Los grupos de gángster judíos que se llamaban a sí mismos Bolcheviques se pusieron particularmente peligrosos, ya que la teoría detrás de sus actividades intentaron justificar los crímenes que ellos cometían (en el nombre de los obreros) y practicar el engaño y el sabotaje contra la cultura espiritual.
Lenín era bien consciente que los bolcheviques necesitaban toda la ayuda que pudiesen conseguir para adquirir la riqueza de Rusia. Eso fue por qué dijo que deben hacer uso de los criminales comunes como aliados del Comunismo. (Louis Fischer, «La Vida de Lenín», Londres, 1970.) Los delincuentes tomaron el eslogan de Lenín seriamente «¡Saqueen lo que pueda ser saqueado!» y lograron encontrar una gran cantidad de valores bien ocultos.
Los Bolcheviques los capturaron luego a ellos, confiscaron su botín y asesinaron a esos rivales en el acto. Los delincuentes probablemente comprendieron bastante pronto que los Bolcheviques pensaban monopolizar el crimen, tal como ellos lo hicieron en verdad. De esta forma, banda tras banda de bandoleros fueron liquidadas.
Tal como he mencionado previamente, los especuladores Bolcheviques alrededor de Lenín encontraron difícil de creer que todos sus planes realmente tendrían éxito, así que ellos comenzaron a saquear las riquezas de Rusia inmediatamente. Todas esas riquezas fueron enviadas rápidamente al extranjero, principalmente a Berlín.
Los banqueros internacionales estaban muy contentos sobre este giro de eventos, según Igor Bunich. Los Bolcheviques actuaron con tal prisa y violencia que pareciera que pensaron que el pillaje y los asesinatos podrían tener que cesar al día siguiente. Con la ayuda de «contratos de ventas» escritas bajo amenaza, muchas propiedades y casas se entregaron a «hombres de negocios» judíos que vivían fuera de Rusia.
Los líderes Bolcheviques inmediatamente se tomaron las casas majestuosas para vivir en ellas.
Lenín se transformó en el «dueño» de la mansión del Gran Duque Sergei Alexandrov en Gorky, cerca de Moscú. Todos los lugareños fueron obligados a dejar sus casas para hacer sitio para los guardias personales de Lenín. Trotsky consiguió el castillo del Príncipe Félix Yusupov. Los Bolcheviques estaban especialmente interesados en los artículos de oro. Por ejemplo, los líderes Chekistas usaban solo platos de oro para sus comidas.
El líder Bolchevique, inmediatamente después de la toma del poder, había dado las órdenes para elaborar las listas de las personas que absolutamente tenían que ser ejecutadas. Lenín declaró que una clase social entera (la burguesía) tendría que ser eliminada. El principal revolucionario creía que los hijos obligatoriamente, tenían que mirar mientras sus padres eran asesinados. Fueron los Bolcheviques quienes decidían quién era burgués. De esa manera se asesinaron también a muchas personas comunes, simples.
Los intelectuales talentosos percibieron rápidamente la verdadera naturaleza de este sindicato del crimen que se llamó Bolchevique-comunista. El nombre que le dieron los intelectuales a este despilfarro de asesinatos y robos fue Bolchevismo judío.
Observaban con alarma como la riqueza era arrancada de las manos de los rusos. Lenín y sus delincuentes compañero quisieron librarse tan rápidamente como fuera posible de estos intelectuales clarividentes. Sólo a los espiritualmente ciegos o aquellos deslumbrados por la envidia les fue permitido vivir.
Este gigantesco robo se transformó en un tipo de negocio deforme. The New York Herald Tribune escribió: «Parece como si la revolución Bolchevique en Rusia fuese realmente una enorme operación financiera, cuya meta es transferir el control de inmensas sumas de dinero de los rusos a los europeos y a los bancos norteamericanos«.
Al principio de abril de 1919, George Pitter-Wilson confirmó en The Globe (Londres): «El objetivo de Bolchevismo es ganar el poder completo en las áreas nojudías, para que ninguna riqueza permanezca en las manos no-judías. De esta manera, los judíos podrían ganar el poder sobre todos, ostensiblemente en el interés de otros».
Entretanto, ellos empezaron a diseminar el mito más famoso, según el cual, los judíos no tenían nada que ver con la llamada revolución rusa. No estaba en su interés permitir que la verdad saliera. Por esta misma razón Lenín dijo: «¡La revolución no necesita a ningún historiador!» Los bolcheviques tienen que ser considerados como los peores mitómanos que el mundo haya conocido alguna vez, ya que ellos y sus secuaces comenzaron extendiendo la mentira inmediatamente, que estos eventos eran solamente la acción del sagrado pueblo ruso. Desgraciadamente, la mayoría de los historiadores tomaron posición con la falsedad.
Creyeron que era necesario adaptarse a la situación.
Los bolcheviques empezaron confiscando tanta propiedad privada como pudieron.
También prohibieron el comercio privado. Los ciudadanos fueron considerados como propiedad del estado (es decir de la dirección bolchevique-judía).
Las líneas siguientes todavía pueden leerse en el Nordisk Familjebok (una enciclopedia sueca) en 1944 (reimpresión de la 3 edición, Vol. 10, la col. 1228): «el fuerte elemento judío en la dirección del régimen Bolchevique ruso, aviva el resentimiento en muchos lugares en Rusia y llevó a extender la creencia que el Bolchevismo fue predominantemente un movimiento judío«.
El Comunismo se usó simultáneamente como camuflaje para la actividad delictiva internacional. Eso fue por qué el Comunismo se volvió un forma moderna de un estado de esclavitud colectiva. El Partido comunista se transformó posteriormente en una real Mafia y su secretario general simplemente llegó a ser el Capo di tutti i capi (el jefe de todos los jefes).
El pueblo ruso enfrentó un tiempo terrible de choques violentos y completa degradación. El objetivo de los judíos Rojos era dominar a los rusos tan rápidamente como fuese posible y después extender su poder en otros países. Al principio estos criminales lograron, con la ayuda de tropas alemanas y el apoyo financiero norteamericano, eliminar o forzar al destierro a casi todas las personas de pensamiento independiente y honestas en Rusia y transformar la nación en una sociedad criminal.
Había también soldados de élite alemanes y otros extranjeros entre las Fuerzas Especiales de los Chekistas, según Igor Bunich. Un total de 280 000 de los así llamados internacionalistas protegió el régimen bolchevique. Los alemanes declararon que ellos enviarían las tropas inmediatamente si aparecía cualquier amenaza al régimen soviético.
Los guardias personales de Lenín también eran principalmente alemanes; entre ellos estaba Friedrich von Platten de Suiza.
Los alemanes también continuaron entregando ayuda financiera a los Bolcheviques. En noviembre de 1917, recibieron 11.5 millones de marcos, una suma que era el equivalente a 130 millones de dólares en 1975. Lenín fue obligado a mantener su promesa. El 15 de diciembre él acordó la paz por separado con Alemania. Después de la firma del acuerdo de la paz, en Brest-Litovsk el 3 de marzo de 1918, recibió 40 millones de rublos en oro para luchar contra los Blancos.
