Sólo unos meses después de la fundación del Partido Comunista, las revoluciones comenzaron a «brotar» en varios países. 1848 se transformó en el gran año de las revoluciones. La familia de Rothschild estaba a cargo del aspecto financiero y la Liga de los Comunistas a cargo de la planificación. Los Rothschilds se habían enriquecido enormemente en su relación con la Revolución francesa, (1789 – 1799) cuando los imperios o los reinos necesitaron pedir dinero prestado en cantidades previamente incomparables.
Los Rothschilds tenían el mejor sistema de información de Europa, con sus propios mensajeros, que siempre se las arreglaban para traerles las noticias decisivas, (ejemplo de esto fue el resultado de la batalla de Waterloo) antes que los gobernantes tuvieran alguna idea de ellas, según Derek Wilson, «La Familia de Rothschild». En 1847, Lionel Rothschild había llegado a a ser el primer judío miembro del Parlamento británico.
El ex oficial prusiano, August Willich, fue nombrado líder de los terroristas. Más tarde llegó a ser General en el ejército de la Unión en la Guerra Civil norteamericana se hizo tristemente famoso por las increíbles atrocidades que cometió. La Liga de los Comunistas tenía 400 miembros en ese tiempo, según la Enciclopedia Soviet-Estonian.
Algo más de 40 escandinavos también tomaron parte.
Las «revoluciones» estallaron por la mitad de Europa, principalmente azuzadas por lluminatis judíos o por secuaces. Todo empezó cuando una mano invisible utilizó la ocasión de una pobre cosecha de granos en 1846. El grano fue comprado súbitamente en grandes cantidades. Durante los años 1847-1848, los precios se duplicaron y triplicaron mientras los comestibles eran enviados a bodegas secretas.
Las poblaciones comenzaron a sentir el hambre y al poco tiempo las condiciones estaban maduras para las sangrientas revueltas. El comprador de todo el grano fue el empresario judío Ephrasi, que actuaba como un frente para James Rothschild.
Una conferencia Masónica fue organizada en Estrasburgo, Alsacia, en de 1847, dónde se tomó la decisión de organizar la revolución para la primavera de 1848.
Entre los delegados habían importantes judíos Illuminati y francmasones tales como Alphonse Lamartine (1790-1869), quiénes se pensaba, serían los que tomarían el control del nuevo gobierno revolucionario temporal en Francia (él era oficialmente Ministro del Exterior), Adolphe (Isaac Morse) Cremieux, el banquero Michel Goudchaux (1797-1862), León Gambetta, Simón y Louis Blanc de Francia (todos llegaron a ser famosos líderes de la revolución en París en la primavera de 1848), Joseph Fickler, Friedrich Franz Karl Hecker (1811 – 1881), Georg Herwegh, Robert Blum, Ludwig Feuerbach (1804-1872) y Johann Jacoby (1805-1877) de Alemania (todos ellos jugaron roles importantes en la «revolución»).
El banquero judío y francmasón Ludwig Bamberger (1823-1899) lideró la «revolución» en Alemania en 1848. Fundó el Banco Central de Alemania en 1870.
Adolphe Cremieux sirvió como Ministro de Justicia en el gobierno revolucionario.
Fue Cremieux quien en mayo de 1860, junto con el Rabino Elie-Aristide Astruc, Narcisse Leven, Jules Garvallo y otros, fundaron en París, la gran Logia Masónica judía ‘L’Alliance Universelle Israelita’ que usó a B’nai B’rith como su órgano ejecutivo. En 1863, Cremieux llega a Presidente del Comité Central del movimiento. El lema de esta organización fue: «Todos los Israelitas son camaradas! » Adolph Isaac Cremieux que era un abogado muy conocido, un político «liberal» y Gran Maestro de la Orden del Rito ‘Memphis-Misraim’ y Maestro del ‘Gran Oriente’ de Francia habló abiertamente en su manifiesto en la Logia ‘Alianza Universelle Israelita’: «La unión que nosotros crearemos no será francesa, inglesa, irlandesa o alemana, sino una Unión Mundial judía… Bajo ninguna circunstancia un judío debe favorecer a un cristiano o a un musulmán; no antes que llegue el momento cuando el Judaísmo, la única verdadera religión, brille sobre el mundo entero».
Cremieux (Grado 33°) también trabajó estrechamente con el poderoso judío inglés Chaim Montefiore (1784-1885). Juntos, salvaron a dos asesinos que habían participado en rituales judíos de sangre y que habían admitido sus crímenes en Damasco.
Sicilia vino primero. El 12 de enero de 1848, los «revolucionarios» en Palermo, simplemente, declararon Sicilia independiente. El 8 de febrero, el movimiento revolucionario fue organizado en Piamonte. La revuelta comenzó en Tuscany el 17 de febrero. Todo estaba coordinado por dos líderes judíos del Illuminati, Giuseppe Mazzini y Adriano Lemmi. Este último era un hábil conspirador revolucionario que llegó a ser Gran Maestro del Gran Oriente en 1885. El francmasón y Gran Maestro, Giuseppe Garibaldi (Grado 33°), también tomó parte en la planificación. Después, comenzaron a actuar en Francia. Una revuelta fue avivada en París el 22 y 23 de febrero. Isaac Cremieux se aseguró que Louis Philippe fuese destronado y huyera a Londres el 24 de febrero.
Lamartine tomó el poder.
Exactamente el mismo día, el 24 febrero, «El Manifiesto Comunista» fue publicado.
Los alborotos ocurrían en varias partes.
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