Fonseca también era un francmasón.

El Rey creyó en el falso rumor que una revolución que incluso amenazaba su propia vida había estallado en su país. Los francmasones de la alta jerarquía Theophilo Braga y Affonso da Costa estuvieron así, en condiciones de proclamar la República de Portugal, el 5 de octubre de 1910.

Un gobierno provisional que consistía principalmente de francmasones entró en el poder. Theophilo Braga se nombró a sí mismo Presidente. Affonso da Costa se aseguró que Portugal entrara en la Primera Guerra Mundial en 1916.

La amenaza presentada por los francmasones había sido desde hace mucho tiempo conocida en el estado vecino, España. Esa fue la razón por la cual todos los miembros de las diferentes Logias fueron amenazados con la pena de muerte en 1814.

La Enciclopedia soviética Mayor confirmó esto en 1938.

La orden para asesinar al Zar y a su familia en realidad llegó de Nueva York. Lenín apenas tenía algo que decir sobre la materia. Los Bolcheviques habían sido obligados a huir de Yekaterinburg con tal prisa que no tuvieron tiempo para destruir todas las cintas del telégrafo. Esas cintas se encontraron después en el local del telégrafo. Sokolov cuidó de ellas pero no pudo descifrar los telegramas. Esto sólo se hizo en 1922 por un grupo de expertos en París.

Sokolov descubrió entonces que las cintas eran sumamente reveladoras, ya que ellas trataban del asesinato del Zar y su familia.

El presidente del Comité Ejecutivo Central, Yakov Sverdlov, envió un mensaje a Yakov Yurovsky dónde le transmitía que después de que le contó a Jacob Schiff en Nueva York sobre la proximidad del ejército Blanco, él había recibido las órdenes de Schiff de liquidar al Zar y a toda su familia en seguida. Esta orden fue entregada a Sverdlov por la Representación norteamericana que entonces se encontraba en Vologda.

Sverdlov ordenó a Yurovsky que llevara a cabo esta orden. Pero al día siguiente, Yurovsky quiso verificar si la orden realmente se aplicaba a toda la familia o simplemente a la cabeza de la familia, el Zar. Sverdlov le dijo entonces que la familia entera sería eliminada. Yurovsky era responsable para que la orden fuese llevada a cabo. Así que Lenín no decidió nada sobre esto.

El historiador judío Edvard Radzinsky ha intentado afirmar que fue Lenín quien dio las órdenes para asesinar al Zar y a su familia. Pero ninguno de tales telegramas se ha encontrado en los archivos. La explicación de Radzinsky fue que Lenín había destruido este telegrama no se sostiene, ya que por otra parte existe una inmensa cantidad de material comprometedor sobre Lenín. ¿Por qué debería haber destruido sólo este telegrama en particular y ningún otro documento igualmente incriminatorio? El 24 de noviembre de 1924, Sokolov le dijo a un amigo íntimo que su editor tuvo miedo de imprimir estos hechos sensibles en su libro. Fueron censurados y eliminados.

Sokolov le mostró las cintas originales y las traducciones descifradas a su amigo. Sokolov murió de pronto, un mes más tarde. Él estaba listo para viajar a los Estados Unidos para entregar evidencia en favor de Henry Ford en un pleito de Kuhn, Loeb & Co contra el magnate de los automóviles que había publicado su libro «El judío Internacional».

El libro de Sokolov «El Asesinato de la Familia del Zar» se publicó en Berlín en 1925 sin la información mencionada. Estos hechos sólo fueron conocidos por el público en 1939, en el periódico del exilio ‘Tsarsky Vestnik’. El rol de Jacob Schiff en esos asesinatos sólo fue descrito en Rusia en 1990.

Las autoridades soviéticas no se atrevieron a publicar al principio, sobre la matanza de toda la familia del Zar. Ellos declararon que sólo el Zar había sido ejecutado.

Ya que el asesinato fue planificado tan apresuradamente, Trotsky nunca consiguió jugar el rol de fiscal en el juicio contra el «tirano» tal como lo había planeado. (P. Mykov, «Los Últimos Días de los Romanovs», Sverdlovsk, 1926.).

Trotsky diría: «La ejecución de la familia imperial era necesaria, no sólo para desmoralizar al enemigo y robarle de toda esperanza, sino también para agitar a nuestro pueblo y mostrarles que no existe retorno.» Piotr Medvedyev, jefe de los guardias en el exterior de la casa, afirmó posteriormente que no tomó parte en los asesinatos. Su esposa relató cómo estaba de choqueado cuando llegó a su casa. Nunca se recuperó de esta experiencia.

El fin de Yakov Sverdlov también fue terrible. El 16 de marzo de l919, visitaba la fábrica Morozov en Moscú, dónde un obrero le pegó en su cabeza con un objeto pesado, sucedió alrededor de cuatro de la tarde. (A. Paganuzzi, «La Verdad Sobre el Asesinato de la Familia del Zar», EE.UU., 1981, pág. 133.) Él murió oficialmente de tuberculosis.