El 20 de agosto de 1918, Lenín, a cambio, escribió una carta abierta a los obreros norteamericanos y les pidió que no lucharan contra Alemania.
93.5 toneladas de oro (245.5 toneladas, según Oleg Platonov, «La Corona de Espinas de Rusia: la Historia del Pueblo ruso en el Vigésimo Siglo», Moscú, 1997, pág.
528) serían transferidas a Alemania en conexión con el acuerdo de paz Brest-Litovsk.
Este «asunto» también fue ocultado al público.
El rabino Judas Magnus del Comité de los Judíos norteamericanos en Nueva York, admitió el 24 de de octubre de 1918 que él también era un Bolchevique y que le gustaban las ideas del nuevo régimen en Rusia. Los principales periódicos Sionistas, Jewish Chronicle (Londres) y el American Hebrew (Nueva York) alabaron el régimen Bolchevique en Rusia como un triunfo del modelo judío de sociedad, en sus editoriales desde diciembre de 1918 hasta la muerte de Lenín en 1924.
Era ciertamente un triunfo. De hecho, el mundo nunca antes había visto tal triunfo del mal y la violencia.
American Hebrew escribió el 8 de septiembre de 1920: «La Revolución Bolchevique fue mayoritariamente el producto del pensamiento judío, del descontento judío, del esfuerzo judío por reconstruir«.
American Hebrew escribió el 10 de septiembre de 1920: «Que el idealismo judío y el descontento judío han contribuido tan poderosamente para provocar en Rusia, las mismas cualidades históricas de la mente judía que se están tendiendo a promover en otros países.» El 23 de julio de 1919, Scotland Yard entregó un informe al Secretario de Estado norteamericano, donde escribe, entre otras cosas, que tenían bastante evidencia ahora, para demostrar que el Bolchevismo era un movimiento internacional controlado por los judíos.
Otro informe al Secretario de Estado norteamericano en 1918 declara que la dirección en cada uno de los Soviets de las ciudades, estaban conformados de por lo menos 50 por ciento de judíos, especialmente de judíos malvados «del peor tipo», muchos de quienes eran anarquistas. («US State Department Report, Foreign Relations1918, Russia», Vol. 11, pág. 240.) El Profesor Israel Shahak lo puso así, directamente: «Un examen de los Partidos Radical, Socialistas y Comunistas pueden proporcionar muchos ejemplos de judíos encubiertos, chauvinistas y racistas que se unieron a estos Partidos meramente por razones del «interés judío’ y están en Israel, a favor de la discriminación ‘anti-gentil’«.
(Israel Shahak, «La Historia judía, la Religión judía: El Peso de Tres Mil Años», Londres, 1994, pág. 17.) El periódico judío francés Le Droit de Vivre (El derecho de vivir) escribió el 13 de mayo de 1933: «El Judaísmo es el padre del Marxismo y del Comunismo.» Para neutralizar la amenaza de los anti-comunistas en otros países, el Jewish Voice (Voz Judía, E.E.U.U.) lanzó el siguiente eslogan en julio de 1941 (pág. 23): «¡Anti- Comunismo es antisemitismo!» La infame organización sionista norteamericana, Liga de Anti-difamación (ADL), ha sido de la misma opinión desde el principio (Executive Intelligence Review, No. 39, 30 de septiembre de 1988). Esta organización tiene conexiones muy íntimas con B’nai B’rith.
¿ No declaró el Bolchevique, M. Kogan, fríamente en su artículo «Servicios de la Judería a la Clase Trabajadora» lo siguiente? : «Sin exageración puede decirse que la Gran Revolución Socialista de octubre, fue de hecho llevada a cabo por las manos de los judíos … El símbolo de la Judería que durante siglos ha luchado contra el capitalismo, también se ha transformado en el símbolo del proletariado ruso, el cual puede verse en la adopción de la estrella roja de cinco puntas, que en tiempos antiguos, tal como sabemos, era el símbolo del Sionismo y de Judería.» (Kommunist, Kharkov, 12 de abril de 1919) Esto es confirmado en una hoja impresa del famoso escritor Maxim Gorky, que alabó las enormes contribuciones de los judíos a la introducción del socialismo. Esta hoja impresa preocupó a Trotsky y a Lenín. Ellos pensaban que fue formulada de una manera tan infortunada que temieron que los enemigos de la revolución (es decir los antisemitas) podría usar la información contenida en esta – así que la hoja impresa fue prohibida.
Máxim Gorky sin embargo, no siempre había sido tan amistoso con los judíos.
Justo después del infructuoso intento de golpe en 1905, publicó una hoja impresa, violentamente antisemita, en que él exhortaba: «¡Levántate pueblo ruso contra los judíos!» Más tarde, cuando se convirtió en una herramienta dispuesta de los «revolucionarios» judíos, quiso olvidarse totalmente de su hoja impresa anteriormente.
Los bolcheviques ocultaron tanto como pudieron acerca de ellos mismos. Todo tipo de verdades se transformaron inmediatamente en secretos de estado. Lenín fue el maestro de todos los mentirosos.
¿Quiénes eran esos ladrones y bandoleros que creyeron que la violencia era la mejor forma de controlar una sociedad? El órgano principal y más importante para controlar después de la toma del poder fue el Politburó, que lo conformaban las siguientes siete personas: Vladimir Lenin, León Trotsky, León Kamenev, Grigori Sokolnikov (Brilliant), Grigori Zinoviev, Joseph Stalin y Andrei Bubnov. Sólo el último de aquéllos nombrados era un ruso.
Esos hombres, junto con el Comité Central, decidieron a las 2:30 AM del 9 de noviembre formar un gobierno unipartidista (Sovnarkom), ignorando a los otros Partidos.
Lenín se nombró a sí mismo la cabeza del gobierno. Nombró su segundo en el mando a Trotsky – Comisario del Pueblo para losAsuntos Internos. Trotsky sería por esto el vicepresidente del Sovnarkom.
Lenín quería que Trotsky fuese quien aplastara a la «burguesía» y a la aristocracia.
Trotsky declinó y más tarde explicó: «Le dije [a Lenín] que era innecesario, en mi opinión, jugar en las manos del enemigo … sería absolutamente mucho mejor, si no hubiese ningún judío en el primer gobierno revolucionario soviético«. El historiador soviético, Viktor Danilov, publicó esta información en el periódico History Workshop Journal en 1990. (Svenska Dagbladet, 12 de abril de 1990) . Esa fue la razón por la cual un ruso alcohólico, Alexei Rykov (1881-1938) fue nombrado Comisario del Pueblo para los Asuntos Internos.
León Trotsky fue hecho responsable de los asuntos exteriores.
Así, Trotsky y otros judíos en el Politburó deseaban tan pocos judíos visibles como fuese posible en el gobierno bolchevique. La respuesta fue emplear a varios títeres rusos: V. Nogin (1878-1924) quién era responsable del Comercio e Industria; el francmasón Ivan Skvortsov – Stepanov que se hizo Comisario del Pueblo para los Asuntos Financieros; Nikolai Avilov (Glebov), Comunicaciones; Vladimir Milyutin, Agricultura,; y Pavel Dybenko, ucraniano (1889-1938) quién se hizo Comisario del Pueblo para los Asuntos Navales. El medio-judío Joseph Stalin también pudo tomar responsabilidades por un asunto de nacionalidad, un puesto artificial. Casi nunca fue visto en el Comisariato del Pueblo.
Los otros miembros del primer gobierno soviético, sin embargo, eran todos judíos : el francmasón Anatoli Lunacharsky (en la realidad Bailikh-Mandelstam), quién se hizo Comisario del Pueblo para los Asuntos Educación; el francmasón Nikolai Krylenko (en la realidad Aaron Bram), 1885-1938), quién se hizo el Comisario de Pueblo para los Asuntos Militares; Ivan Teodorovich que se hizo comisario para los Alimentos; Georgi Lomov (realmente Oppokov), quién era responsable para la Justicia; Vladimir Antonov- Ovseyenko (1883-1939) y finalmente Alejandro Shlyapnikov (en la realidad Belenin), quién era responsable para Empleos.
Así, había allí 15 miembros en el primer gobierno soviético, según el Periódico de Gobierno Obreros y Campesinos, No. 1, 10 de noviembre de 1917.
Pronto fue evidente que los rusos en el Gobierno Bolchevique eran incapaces de introducir el régimen gangsteril con que los francmasones judíos soñaron, a pesar del hecho que todos esos títeres rusos estaban rodeados en sus oficinas por ayudantes judíos que, según varios protocolos, ávidamente tomaron parte en las reuniones gubernamentales. Yo mencionaré unos pocos de esos consejeros aquí: Fanigstein- Daletsky, Abram Slutsky y Altfater.
Así que Lenín como consecuencia, cambió a los rusos por bolcheviques judíos y creó también nuevos puestos de Comisarios.
El puesto del alcohólico Rykov se entregó a Grigori Petrovsky (1878-1958) sólo 20 días después. Georgi Lomov tuvo que dejar su puesto como Comisario para la justicia.
Este puesto se dio en cambio al judío Josef (Isidor) Steinberg. Vladimir Milyutin se cambió para el judío Alejandro Schlichter (1868-1940). Nikolai Avilov (1868-1940) tuvo que dejar paso al judío Vyacheslav Zof.
Hubo también dos nuevos miembros: el judío V. Volodarsky (en la realidad Moisei Goldstein) se hizo Comisario del Pueblo para Propaganda y Prensa y la Judía Alexandra Kollontay se nombró el Comisario del Pueblo para Asuntos Sociales.
Había un total de 17 miembros gubernamentales de los cuales 11 eran judíos, dos medio-judíos y sólo cuatro sea eran eslavos (tres ruso y un ucraniano). Los miembros judíos comenzaron a ser más visibles como consecuencia.
El primer presidente del Comité Ejecutivo Central fue el francmasón León Kamenev (en la realidad Leiba Rosenfeld), en occidente halagadoramente denominado «Presidente». Su nombre supuesto, Kamenev, quiere decir «pedregoso». Casado con la hermana más joven de Trotsky, Olga. Kamenev mantuvo su puesto sólo durante 13 días antes que fuera reemplazado por otro francmasón judío, Yakov Sverdlov (en la realidad Yankel-Aaron Movshevich Solomon). Kamenev en cambio, fue nombrado alcalde de Moscú. Fue también durante algún tiempo el vicepresidente del Concejo de los Comisarios del Pueblo. Fue nombrado Comisario del Pueblo para el Comercio en 1926.
Fue ejecutado el 25 de agosto de 1936.
Los bolcheviques abrieron una Caja de Pandora, ahogaron a Rusia, y después inundaron a muchos otros países en terribles sufrimientos. Introdujeron un régimen de bandidos feudales que ellos llamaron Bolchevismo. Sólo quedaba la esperanza y el miedo.
Las calles, plazas e incluso las ciudades fueron nombradas después con nombres de judíos en el poder: Volodarsky, Slutsk, Sverdlovsk…
Los Social Revolucionarios protestaron enérgicamente contra las acciones de Lenín.
Para mantener las apariencias, Lenín ofreció cuatro puestos al ala izquierda de los social Revolucionarios en el Sovnarkom. Al principio ellos rechazaron la oferta, pero algo después los Social Revolucionarios Josef Steinberg, V. Trutovsky, Vladimir Karelin y A.
Kolegayev quisieron unirse al gobierno bolchevique y con ello apoyaron el terrorismo de Lenín. Esto hizo quebrar a la facción de izquierda de los Social Revolucionarios.
Entretanto, Lenín oficialmente prohibió la francmasonería para camuflar sus planes. Los Jacobinos habían hecho lo mismo. Fue incapaz de ocultar el predominio de los judíos dentro del aparato de poder gubernamental.
Los judíos dominaron por todas partes, incluso desde el otoño de 1917 – en el Comisariato del Pueblo y en la dirección de cada institución, a pesar del hecho que ellos constituyeron sólo seis por ciento (6.1 millón) de la población de Soviético-Rusia.
El alcalde de Petrogrado era el judío Schreider. Incluso la dirección de los otros Partidos lo constituían judíos. Pero una parte considerable de los judíos de los otros Partidos los abandonaron para unirse a los Bolcheviques que empezaron una masiva campaña de propaganda para ganar las elecciones parlamentarias. Los judíos también controlaban todos los periódicos. Tras Izvestiya que era originalmente un periódico del Soviet y fue transformado en un órgano gubernamental, estaba Yuri Steklov (Nakhamkis), Ziperovich, Goldenberg y otros judíos. El periódico Kommunist estaba controlado por su jefe de redacción judío Vilhelm Knorin. Su sucesor fue otro judío – Stytsky. El jefe de redacción de Znamya Truda era Karl Lander, Levin y Noi Davidson.
Volja Truda era controlado por Sachs, Polyansky y Katz.
El judío Moisei Kharitonov (en la realidad Markovich) fue nombrado jefe de la Milicia en Petrogrado. Había viajado junto con Lenín desde Suiza a Estocolmo. Se transformó en Trotskista posteriormente. Grigori Sokolnikov (en la realidad Brilliant) era el editor de Pravda en una fase temprana. Después que los bolcheviques tomaran el poder, trabajó como Comisario Jefe para los Asuntos Bancarios. Fue designado como Comisario del Pueblo para los Asuntos Financieros en 1921. Stalin lo arrestó en 1937 y murió dos años después en el archipiélago GULAG. El judío polaco Jakub Hanecki (Furstenberg) fue el Jefe del Banco Nacional.