Sverdlov había tenido una enorme influencia sobre los Bolcheviques en Yekaterinburg desde 1905, cuando el Partido le envió allí para organizar actividades «revolucionarias» (él organizó robos y asesinatos para colectar más dinero para el Partido). Los hechos reales sobre la muerte de Yakov Sverdlov seguían siendo un secreto estatal en la Unión Soviética.

Sverdlov también había robado propiedad de otras personas. Genrikh Yagoda, el Comisario del Pueblo para los Asuntos Interiores, había preparado un documento secreto, No. 56 568, el 27 de julio de 1935 en que declaró: «La caja fuerte incombustible de Yakov Sverdlov se guardaba en las bodegas del Kremlin. Las llaves se habían extraviado«. El 26 de junio de este año, abrimos la caja fuerte y encontramos: «1. Monedas de oro del período de la era Zarista que suman 108.525 rublos. (2) Artículos de oro, con muchas gemas – 705 artículos .. tambien se encontró documentos de préstamos por 750.000 rublos. «(Sovershenno Sekretno,No. 9, 1995, pág. 16.) Jacob Schiff murió muy repentinamente en 1920. El asesino Yankel Yurovsky, sin embargo, murió después de sufrir un largo y doloroso cáncer. La mayoría de aquellos involucrados en el asesinato del Zar fueron ejecutados durante el terror masivo de los años treinta (Ohtuleht, 22 de julio de 1993). El resto de la escuadra de ejecución cayó víctima de una u otra desgracia.

La casa en que fue asesinado el Zar y su familia, sus sirvientes y su doctor, fue demolida por orden de Boris Yeltsin en 1977. Era entonces el jefe del Partido en Sverdlovsk (ahora nuevamente Yekaterinburg).

El judío Markov en Perm ya había ejecutado al último Zar de Rusia, Mikhail II, el 12 de junio de 1918. Los verdugos que lo ayudaban fueron Zhuzhgov, Myasnikov e Ivanchenko. El cuerpo de Mikhail Romanov fue incinerado. Nicolás había abdicado en favor de su hermano, Mikhail.

De esta manera, Rusia fue limpiada de todos lo tipos de «pestes» que era lo que Lenín había exigido en un decreto en enero de 1918.

Winston Churchill confirmó el 11 de abril de 1919: «De todas las tiranías en la historia, la tiranía Bolchevique es la peor, la más destructiva, la más degradante«. (Paul Johnson, «Tiempos Modernos», Estocolmo, 1987, pág. 106.) Esto es verdad. Todos y cada uno de los castillos en Rusia fue saqueado, tal como los fondos de los negocios más grandes que fueron confiscados sin embargo, en una fase posterior.

Los Bolcheviques torturaban a las personas para llegar a sus joyas. Comenzaron gobernando con el hambre como arma, sólo como la mafia La Cosa Nostra en Sicilia empezó a gobernar aprovechándose de la sequía.

Todo tipo de bienes fueron enviados a Berlín. En 1918 solamente, 841 vagones de maderas, 1218 vagones de carne, dos millones de libras de lino, etc. Los judíos «revolucionarios» sólo estaban interesados en ellos mismos.

Gleb Boky continuó usando el viejo truco de Uritsky de exigir grandes cantidades de dinero a los rehenes, el dinero fue a parar a su propio bolsillo.

El GPU descubrió en 1932 que Ganetsky tenía 60 millones de francos suizos en una cuenta bancaria en Ginebra. (Igor Bunich, «El Partido del Oro», St. Petersburgo, 1992, pág. 42.) En octubre de 1918, los banqueros judíos en Berlín recibieron 47 cajas de oro de Rusia, conteniendo 3125 kilogramos de oro, en 191 barras. Todos esto, se habían saqueado del pueblo ruso, oro que después llegó a ser tristemente conocido como el oro judío. 50.000 marcos alemanes y 300.000 rublos también fueron entregados.

En el otoño de 1917, el banquero judío Mendelssohn en Berlín recibió 50.676 kilos de oro ruso robado, 113.636 rublos (qué era equivalente a 48.819 kilos de oro). La firma de Mendelssohn en los archivos del Partido Comunista ratifica el hecho que recibió estas riquezas: un verdadero caso de ‘Recepción de Bienes Robados’. (Viktor Kuznetsov, «El Secreto del Golpe del octubre», St. Petersburgo, 2001, pág. 51.) Los Comunistas quemaron millones de valiosos libros y manuscritos únicos.