Los bolcheviques no ganaron las elecciones para la Asamblea Constituyente el 25 (12) de noviembre de 1917. De los 707 asientos, los Social Revolucionarios ganaron 410 y por eso aseguraron una mayoría, los Bolcheviques ganaron 175, los Liberales 105, los Menshevikes ganaron sólo 16, los Cadetes 17, Burgueses, el Movimiento Pueblo Unido 86. Así que los Bolcheviques sólo consiguieron 24.7 por ciento de los votos (9.562.358 votos de 40 millones), a pesar del hecho que ellos habían manipulado al electorado tanto como pudieron.
Lenín incluso, había abolido la libertad de prensa por un decreto el 9 de noviembre. Trotsky había ordenado una demostrativa quema de la totalidad de la edición del periódico burgués Recht un día antes. Lenín prohibió todos los Partidos burgueses al finales de diciembre.
La Asamblea Constituyente se reunió el 5 (18) de enero de 1918 y rechazó el gobierno Bolchevique con 237 votos contra 136. Al día siguiente, Lenín tenía a los «Fusileros Letones» (es decir a las tropas alemanas) disolviendo el parlamento. Los soldados alemanes dispararon contra la gente que intentó defender la Asamblea Constituyente. Este fue el momento cuando los Bolcheviques verdaderamente realizaron su golpe. Ya no tenían ninguna intención de dejar el poder en esta fase.
Había quedado demasiado por saquear. Los bolcheviques saquearon riquezas que suman 7,5 mil millones de rublos en oro tan sólo de las iglesias, según una estimación conservadora de los expertos occidentales.
Los Bolcheviques ya habían preparado los tribunales revolucionarios, había comenzado la «nacionalización» (esto es – el saqueo) de la propiedad privada; abolieron los rangos militares y secretamente fundaron la policía política (la Cheka).
Había un número increíble de francmasones entre los bolcheviques. Aquí puedo mencionar más allá a Nikolai Bukharin, Grigori Zinoviev, miembro de B’nai B’rith y del Gran Oriente, según el libro de Valeri Yemelyanov «De-Zionisation», París, 1979, pág.
14), a Mieczyslaw Kozlowski, Semyon Sereda que después fue nombrado Comisario del Pueblo para la Agricultura, Ivan Skvortsov-Stepanov, Mikhail Skobelev, Nikolai Sokolov, Leonid Krasin, J. Peshkova (esposa de Gorki) y su hijastro Zinovi Peshkov ( hermano de Yakov Sverdlov).
También hubo un gran número de francmasones que ocuparon altos puestos dentro de la administración soviética en los años cincuenta, según la francmasón y publicista Yekaterina Kuskova (Novoye Russkoye Slovo, 1º de agosto de 1986, pág. 6).
Los agentes comunistas que eran francmasones, en occidente recibieron una ayuda considerable en sus carreras de sus hermanos de Logia. Aquí yo puedo mencionar a Georges Ebon que fue arrestado en Francia en los años cincuenta. (Terry Walton, «KGB en Francia», Moscú, 1993, pág. 67-68.) El 28 de enero de 1918, Lenín decidió preparar el Ejército Rojo, los alemanes y norteamericanos tuvieron que dar todo tipo de apoyo a los Bolcheviques. La situación era catastrófica, porque las tropas enemigas estaban próximas a Petrogrado, y el 11 de marzo de 1918, el gobierno Bolchevique había huido a Moscú dónde permaneció. El vuelo fue organizado por Alexander Shlyapnikov. (Stalin lo ejecutó en 1937.) Moscú fue después la capital de hecho. Lenín también introdujo el nuevo calendario (Gregoriano).
El Partido Social Demócrata Bolchevique cambió su nombre a Partido Comunista el 8 de marzo de 1918 . Estos Comunistas formaron ahora un nuevo gobierno Judíodominado dónde León Trotsky se hizo Comisario del Pueblo para Asuntos Militares. Otro judío, Georgi Chicherin (en la realidad Ornatsky) cuya madre judía se llamaba Meierdorf, fue nombrado Comisario del Pueblo para los Asuntos Exteriores. Previamente, había estado dos veces en un hospital mental. Esto debe de haber satisfecho a los Comunistas perfectamente: el más loco, el mejor.
El mal estalló ahora sobre toda la sociedad. El poder se centralizó aun más que en los tiempos del golpe de los Jacobinos en Francia. Trotsky quiso ver sus ciudadanos como esclavos militarizados. Toda forma de mendicidad fue prohibida, tal como la Comuna de París lo había hecho por decreto el 16 de abril de 1871. Aquellos que trasgredieron este decreto fueron ejecutados.
La burguesía fue obligada a barrer las calles y la nieve con palas.
Sus niños fueron excluidos de la educación superior. Las instrucciones de Lenín que las Universidades deben dar la bienvenida, sobre todo, a esas personas que simplemente buscan un diploma en lugar de conocimientos, se continuó después también.
Incluso los primeros taoístas supieron eso: «Mientras más conocimientos tienen las personas, más difíciles son de controlar«.
En 1918 el Patriarca de la Iglesia Tikhon puso el régimen soviético bajo prohibición y lo proclamó el Anticristo encarnado. Protestó fuertemente cuando los Bolcheviques comenzaron a confiscar la propiedad y riqueza de la iglesia. El GPU lo asesinó en mayo de 1922. El reino comunista del terror no conocía límites – todas la atrocidades imaginables fueron cometidas en nombre del poder.
Moisei Uritsky (en la realidad Boretsky) fue nombrado jefe de la Cheka en Petrogrado. Trabajó de manera especialmente brutal y se ganó el apodo «el carnicero de Petrogrado». Fue Uritsky quien, con la ayuda de marinos y los soldados alemanes, disolvió el Parlamento en enero de 1918.
A pesar del hecho que los «revolucionarios» judíos y los verdugos de justicia preferían vivir bajo nombres supuestos, las personas normales de Rusia pronto comprendieron quién gobernaba su tierra con mano férrea.
Los partidos judíos, Bund y Po’alei Sión tenían permiso para funcionar, aún cuando los otros partidos fueron prohibidos en 1920. El último se unió al Partido comunista en diciembre de 1928.
Ni siquiera una sola sinagoga fue destruida o convertida en un retrete público o almacén, como pasó con las iglesias. Ni un solo rabino fue crucificado. Muchas iglesias en Moscú fueron demolidas en 1922 y en cambio fue construida, una sinagoga con espacio para dos mil personas. Un total de 60.000 iglesias fueron destruidas.
Los ejecutores de justicia judíos gritaban: «¡Larga vida al Terror Rojo!» «¡Muerte al burgués!» Pronto comenzaron a hacer efectiva la ley ‘trabajo-deber». Los vagabundos eran ejecutados en el acto.
The Times admitió el 18 de septiembre de 1920: «El régimen soviético confía en las mentes judías, en letones [es decir alemanes], en las bayonetas chinas y en la terrible ignorancia rusa«.
En 1922, el corresponsal para el periódico británico The Morning Post, Víctor Marsden, publicó los nombres de todos los 545 funcionarios dentro de la administración gubernamental. 477 de ellos eran judíos y sólo 30 eran rusos (5.5 por ciento).
En 1920, un total de 500.000 judíos ya trabajaban en el partido soviético, en el aparato de estado, en varias instituciones, como líderes de empresas y en todos los otros posibles campos de práctica dentro del régimen soviético. Muchos de esos judíos se habían mudado a Rusia, principalmente de Polonia y Lituania. (“El Libro del Judaísmo ruso, Nueva York, 1968, pág. 137.) La mayoría de los diplomáticos más importantes en la Unión Soviética también eran judíos. También había funcionarios judíos dentro de la primera representación soviética en Estocolmo, por ejemplo, Aaron Zimmermann.
Aquí sigue una lista de sólo unos pocos de los judíos más poderosos en una de las primeras administración soviética. El Fiscal General era D. Kursky. El abogado del Concejo de Comisarios del Pueblo era Vladimir Bonch-Bruyevich (1873-1955). Yemelyan Yaroslavsky (Minei Gubelman, 1878-1943) fue Comisario del Kremlin y Secretario del Comité Central. Fue quien dirigió la toma del poder en Moscú.
Otros judíos importantes: Moisei Frumkin (quien llegó a ser Comisario del Pueblo para las Finanzas y Asuntos extranjeros), Adolf Yoffe, Karl Radek (Tobiach Sobelsohn), Sara Khavkina (trabajaba en el Comité Central), Alexander Ghe (Goldberg), Yuri Larin (en realidad Mikhail Lurye, 1882-1932), Vatslav Vorovsky (Orlovsky), Mieczyslaw Bronski (en realidad Moisei Warszawski, quien llegó a ser Vice Comisario de Comercio e Industria), Abram Skovno (1888-1938), David Rosenblum, Christian Rakovsky ( judío Búlgaro quien llegó a ser del Gobierno Rojo en Ucrania), Mikhail Lashevich, David Ryazanov (Goldenbach, 1870-1938, un judío de Odessa, llegó desde suiza en el segundo tren, fue Director del Instituto Marx), Aaron Scheinman, Georgi Safarov, Yakov Surits, Aaron Soltz, Nikolai Krestinsky (miembro del Comité Central), Yevgenia Bosh, Rulkovsky, Rozovsky, Samuel Kaufman (fue Comisario del Pueblo), Isidor Gukovsky (Comisario del Pueblo), Feningstein (Comisario del Pueblo), Olga Ravich (Sarra Gavvich, trabajó con el Comisario del Pueblo Feningstein), Yelena Stasova (secretaria del Comité Central), Theodor Rothstein (Jefe del Comisariato Exterior), Ivan Maisky (en realidad Steinman), Yan-Yakov Gamarnik, Moisei Rukhimovich, Alexander Shotman (1880-1939), Dashevich, Mikhail Kobetsky, Mikhail Goberman, Nikolai Gordon (Leiba Alie Chael, colaborador cercano de Grigori Zinoviev), Sergei Syrtsov, Mikhail Tomsky (Honigberg), Mikhail (Meier) Trilisser, Joseph Unschlicht, Arkadi Rosengoltz, Grigori Chudnovsky, Joseph Pyatnitsky (Tarsis), Yevgeni Gnedin (Leon Helphand, hijo de Alexander Parvus llegó a ser jefe de la Cheka en la oficina de París ), Bor y muchos, muchos otros.
El Comité Central del Partido bolchevique, que se eligió en agosto de 1917 tenía 24 miembros. Por lo menos 14 de éstos, eran judíos y 2 medio-judíos. Incluso la secretaria de Moisei Uritsky era una muchacha judía de 17 años. (Memorias de Heinrich Laretei «Al Juguete del Destino», Lund, 1970, pág. 75.) Todo tipo de especuladores judíos y anarquistas enamorados del Bolchevismo viajaron a la Rusia Soviética en el mismo principio. Ellos vinieron de muchos países (de Turquía, Alemania, Austria, Bulgaria, Hungría, Polonia, Bohemia, Eslovaquia y de los Estados Unidos).
Por ejemplo, un comunista Sionista Bohemio de Praga, Ernest (Arnost) Kolman, trabajó en Moscú como funcionario del Partido entre 1918 y 1919 y como Politruk (Comisario Político)en Moscú y luego en Siberia en los años veinte. Trabajó después en actividades subversivas en Alemania dónde fue arrestado y expulsado a la Unión Soviética.
La mayoría de ellos venía de Estados Unidos. Los más famosos de éstos eran Emma Goldman y Alejandro Berkman que fueron enviados a Petrogrado por las autoridades norteamericanas en enero de 1920. Estos anarquistas habían alabado el estado soviético como el paraíso en la tierra por todo Estados Unidos. Después, describieron cómo los bolcheviques, en el restaurante de Smolny habían introducido un sistema de privilegios, dónde los Comunistas importantes recibían una comida mejor que los otros. Un total de 34 niveles de privilegios fue establecido.
Aquí entrego una lista de los nombres de algunos judíos norteamericanos importantes, que trabajaron en el aparato estatal soviético: Minnor fue activo como Comisario Político en el Comisariato para los Asuntos Interiores, Kisswalter trabajó en el Soviet Supremo como presidente del Comité de Reestructuración Económica, Kahan era activo en el Comité para la abolición de bancos privados, Simson coordinó el trabajo de los soviéticos, Gubelman era el comisario político en el distrito del ejército de Moscú, Michelson fue nombrado consejero en el Banco del Pueblo y un puesto alto también tuvo Isaac Don Levine.
Y por supuesto, judíos norteamericanos tuvieron altos puestos dentro de la Cheka. Meichman y Meherbey demostraron ser especialmente peligrosos, estaban entre los Chekistas más importante en Petrogrado. (Maurice Pinay, «The Secret Driving Force of Communism», pág. 45.) La compañera de Trotsky, Clara Sheridan, escribió bastante abiertamente en ‘The New York World’ el 13 de diciembre de 1923: «Los líderes comunistas son judíos y Rusia está completamente dominada por ellos. Están en cada pueblo, en cada escritorio gubernamental, en las oficinas y en las redacciones de los periódicos. Ellos sacan a los rusos y son responsable por la creciente actitud antisemita«.
John Gates (en realidad Israel Regentreif), uno de los líderes comunistas en los Estados Unidos, también ha confirmado en su autobiografía que los judíos tenían una posición completamente dominante en el movimiento ruso y Marxista internacional.
(John Gates, «La Historia de un Comunista norteamericano», Nueva York, 1958.) Aquí debo señalar que los judíos extremistas rusos y sus compañeros de viaje eran sólo herramientas en las manos de banqueros internacionales judíos, que quisieron transportar tanta riqueza como fuese posible fuera de Rusia.
Todo lo que pasó durante el Reino del Terror Jacobino en Francia se repitió en Rusia.
El banquero Jacob Schiff, le había dado 20 millones de dólares a León Trotsky para organizar la toma del poder Bolchevique. Esa apuesta ciertamente pagó. Entre 1918 y 1922, 600 millones de rublos oro, se transfirieron a los Estados Unidos de América, según el historiador Gary Allen.