95 por ciento de los sitios de herencia cultural fueron destruidos. Tan tarde como en l970 un funcionario soviético le dijo abiertamente al director Yuri Lyubimov: «Nosotros no necesitamos a Bulgakov ni a Dostoievski.. » (Edasi, 2 de agosto de l988,pag 6.) También se han quemado los libros indeseables en Israel. El 23 de marzo de 1980 cientos de copias del Nuevo Testamento fueron pública y ceremoniosamente quemados en Jerusalén, bajo los auspicios de Yad Le’akhim, un organización religiosa judía subvencionada por el Ministerio israelita de Religiones. (Israel Shahak, «Historia judía, la Religión judía», Londres, 1994, pág. 21.) Los Bolcheviques hicieron todo lo realmente posible para dejar a los rusos que quedaron, en la cloaca étnica de la que Marx habló. Ellos quisieron aplastar el espíritu y la moral de las personas a través de la pobreza total y forzarlos en la criminalidad y el alcoholismo. Haciendo eso, deseaban hacer a los obreros menos peligrosos. Ciertamente tuvieron éxito. Todos tuvimos miedo de los Comunistas. Los Jacobinos también habían usado el terror con sus ciudadanos para hacerles más fácil de controlar.

Hace 2500 años atrás, el filósofo chino Sun Tzu (490 A.C.) escribió «El Arte de la Guerra «, dónde él describió las tácticas más eficaces contra un país enemigo de una forma tal, que es relevante hoy en día: «Todo lo que es valioso en el país del enemigo debe ser atacado y destruirse .. Cooperación con lo peor y más vil de las criaturas. Provocar luchas y conflictos entre los ciudadanos .. Degradar las tradiciones del enemigo y arrancarles su historia. Infiltre la sociedad con espías.» El Comunismo internacional usó una técnica similar a esta, contra la sociedad rusa. Comenzaron a eliminar las tradiciones renombrando 1200 ciudades y pueblos rusos y millones de calles cambiaron su nombre.

Durante la nueva generación, los Comunistas empezaron a usar los medios socialistas más eficientes para detener el desarrollo espiritual y psicológico de la sociedad – las sendas de estudios fueron cerradas para los talentosos y sólo eran disponibles para aquellos sin inteligencia.

¿No había señalado Vladimir Lenin, que se permitiera la entrada a las universidades sólo aquellos que buscaban un diploma y no el conocimiento? Los Socialistas suecos también han usado «con éxito» este método. Los Comunistas y Socialistas saben que cada persona talentosa e inteligente está en contra de su locura social.

El doctor y publicita judío, Salomón Schulman, admitió al describir al pueblo soviético el 25 de septiembre de 1994 en Svenska Dagbladet, que un nuevo día estaba amaneciendo; una nueva raza judía había entrado al mundo. Se refería al pueblo soviético. ¿Es posible afirmar la situación más claramente? La élite financiera internacional decidió ya en 1814, en el Congreso de Viena, que Rusia debería ser destruida como una venganza sobre el Zar ruso que estaba contra los planes para crear Comunidad Social europea.

Los verdugos Bolcheviques creyeron que ellos tenían la justicia a su lado, ya que el Dios de los judíos les había dado el derecho para exterminar todas las razas indeseables (Deuteronomio 7:22-25). Su Dios también les había dado el derecho para esclavizar a otras razas pacíficas (Deuteronomio 20:10-11). Karl Radek proclamó que era un prejuicio burgués actuar como si el trabajo llevara a la libertad.

El sensato escritor judío A. B. Jehoshua confirmó: «Para mí, la catástrofe en el Judaísmo es la idea de ser el Pueblo escogido .. » (Dagens Nyheter, 3 el 1988 de enero.) Pero ¿No construye el Sionismo su ideología totalmente en el mito sobre el «Pueblo escogido de Dios»? Es una ideología racista, aunque la ONU ya no lo considera como tal.

Los Bolcheviques empezaron manipulando la historia precisamente como les satisfacía para esconder sus crímenes. Presentaron su «historia» precisamente como deseaban que el mundo la percibiera. Esa fue la razón por la cual la amenaza más grande para el Comunismo, que estaba basada completamente en mentiras y temor, eran aquellos que valientemente se atrevieron a decir la verdad. Hablar la verdad fue considerado como agitación anti-soviética y castigada de acuerdo con esto. Durante el período Glasnost 1986-1991, la verdad agujereó el «corazón» mismo del Comunismo y lo destruyó.

Tal como el lector puede haber comprendido, el Leninismo fue nada más que bandidaje político organizado, dónde varios grupos judíos, constantemente lucharon por el poder entre ellos, aun cuando fueron otras razas las sufrieron terribles consecuencias de su locura. Esta lucha de poder fue camuflada oficialmente como «antisemitismo estatal». Y así, un nuevo mito nació.

El líder del grupo poderoso que derrotó a los otros, fue Lazar Kaganovich, uno de los peores asesinos en masa en la historia.

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