En la primera mitad de 1921, sólo, la casa bancaria de Kuhn, Loeb y Cía. hicieron una ganancia de 102.290.000 de dólares en la riqueza que los bolcheviques habían robado, según el New York Times, 23 de agosto de 1921.
Multiplique esa suma por cien y tendrá el valor actual de ese dinero.
El historiador ruso Dmitri Volkogonov reveló después de encontrar en los archivos del Partido Comunista que «solamente las reservas privadas de la Zarina sumaban 475 millones de rublos oro (más 7 millones por las joyas de la corona) «. (Dagens Nyheter, 31 del 1992 de agosto.) El departamento de finanzas Bolchevique, Goskhran, confiscó todos esto. Algunos periodistas suecos (incluso Staffan Skott) han intentado, de acuerdo con el mito que prevalece, de explicar que la mayoría de esta riqueza fue entregada a los Partidos Comunistas en otros países, mientras millones de rusos murieron de inanición. Eso no es completamente exacto.
Según el historiador Igor Bunich, Lenín y Trotsky cuidaban de este dinero personalmente. El oro, entretanto, fue pasado de contrabando fuera de Rusia y depositado en cuentas bancarias personales alrededor del mundo. (30 toneladas de oro por año se producían en la era Zarista en Rusia.) Ésa fue, al parecer, la razón por qué el periódico británico ‘The Guardian’ (El Guardián), en marzo de 1923, llamó a los bolcheviques el Partido de Satanás Amarillo.
Aquí tenemos un caso real.
El francmasón Yuri Lomonosov, que era la mano derecha del Ministro de Comunicaciones durante el tiempo del Gobierno Provisional, vivió en los Estados Unidos entre 1918 y 1919. Volvió a Rusia y mantuvo un alto puesto en el régimen Bolchevique.
En 1920, el oro del Zar fue exportado a los Estados Unidos bajo el control de este mismo profesor Lomonosov y con la ayuda de la Corporación Bancaria Kuhn, Loeb & Co. de Jacob Schiff y del banquero judío Olof Aschberg (de Nya Banken) en Suecia.
Tres envíos por mar con un total de 540 cajas de oro se enviaron desde el puerto de Tallinn en la República de Estonia. (U.S. State Department Decimal File, 861.51/837, 4 de octubre de 1920.) El Profesor Lomonosov volvió al mismo tiempo a los Estados Unidos, cuando su misión ya había sido cumplida. Cada caja tenía un valor de 60.000 rublos oro. El valor total era así, 32.4 millones de dólares. Los bolcheviques también usaron el Harju Bank en Estonia para transferir el dinero.
En un futuro, todas las reservas de oro de los bolcheviques terminaron en los Estados Unidos, según el historiador ruso Igor Bunich. Más de 600.000 mineros murieron exclusivamente bajo el trabajo forzado en las minas de oro de Kolyma.
Para asegurar un éxito aún mayor, el banquero James Warburg de Nueva York y Frankcfurt am Main, también financió a Lenín y a Trotsky. (Gary Allen, «Diga ‘NO! ‘ al Nuevo Orden Mundial», California, 1987, pág. 22.) Mientras los asesinatos y el saqueo continuaban, más de 1,6 millones de rusos escaparon al extranjero. Los 19.564 judíos importantes en el Partido Comunista y los Partidos Comunistas judíos Bund y Po’alei Sión intentaron ganar el control total sobre la sociedad rusa. Ciento de miles de rusos fue obligados a hacerse Comunistas. Entretanto, estos extremistas judíos que estaban obsesionados por las alucinaciones Marxistas, transformaron a Rusia en un templo del mal.
La Unión Soviética se transformó en el nuevo y perfecto Templo de Solomón para los francmasones judíos. Más de cien millones de personas fueron sacrificadas allí.
En la Unión Soviética, fueron usados los típicos términos masónicos-comunistas constantemente. Ellos querían «construir una nueva sociedad» y «un futuro bueno y más luminoso». O ellos quería reconstruir lo viejo (perestroika).
El aparato de la propaganda emotiva estaba completamente en las manos de judíos «revolucionarios.» Incluso tenían su propia agencia informativa, YETA ,que diligentemente informaba todas las manifestaciones de antisemitismo.
Los funcionarios judíos incluso, comenzaron a publicar Pravda en yídish (Varhait) el 3 del marzo de 1918, y desde agosto de 1918, el mismo periódico fue publicado también en hebreo (Emet). (Enciclopedia soviética Mayor, Moscú, 1932, Vol. 24, pág.
120.) Autores judíos producían la literatura de combate. Los compositores judíos creaban todos los tipos de marchas y cantos míticos para inspirar a los rusos comunes a actos heroicos en nombre del Socialismo. Mucho fue destacado, también en el extranjero, en las canciones de Isaac Dunayevsky y los hermanos de Pokrass.
El trabajo de Dmitri Pokrass incluyó el muy conocido «Konarmeiskaya» que los socialistas suecos cantaban ávidamente bajo el nombre de «Canción Sobre la Reacción», y el «Budyonny March». La última fue compuesta por Dmitri Pokrass a los veinte años de edad en Kiev en el verano de 1920.
En el mismo año, su hermano que tenía dos años más, escribió «Nosotros Construimos la Nación» dónde se afirma que el Ejército Rojo era el más fuerte de todos.
Los soldados del Ejército Rojo sostienen firmes sus armas en puños encallecidos.
Esta canción revolucionaria fue tomada por los socialistas suecos que la hicieron su propio himno. Esta canción se cantó en el entierro de Olof Palme (Primer Ministro sueco, asesinado en 1986) en Estocolmo.
Samuil Pokrass fue invitado después a Hollywood. Por supuesto, no había nada para prevenir su emigración a los Estados Unidos. Murió en Nueva York en 1939. Su hermano, Dmitri Pokrass, ganó el premio Stalin por su contribución al proceso de adoctrinamiento.
La melodía más famosa de Isaac Dunayevsky se llamó «La marcha de los Jóvenes Entusiastas». Los compositores judíos (León Knipper, Alexander Tsfasman, Matvei Blanter, Yan Frenkel, Alexander Kolker, Mark Fradkin, Oskar Feltsman, N. Brodsky, I. Shvarts, Eduard Kolmanovsky, Venyamin Basner, Alexander Flyarkovsky, Alexander Bronevitsky, David Tukhmanov y otros) mantuvieron el control sobre la cultura musical rusa.
Los judíos, claro, también dominaron la rama más importante de los medios de comunicación – la industria cinematográfica. Los directores de películas más importantes fueron: Leo Arnstam, Abram Room, Leonid Trauberg, Friedrich Ermler, Dziga Vertov, Josef Heifitz, Mikhail Romm, Mark Donskoy, Sergei Jutkevich, Juli Raizman…
Vsevolod Meyerhold desarrolló el nuevo teatro.
El director judío y francmasón Sergei Eisenstein, hizo varios film de propaganda («El Crucero Acorazado Potyomkin», «La Huelga», «Octubre»). El guión para su película más famosa, «El Crucero Acorazado Potyomkin», era escrito por el publicista judío, Alexei Kapler.
Incluso el cartel de anuncio para esta película fue diseñado por los hermanos judíos Steinberg judíos de Suecia.
Los judíos dominaban la vida cultural ucraniana a un grado aún más alto (76 por ciento de aquellos registrados en las uniones culturales eran judíos).
Lenín también aprovechó la oportunidad de proclamar la libertad sexual en diciembre de 1917, (la homosexualidad igualmente ya no fue un crimen), tal como pasó después del golpe de los Jacobinos en 1791.
Stalin, sin embargo, prohibió la homosexualidad en 1934, al mismo tiempo prohibió el aborto y e hizo las muy liberales leyes de matrimonio más estrictas.
Lenín hizo que los órganos soviéticos proclamaran: «Desde la edad de 18 años, toda mujer joven es propiedad del estado.» Las mujeres solteras tenían que registrarse en la Oficina del Amor Libre. La omisión fue castigada severamente. Cada mujer registrada tenía que escoger a un hombre entre 19 y 50 años de edad.
Los hombres también tenían derecho de escoger a las mujeres, pero tenían que llevar la documentación que ellos pertenecían al proletariado. Los otros no eran permitidos de tener una vida sexual, ya que eran los enemigos de clase (es decir enemigos de los judíos). En el interés del estado, los hombres tenían el derecho de escoger a las mujeres registradas en la Oficina del Amor Libre, aun cuando las mujeres no estuvieran de acuerdo. Los niños que nacieron de estas uniones pasaban a ser propiedad de la república. (Mikhail y August Stern «Cortina de Hierro para el Amor» , Estocolmo, 1982, pág. 26.) Los bolcheviques judíos frecuentemente organizaron marchas desnudos y propagaron la sexualidad en grupos. Esas nuevas medidas causaron perturbaciones psicológicas profundas en el pueblo ruso, tradicionalmente orientado hacia la familia. Los líderes comunistas quisieron eliminar el concepto y la práctica de vida familiar.
El aborto, entretanto, fue legalizado. La violación también fue cada vez más común.
El poeta comunista Vladimir Mayakovsky propagó inmediatamente la nueva política de la siguiente manera: ¡Cualquier muchacha, joven y bonita deseo violar.
Y despectivamente escupir en ella! Los funcionarios Soviéticos mas tarde, trataron de afirmar que este poema fue irónico.
Las normas morales se subvirtieron rápidamente en la Rusia Soviética. Una persona que se transformó en un «buen ejemplo» especial para este proceso de disolución, fue la ninfómana Alexandra Kollontay. Como Comisario del Pueblo, dio órdenes para que varios marinos vinieran a ella todos los días. Su trabajo era dormir con ella. Se sentía especialmente excitada por el uniforme de los marinos. El funcionario del Partido, Oleg Agranyants, reveló en 1989 que Alexandra Kollontay había sido antes adminstradora de un burdel.
Tan pronto como las normas morales fueron destruidas, la sexualidad fue prohibida.
El objetivo había sido alcanzado y un nuevo eslogan fue inventado: «¡La sexualidad es enemiga de la revolución!» Las mujeres tenían que ser en cambio, animales de trabajo. El Comisario judío para la educación y cultura, el francmasón Anatoli Lunacharsky declaró: «Esa pequeña institución de modales que es la familia … esa entera maldición … se trasformará en un capítulo cerrado«.
De esta manera, la sociedad rusa había sido transformada en una manada de ganado, tal como el francmasón Mikhail Bakunin había predicho. «Dictionnaire Universel» (pág. 114) realmente confirma que Bakunin era un francmasón. Bakunin sostuvo que la burocracia roja restringiría la moral y las ideas del pueblo.
El psicólogo judío Alejandro Zalkind admitió en su libro «La Revolución y la Juventud» (Moscú, 1925), que el Partido comunista sometería al pueblo ruso a la manipulación racial. Él escribió: «La sociedad tiene el derecho total e incondicional para poder intervenir en la vida sexual de las personas y mejorar la raza introduciendo una selección sexual artificial«. En otros términos, los extremistas judíos quisieron asegurarse que ellos tendrían los esclavos convenientes (no demasiado inteligentes) en el futuro.
Oleg Platonov escribe lo siguiente en su libro «La Historia del Pueblo ruso en el Vigésimo Siglo» (Moscú, 1997, pág. 520): «Uno de los primeros símbolos del Bolchevismo fue la esvástica, propuesta por los oficiales judíos como el elemento principal de los brazos del Estado. Entre otros usos, la esvástica invertida apareció en las mangas del uniformes del Ejército Rojo, y, en 1918, en los billetes de banco en las denominaciones de cinco y diez mil rublos«.
Continúa para declarar: «La estrella de David se usó en los primeros documentos bolcheviques y en la insignia militar soviética. Se reemplazó posteriormente por la estrella de 5 puntas Masónica«.
La dirección comunista judía introdujo un gran número de símbolos y términos Masónicos – sobre todo la estrella cinco-puntas roja (la estrella de Solomón). El término para dirigirse a otro se volvió tovarishch (camarada). Este es el nombre del francmasón del segundo grado. Las Logias Masónicas más altas se llamaron ‘Concejos’, tal como en el Judaísmo. Había también un Concejo Supremo. Aquellos a los cuales se les confirió la Orden de Lenín, después se llamaron la ‘Orden (Masónica) de los Caballeros de Lenín’.
Cada Maestro Masón usa un martillo ritual. Podemos encontrar el trasfondo de esta tradición en el Antiguo Testamento dónde está escrito que Yahweh es como un martillo en su destrucción de otros pueblos (Jeremiah 50:23).
El francmasón y líder comunista Mao Zedong también declaró en 1950: «El Comunismo es un martillo que aplasta a nuestros enemigos.» La hoz también viene de la francmasonería. Simboliza la destrucción (la castración de Urano). también es mencionada en Jeremiah (50:16).
El sionista Partido Socialista que actuó más intensamente en Rusia durante el intento de golpe en 1905-06, se llamó ‘La Hoz’.
Con la ayuda de Gran Bretaña, Norteamérica, Alemania y otros países, el régimen soviético se estableció en Rusia. Ese régimen propagó el terror, engaño, pillaje y prostitución política. El Comunismo se volvió especialmente peligroso porque justificó sus crímenes increíblemente malvados con una propaganda igualmente increíble de mentiras.
Así que, Rusia fue infectada con el Marxismo que, como un cáncer, destruyó el cuerpo de la sociedad y empezó a extender la enfermedad roja al extranjero, a otros países.
Los rusos sobrevivientes fueron usados como garrotes contra las otras naciones que fueron dominadas por los amos comunistas.
La responsabilidad yace sobre todo, en aquellos que usaron estos garrotes como armas. Una nación después de otra fue más menos eliminada. Aproximadamente 800.000 Bashkirians (Turcos que vivían en Rusia- el 57 por ciento de su población) fueron liquidados entre los años 1917-1922. (Kaarel Haav, «El Pueblo Estonio y el Stalinismo», Tallinn, 1990, pág. 36.) Lenín enfatizaba que daba la bienvenida a la asimilación de los diferentes grupos nacionales; lo cual lleva a que pueblos diferentes se transformen en una sola nación.
(Lenín, «Works», Vol. 20, pág. 18.) La razón para la deportación de los tártaros, de los armenios y griegos de Crimea en la Segunda Guerra Mundial ahora también se ha revelado. Los Comunistas judíos habían sugerido fundar una república judía en Crimea el 15 de febrero de 1944, pero los planes nunca fueron comprendidos totalmente (Ogonyok, No. 5, 1990, pág. 22).
El sindicato del crimen de Lenín se volvió cada vez más poderoso, ya que era apoyado por los banqueros internacionales y también por el gobierno alemán en el principio. El 18 de mayo de 1918, el Ministro del Exterior alemán Richard von Kiihlmann envió un telegrama al Embajador Wilhelm von Mirbach en Moscú: «Gaste grandes cantidades, ya que está en nuestro interés que los bolcheviques permanezcan en el poder«.
El 3 de junio de 1918, von Mirbach informó que necesitaba 3 millones de marcos para este propósito. El 6 de julio de 1918, el régimen del terror Bolchevique estaba a punto de derrumbarse en conexión con la revuelta de los Social Revolucionarios pero fue salvado por las tropas alemanas y no por «rifleros letones» como la propaganda oficial declara. (Akim Arutiunov, «El Fenómeno Vladimir Ulyanov/Lenin», Moscú, 1992, pág. 13.) Fotos (2) Celebración (Riga) Los líderes comunistas judíos de la Rusia soviética prepararon una demostración en el Día de Mayo en 1919 en la capital de Letonia, Riga, dónde habían erigido varios obeliscos decorados con símbolos Masónicos y una pirámide coronadas con el ‘ojo que todo lo ve’ que contenía los símbolos Masónicos secretos. Estas fotografías sumamente raras demuestran la ligazón entre los Comunistas de alto nivel y la red oculta del Illuminati. Unas semanas después de esta demostración (el 22 de mayo) el Landeswehr (ejército) alemán aplastó la ocupación soviética en Riga.
El gobierno alemán gastó un total de 50 millones de marcos en los bolcheviques, según el político, socialista judío en Alemania, Eduard Bernstein (Vorwarts, 14 de enero de 1921 ). Después de la Segunda Guerra Mundial, los soldados norteamericanos encontraron los archivos del Ministerio del Exterior alemán, en las Montañas de Harz. El archivo contenía los documentos de los años 1876-1920. Algunos de estos papeles fueron publicados en los Periódicos de Asuntos Internacionales en Londres en 1957. En el mismo año, la colección de documentos «el Retorno de Lenín a Rusia», editado por Werner Halweg, fue publicado en Holanda.
El Comunismo fue una ideología que dependía de la violencia para sobrevivir. La verdad no necesita ninguna violencia. Mientras tanto, el sistema comunista sólo animaba las mentalidades más bajas de los seres humanos. Los bandidos gobernaban a los buenos.
Este reino provocó la muerte espiritual de la sociedad rusa. Éste era el objetivo mismo del Illuminati. Esta vez su momento de terror se llamó revolución, y esta vez fue una enorme. Los Comunistas primeramente propagaron la lucha de clases y el odio con lo cual las personas fueron convertidas en una chusma, una manada. El escritor checo Karel Capek declaró que el sistema soviético era un intento de romper el mundo en pedazos y lograr una confusión internacional total.
La naturaleza tenía que ser dominada – era considerada un enemigo. Su eslogan central era: «¡No necesitamos ninguna limosna de la naturaleza, nosotros tomaremos de la naturaleza!» De esa manera los bolcheviques comenzaron una campaña masiva de destrucción medioambiental.
Fue Lenín quien, el 21 de diciembre de 1920, dio las órdenes para irrigar el área alrededor del Mar de Aral con canales artificiales. A través de esta decisión, ordenaba la destrucción del Mar de Aral. Este lago salado hoy casi se ha secado y la tierra circundante está envenenada con altos niveles de sal y químicos.
Lenín también quiso a otros países bajo su dominio. Esa fue la razón por la cual le ordenó a Maxim Litvinov (Hennokh Wallakh) y a Theodor Rothstein comenzar las preparaciones para una red de infiltración internacional. Lenín financió esa operación con los diamantes encontrados durante el saqueo de Rusia. El Comintern decidió en 1919 que convertirían a todas las naciones europeas en Soviéticas. Los bolcheviques Masónicos hicieron intentos en Hungría, Baviera, Eslovaquia. La dirección de Spartaquista judía en Alemania, también intentó imponer una dictadura roja. En un futuro, sus poderes se enfocaron en la subdesarrollada China .
Lenín declaró que internacionalismo significa que uno debe apoyar el movimiento revolucionario en todas las naciones, sin excepción. (Lenín, «Collected Works», Vol. 30, pág. 170.) Esto era, claro, el verdadero imperialismo. Karl Radek declaró en una línea similar que: «Los comunistas por el mundo también deben ser patriotas rusos, ya que Rusia es la única nación gobernada por la clase obrera.» Pravda escribió el 25 de diciembre de 1918: «Estonia, Letonia y Lituania perturban nuestra penetración en Europa Occidental. Ellas cortan a la Rusia Soviética de la Alemania revolucionaria. Tal obstrucción debe ser aniquilada. Los puertos bálticos nos darían la oportunidad de acelerar el desarrollo revolucionario en Escandinavia.» Parece claro que Lenín esperaba introducir el sistema comunista también en Alemania.
Otro «revolucionario» judío y francmasón, Karl Kautsky, se opuso a esto. Los líderes francmasones alemanes tenían planes completamente diferentes para Alemania.
Lenín, por supuesto, estaba sumamente enfadado con Kautsky y lo llamó ‘renegado’.
Lenín, a estas alturas, tuvo que re-diseñar sus planes para la revolución mundial.
Había fundado una organización especial para este mismo propósito – Comintern (La Tercera Internacional). Su órgano ejecutivo fue la Ayuda Roja Internacional. El mejor agente del Comintern fue el comunista judío Jacob Kirchstein, según el general desertor del GRU, Valter Krivitsky (en la realidad Schmelka Ginsberg).
Lenín entregó 50 millones de rublos a Comintern en noviembre de 1919 para financiar la acción subversiva en el extranjero, según un informe secreto que recientemente ha sido desclasificado.
El hecho que los delincuentes Bolcheviques ganaron una base estable en Rusia, significó malas noticias para el resto del mundo, ya que empeoró la calidad de vida por todas partes. La meta de los Comunistas era usar el terror masivo para asustar a todos los ciudadanos en la sumisión total. Cómo comenzó el terror masivo, es descrito estrechamente en el próximo capítulo.